Voy a empezar, porque la pena me atenaza y no sé muy bien cómo, valiéndome de un ejemplo, que creo que conocemos la mayoría, en el que se comparaba la verdad con un lugar oscuro en el que hay un paquidermo y van entrando personas que tienen la oportunidad de palparlo y al salir van contando su experiencia . Unos dicen que es una columna, porque han tocado una pata, otros como un gran abanico, porque han tocado una oreja, etc...-Para entender qué es lo que estaban tocando habría que haber sumado la afirmaciones que hacía cada uno.
Este símil me sirve para atreverme a hablar de Gaspar Anguís Saro, de Gaspar Gaspar como le decía mi padre, su Antonillo, por haber nacido el día de su santo; que me honró siempre con su amistad.
Gaspar, ante todo, fue y es -para los que creemos-, un hombre bueno. Un hombre que cuando te acercabas a él, ya te daba su amistad, limpia y sincera; un hombre que se desvivía en ayudarte al menor atisbo de un problema.
Gaspar además llevaba, de forma humilde, ser, aunque la palabra, hoy en día está algo denostada, un caballero. La caballerosidad no se obtiene por sangre, familia o dinero; se consigue en los actos, en esas obras de la que se desprende rectitud, tacto, y unas grandes dosis de empatía que hacen de esa persona un gentil hombre.Hasta el último momento, cuando ya la parca lo tenía atenazado, lo fue.
De forma indeleble llevó grabadas sus despedidas de mis padres y de mí. ¡Qué persona más increíble, Dios!
Gaspar tenía varias pasiones, su Real Madrid y su Resucitado, entre las que yo conozca como destacadas, y por supuesto su familia.
Como aficionado deportivo, empezaba y no terminaba de contarte anécdotas enjundiosas que terminaban despertando en el oyente una sana envidia.
Como creyente, su Jesús Resucitado tuvo la suerte de tenerlo como Hermano Mayor durante un periodo corto, pero fueron años intensos y fructíferos. Su capacidad organizativa en lo económico está fuera de toda duda.
En él encontré un Hermano Mayor receptivo, que creyó en proyectos y que los puso en marcha y que por lo tanto todo el mérito hay que atribuírselo a su Junta y a él. En especial a él como dinamizador y aglutinador de voluntades y esfuerzos. Mérito que nunca le oí atribuirse, que jamás vi, en él, la búsqueda, de preminencia o aplausos.
Cuando él creyó oportuno, dio un paso atrás. Al finalizar su primer periodo y lo mismo que mientras estuvo al frente, lo hizo sin alharacas. Se retiró, simple y llanamente.
En lo personal, sé lo cercano y afectivo hacia mi familia, hacia mi abuelo, en especial, al que adoraba, como él solía repetir, adoración que sé era recíproca.
Con él se va un trocito de mi infancia, de días azules, de alguna canción, de recuerdos que quedan ya en el ámbito privado.
Ahora esos momentos ya son pasado, pero son recuerdos y mientras los traigamos a colación, Gaspar, seguirá viviendo en cada uno de nosotros. Su legado seguirá presente.
A la mujer de su vida, Inma, que con una entereza admirable ha llevado su enfermedad, a sus hijos; el orgullo de haber tenido en su vida a un hombre íntegro, un esposo, un padre magnífico que deja en ellos un legado, un poso de bien, que, seguro, va a seguir dando sus frutos.
Hace unos años, para el cuadernillo central de la revista Resurrexit, hice una poesía dedicada a los imagineros. Hoy la rescato de la memoria y la adapto un poco como homenaje a Bartolomé Alvarado Carrasco imaginero de Nuestra Señora de la Paz. Descanse por siempre en paz y goce ya de luz junto a María, Señora de la Paz. Gracias Memé.
En las lindes del miércoles de ceniza te fuiste. Te marchaste en
silencio, te nos fuiste, pero seguro que ya estarás en los campos
fértiles del Señor, donde el verdor es vida y la luz es un haz de sueños
hechos realidad.
En la muerte ya no encuentro poesía,
ni lírica que consuele; Jorge Manrique la supo hallar, pero Manolo, en
nuestros días ¡es tan difícil!
Lo has vuelto a hacer:
has estrenado "nuevo ángulo". Un ángulo para cuidar de los tuyos y de tu
querida Cofradía. Los que te conocimos sabemos bien de tu valía, de tu
bonhomía y basándome en estas certezas afirmo lo que he dicho al
principio: tú estarás, ya, cuidando de todos.
Tu
herencia plena de responsabilidad y de dedicación no debería olvidarse.
Diste mucho a nuestra Cofradía. Nos hiciste a todos un poco más hermanos
y un poco más orgullosos de pertenecer a ella. Con esa candidez vestida
de sencilla humanidad dejaste una semilla que a poco que se la riegue
seguirá dando fruto.
Hoy, en tu despedida, vestido por
última vez con el hábito penitencial te vas de nosotros de blanco y rojo
o lo que es lo mismo de pureza y pasión y te presentas ante ese Jesús
Resucitado que tanto amas.
Sí, en las lindes del
comienzo de la Cuaresma ya eres un resucitado más, un resucitado eterno,
como los amigos Esteban y Pedro a quienes conocí y aprecié.
Manolo,
nuestras vidas son los ríos que va a dar a la mar y tu amor a María de
la Paz y a Jesús ha llenado estos valles que aspiran a cosechar ciento
por uno.
Manolo, descansa y vive, ya, en y junto a la verdadera Paz.
"Abiit, excessit, evasit, erupit". Sí-se ha ido, ha escapado, se ha marchado y ha desaparecido- que diría Cicerón. Eso es lo que ha pasado el día quince de enero de dos mil diecisiete en la Cofradía de Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Paz de Úbeda en la Junta General extraordinaria.
El espíritu cristiano y la sensatez se han esfumado. Se ha consumado el cambiar unos estatutos que marcaban lo que nos quedadaban de obras de misericordia por otra cosa más "apropiada" a nuestros días.
O tempora, o mores.
Pasamos y es un ejemplo, pues hay más, de ayudar a enterrar a nuestros muertos a hacer que ese acto se convierta en un puro mercantilismo porque "cuesta mucho" y endosarle a la familia todo. Se regatea en las flores y se regatea, hasta en el extremo, en los costes de dar sepultura en nuestros nichos. Y todo bajo ese mantra de "cuesta mucho". Pero a renglón seguido nos embarcamos en sacar la Virgen a hombros y hacer un trono nuevo, eso sí con "proyecto" porque para eso sí va a ver dinero y es muy "necesario" procesionar la Virgen a costal.
Seguimos con los ejemplos: en cuanto un difunto pise la raya del cementerio se convertirá, para esta Junta Directiva, en hermano de pleno derecho de primera y hermano de pleno derecho de segunda. Si se entierra en los nichos cofrades, la bandera de la Cofradía lo acompañará, si lo hace en uno que no lo sea, la bandera no lo acompaña.
En palabras de un cofrade: "Se quitan derechos para poner caprichos"
Lo dicho: Abiit, excessit, evasit, erupit.
Seguidamente añado un trabajo sobre como enfocar un Vía Lucis más espiritual, pero creo que la cosa, en mi Cofradía, no va por ahí. No creo equivocarme si vamos camino de consumar lo que tímidamente lo están convirtiendo: una procesión más.
Esto de las cofradías y perdonad mi pesimismo, se está convirtiendo en una pasión inútil.
En un día lluvioso, la Plaza de San Pedro repleta de paraguas y de decenas de miles de miembros de las diversas cofradías y hermandades del mundo, que se dieron cita en torno al Papa Francisco. Entre ellas, varias españolas. El Papa centró su homilía en tres palabras: "Evangelicidad, eclesialidad y misionariedad". Su Santidad reivindicó la piedad popular como "modalidad legítima" de ser y vivir la fe en la Iglesia. Siempre que sea eclesial, evangelizadora y misionera.
Citando a Benedicto XVI, el Papa Francisco destacó la importancia de la ‘evangelicidad' de las Hermandades y de la riqueza de manifestaciones de la piedad popular, que los obispos latinoamericanos definen como una espiritualidad una mística, un espacio de encuentro con Jesucristo. Amen a la Iglesia, déjense guiar por ella alentó el Santo Padre y, exhortando también a ser auténticos evangelizadores, añadió: ¡sean misioneros del amor y de la ternura de Dios!
Con estas palabras de aliento y esperanza el Santo Padre concluyó su homilía:
«Autenticidad evangélica, eclesialidad, ardor misionero. Pidamos al Señor que oriente siempre nuestra mente y nuestro corazón hacia Él, como piedras vivas de la Iglesia, para que todas nuestras actividades, toda nuestra vida cristiana, sea un testimonio luminoso de su misericordia y de su amor. Así caminaremos hacia la meta de nuestra peregrinación terrena, hacia la Jerusalén del cielo. Allí ya no hay ningún templo: Dios mismo y el Cordero son su templo; y la luz del sol y la luna ceden su puesto a la gloria del Altísimo. Que así sea».
"Sois valientes, al venir con esta lluvia, que el Señor os bendiga"
"Las hermandades, una realidad tradicional, que ha experimentado una renovación"
"Jesús llama a acoger en la propia vida el Evangelio"
"Benedicto XVI dirigiéndose a vosotros utilizó la palabra 'evangelicidad'"
No vamos a procesionar a nuestros Titulares, así lo quieren las leyes de la Naturaleza, pero
quisiera haceros participes, por unos momentos, de una reflexión que os ayude a
vosotros y a mí a dar más sentido a lo que hacemos.
Ahora, me vais a permitir una licencia, ya que me dirigiré a cada
uno en particular, porque aunque formemos un todo, una Cofradía, la llamada es individual
y cada persona debemos responder a este Jesús que ha triunfado sobre la muerte.
·Mira que lo pasó mal, pues ¡ha resucitado!
·Mira que le escupieron, le
insultaron, pues ¡ha resucitado!
·Mira cómo lo azotaron y lo coronaron
de espinas, pues ¡ha resucitado!
·Míralo en la cruz, vejado hasta el
límite, pues ¡ha resucitado!
Con este mensaje se nos daba a conocer en el foro de Cruz de Guía. Francisco Reyes Prieto, el vitalista, el impetuoso, se nos fue, Paco, no pudo asomarse al nuevo año. La vida no le dio prórroga y con un azul invernal dejó atrás su pasado para empezar, por siempre, su futuro.
Las palabras se resisten, protestan, descolocadas como han quedado, a hablar de alguien que hace tan pocos días había dejado volar de su boca esperanzas. Ahora me consuela el ver tu pasión a través de la pasión de aquel buen sacerdote que se llamó José Luis Martín Descalzo, sea pues, él, el que hable y ponga sonido a mi silencio y a mi estupor:
Os dejo un video, en varias partes, dedicado al centenario de la Cofradía de Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Paz y que se realizó precisamente en el año que la Cofradía cumplía sus cien años.
San Pablo, en Atenas, habló a los congregados ante la estatua del dios desconocido. Yo, hoy, no quiero hablar de un desconocido o ante la foto de alguien que es innominado, quiero hablar de un hombre, Blas, que se nos ha ido. Hablo del hombre que yo conocí.
Blas ha sido ante todo una persona cercana, que se brindaba para todo lo que le solicitases. Siempre estaba allí, con esa voz áspera, pero a la vez tan cálida. Blas, en los años de directivo, en la Cofradía de Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Paz, buscaba siempre integrarte e involucrarte en su tarea confiando y dejándote hacer con toda libertad. Si te veía que te quedabas atrás, él te buscaba y te animaba, con un " quieres hacer tú las peticiones..." o "tienes que hacer esto o lo otro...", pero siempre desde la confianza ya ganada desde el primer momento.
Jesús ha resucitado. Como testimonio la Cofradía de Jesús Resucitado y Ntra Sra de la Paz ha celebrado su Vía Lucis anual. Esta vez, y por las inclemencias del tiempo meteorológico, se ha realizado dentro del templo de S. Nicolás de Bari.
Como novedad, este año, estaba la de haber conseguido, por primera vez, una cuadrilla de portadores propios. La Cofradía estaba muy ilusionada con este logro.
Las sectas suelen decir que los
católicos adoramos un trozo de madera cuando “adoramos” las imágenes. Esto
parece ya obsesión en sus ataques a la Iglesia Católica.
Los de las
sectas que van visitando las casas aducen el texto del Deuteronomio que dice
así: “No vayáis a pervertiros y os hagáis alguna escultura de cualquier
representación que sea: figura masculina o femenina, figura de alguna de las
bestias de la tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el cielo,
figura de alguno de los reptiles que serpean por el suelo, figura de alguno de
los peces que hay en las aguas debajo de la tierra. Cuando levantes tus ojos al
cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército de los
cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto.
Eso se lo ha repartido Yahveh tu Dios a todos los pueblos que hay debajo del
cielo” es decir, que pertenece a todos los pueblos.(Dt. 4, 16-19),