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Matrimonio y descendencia
Antonino Pío se casó entre
110 -
115
con
Annia Galeria Faustina la Mayor. El matrimonio
resultó ser muy feliz. Faustina era la hija de cónsul
Marco
Annio Vero y
Rupilia Faustina (pariente de la emperatriz romana
Vibia
Sabina). Faustina fue una hermosa mujer, conocida en Roma por su sabiduría.
Pasó toda su vida ayudando a los pobres y desfavorecidos.
Faustina y Antonino tuvieron cuatro hijos, dos niños y dos niñas:
- Marco
Aurelio Fulvio Antonino (m. en 138). Se ha encontrado una inscripción en su tumba en el Mausoleo de Adriano, en Roma.
- Marco
Galerio Aurelio Antonino (m. en 138). Se ha encontrado una inscripción en su tumba en el Mausoleo de Adriano, en Roma. Su nombre
figura en una moneda imperial griega.
- Aurelia
Fadilla (m. en 135),
se casó con Lucio Lamia Silvano,
cónsul en 145.
No parece que fruto de este matrimonio nacieran hijos. Su tumba se ha
encontrado en Italia.
- Annia
Galeria Faustina Minor o Faustina la Menor (125/130 - 175), futura
emperatriz, casada con el emperador Marco
Aurelio. Fue el único de los hijos del emperador que vivió hasta una
edad adulta.
Antonino Pío, cuando su esposa murió en
141, se vistió
completamente de luto e hizo las siguientes acciones en memoria de su finada
esposa:
- La
deificó como una diosa.
- Construyó
un templo en el Foro Romano en su nombre, con sacerdotisas
rindiendo culto.
- Emitió
varias monedas en las que ella aparecía. Estas monedas, de decoración
refinada, llevaban una inscripción que rezaba: DIVA FAUSTINA
- Creó una
organización de beneficencia a la que llamó Puellae Faustinianae o Niñas
de Faustina, que prestaba asistencia a niñas que se habían quedado
huérfanas.
- Creó un nuevo
alimenta.
Carrera bajo Adriano
Tras desempeñar con un sorprendente éxito los cargos de
cuestor y
pretor, obtuvo el
consulado
en
120. Fue
posteriormente nombrado por Adriano como uno de los cuatro
procónsules
que administraban Italia. Su labor durante su
proconsulado
en
Asia aumentó en gran medida su reputación
gracias a su buena conducta. Antonino Pío fue favorecido durante su carrera por
Adriano, que lo adoptó como su heredero el
25 de
febrero de
138,
tras la muerte de su hijo adoptivo
Lucio
Aelio Vero, con la condición de que el propio Antonino Pío adoptara a Marco
Annio Vero, el hijo de la mujer de su hermano, y a Lucio, hijo de Aelio Vero,
que después se convertirían en los emperadores
Marco
Aurelio y
Lucio Vero.
Emperador
A su ascenso al trono, Antonio se convirtió en
César Imperator Tito
Aelio Adriano Antonio Augusto Pontifex Maximus. Una de sus primeras
actuaciones como emperador fue convencer al Senado para que concediera honores
divinos a su predecesor Adriano, a lo que los senadores se habían negado
inicialmente; sus esfuerzos destinados a persuadir al Senado para rendir esta
clase de honores a Adriano le valieron el
cognomen
de
Pío. Las otras dos razones que justificaban este título fueron
que su suegro se apoyaba en su hombro al entrar en la Cámara del Senado y que
salvó a los hombres que Adriano había condenado a muerte durante su etapa de
enfermedad. Construyó durante su reinado templos, teatros, mausoleos, promovió
las artes y las ciencias y otorgó sueldos y honores a los maestros de retórica
y filosofía.
Su reinado transcurrió pacíficamente, a pesar de una serie de disturbios
militares que asolaron el Imperio durante su gobierno en
Mauritania,
Judea y en
Britania contra los
brigantes,
aunque ninguna de estas insurrecciones se consideran de importancia. Se cree
que la insurrección en Britania llevó al Emperador a erigir el
Muro
de Antonino en el
Fiordo
de Forth y el
Fiordo de Clyde, a pesar de que fue pronto
abandonada. Fue uno de los pocos emperadores que se enfrentaron a las crisis de
su gobierno sin salir de Italia, tratando los asuntos bélicos provinciales a
través de gobernadores o por medio de cartas a ciudades como
Éfeso. Este
estilo de gobierno fue muy elogiado por sus contemporáneos y por las
generaciones futuras.
Poco se conoce de la política exterior del gobierno de Antonino, aunque a
juzgar por los eventos consecuentes de ella, no acaecieron importantes
acontecimientos durante este periodo, comparado con sus antecesores y
predecesores en el trono. Algunos historiadores defienden que trató con gran
cuidado los asuntos del Imperio, o que tal vez se desinteresó de los eventos
que sucedieron en el exterior de Italia, y de su inactividad se derivaron los
problemas a los que se tuvo que enfrentar, no solo Marco Aurelio, sino un gran
número de emperadores del S. III. El historiador alemán Ernst Kornemann escribe
que el reinado de Antonino comprendió:
Ernst Kornemann. Römische Geschichte, 2
vols., Ed. H. Bengtson, Stuttgart. 1954
Esta teoría se erige sobre las pequeñas invasiones partas que sucedieron
durante el reinado de Antonino. Kornemann defiende que Antonino debería haber
librado una guerra preventiva contra los invasores en pos de hacerles
retroceder. El historiador Ivan Lissner escribió:
...Antonino Pío vivió con la cabeza en las nubes cuando se trató de asuntos
externos" ... Sin embargo, creo que es injusto criticarle por ello. Cada
monarca o estadista que realmente cree en la posibilidad de una paz duradera y
desea evitar a su pueblo el derramamiento de sangre, fundamentalmente, vive con
la cabeza en las nubes ... para que su nombre impacte en menor medida en la
mente de todos, en contraste con los tiranos imperiales como Nerón o Domiciano.
Ivan Lissner. La
Historia de los césares, Jonathan Cape Ltd, Londres 1958
Antonino Pío mantuvo buenas relaciones con el Senado, en contraste con su
predecesor Adriano. Su reinado, junto con el de sus predecesores
Trajano y
Adriano, y el de su sucesor, Marco Aurelio, se conoce como la
Edad de
Oro del
Imperio romano.
En el año
140,
mediante una Constitución imperial, se declaró que la
ciudadanía
romana que recibían los soldados veteranos de las
tropas auxiliares tras veinticinco años
de servicio, no era extensible a los hijos que hubieran tenido durante su
servicio o antes de este, pero sí la recibirían los descendientes que tuvieran
tras haber sido nombrados ciudadanos con la
honesta missio. Las
motivaciones de lo anterior aún no han sido discernidas completamente.
Estudiosos aseguran que Antonino Pío fue amigo íntimo de
Yehudah
Hanasí. Según el
Talmud (Avodah Zarah 10a-b), el rabino Yehudah era muy rico y
muy venerado en Roma. Mantuvo una estrecha amistad con "Antonino",
posiblemente Antonino Pío, el cual le consultaba sobre asuntos mundanos y
espirituales.
Muerte
Tras desempeñar el reinado más duradero desde el de
Augusto,
superando en dos meses al de
Tiberio, Antonino murió de unas fiebres en
Lorium,
Etruria, a unos
doce kilómetros de Roma, el
7 de marzo de
161. La última palabra que el finado emperador pronunció fue
característica de lo que fue su reinado:
aequanimitas, (ecuanimidad). Su
cuerpo fue depositado en el
Mausoleo de Adriano y se erigió una columna en
su honor en el
Campo de Marte, y el templo que él mismo
había dedicado a su esposa Faustina en
141 se volvió a deificar
en su nombre y en el de Faustina.
Historiografía
La única obra de la que se tienen datos de Antonino Pío que ha llegado hasta
nosotros es la
Historia Augusta, un relato de escasa fiabilidad.
Antonino Pío es el único emperador romano que no tiene una biografía. Los
historiadores por tanto, han debido recurrir a los registros públicos para
documentarse sobre lo dicho en sus escritos.
Obra moderna
Antonino Pío representaba el ideal del caballero romano y fue alabado por
sus contemporáneos, y, posteriormente, por los eruditos modernos como
Edward
Gibbon. El artículo sobre el emperador en la
Encyclopædia Britannica
(edición de 1911) dice lo siguiente:
Unos meses tras la muerte de Adriano, emperador que había sido acogido con
gran entusiasmo por el pueblo romano, el cual no decepcionó sus expectativas,
Antonino Pío ascendió al trono con amable disposición, amplia experiencia,
buena formación. gran inteligencia y sincero deseo de lograr el bienestar de
sus súbditos. En lugar de saquear el tesoro en su propio beneficio, Antonio Pío
lo vacío, sí, pero para apoyar económicamente a los ciudadanos de provincias y
ciudades, ejerciendo en todas las provincias una rígida economía. Rechazó con
destreza las conspiraciones que se urdieron en su contra haciendo gala después
de su clemencia. En lugar de perseguir a los cristianos, les protegió con
firmeza a lo largo del Imperio.
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