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sábado, 27 de abril de 2013

MANDAMIENTOS DE LA CALIDAD


NUMERO 1

No permita que algo que salió mal se convierta en el primer tema del día cuando vaya a planear algo.

NUMERO 2

Al entrar al edificio de su empresa, corresponda con un saludo a cada uno que se encuentre,
sea o no colega de su área.

NUMERO 3

Sea metódico al abrir su archivo, al encender su computadora, al pasar informaciones, etc.

NUMERO 4

No se deje llevar por la primera información de error recibida de quien, tal vez, no conozca todos los detalles.



PARA CAMBIAR

Yo debería de cambiar, pero trato y no puedo." Suena familiar? Muchas veces, el cambiar nuestros hábitos o costumbres nos parece imposible. Una gran mayoría de nosotros no tenemos el impulso suficiente para cambiar nuestros hábitos todas nuestras malas costumbres de manera que verdaderamente afecte nuestra salud. Nos aferramos a ellas porque las vemos como recompensa.
Pero nuestras costumbres determinan nuestra salud. A continuación le enseñamos una estrategia y enfoque en actividades diarias para ayudarle a cambiar y eliminar los malos hábitos.
 
 
Para empezar, escoja un mal hábito que Usted quiere eliminar o cambiar. O, escoja un hábito sano que quiera adoptar como parte de su comportamiento. Si es un hábito que quiere eliminar, quizás quiera parar "de repente" o gradualmente. Cuidado: si lo que quiere eliminar es una droga o algo químico, asegúrese de obtener la opinión de un experto sobre si debe parar de repente o gradualmente.


Ahora que decidió cual mal hábito eliminar, o nuevo hábito que adoptar, decida la fecha en que comenzara su cambio. Piense bien en la fecha y entonces escríbala. Por ejemplo, "En marzo 15, 2001, yo no fumaré mas."
Para asegurarse de cambiar su hábito, los expertos están de acuerdo que toma un mínimo de 21 días para cambiar una costumbre. Nuevamente, fíjese en la fecha que va a cambiar su hábito. Cuente 21 días adelante y marque su calendario con la fecha. Ahora, comprométase a seguir su plan por 21 días.
Sugerencias Para Ayudarle
Su fecha a llegado. Es el primer día de los 21 días. A continuación le ofrecemos algunas sugerencias para ayudarle con el cambio de hábito.
  1. Escriba cual es su meta. Hay cierta magia en las palabras escritas cuando se trata de Usted. Los expertos recomiendan apuntar su meta en términos positivos, tal como "Yo quiero ser delgado/delgada y tener buena salud," en vez de "Tengo que poner mi cuerpo flojo a trabajar resoplando y jadeando." Así, escriba, como meta positiva, el hábito o costumbre que Usted va a cambiar.
  2. Liste sus razones para cambiar o eliminar su hábito. Escribiéndolo forzará que piense en términos específicos lo que representa este hábito en su vida y el significado que Usted cree que hará en su vida al cambiar el hábito. Esto también le ayudara con su compromiso de tomar una acción positiva.
  3. Substituya sus rutinas. Por ejemplo, si esta tratando de cambiar sus costumbres de comer y a podido identificar una hora del día que es especialmente difícil cuando las costumbres de comer son malas, substitúyala con una actividad, o una nueva rutina para esa hora. 
  4. Hable con si mismo. Dígase a si mismo que esta progresando. Recuérdese que esta acercándose mas a su meta. Hablese a si mismo durante el día recordándose que va a evitar las malas influencias que pueden despistarlo y va a substituirlas con cosas saludables.
  5. Reclute ayudantes para apoyarlo. Explíqueles porque esta haciendo este cambio. Pídales ayuda. Prepárese para las personas que traten de sabotear su idea. Sea confiado y dígales lo que están haciendo.

SER POSITIVO


  1. Debo tener fe y esperanza, abandono el mundo negativo.
20.-Soy capaz de lograrlo.
  1. Me debo impregnar de lo positivo. Rechazando lo que es negativo.
21.-Soy un hijo de Dios, solo lo positivo toca
       mi alma.
  1. Soy capaz de conseguirlo. Llevo una vida positiva.
22.-Nada sucede mientras no lo quiera.
  1. Mi pensamiento debe ser positivo.
23.-Me pongo metas elevadas y no violentas.
  1. Soy agradecido por lo que tengo.
24.-La enfermedad no es obstáculo para
       emitir pensamientos positivos.
  1. Puedo y quiero conseguirlo.
25.-Ante cada problema me relajo y no me
       ofusco. Repito: lo solucionaré.
  1. Soy capaz.
26.-Cada dificultad es una oportunidad.
  1. Cualquier  edad es buena para cambiar.
27.-Siento que la fuerza interior me
       acompaña.
  1. Me esfuerzo en el arte del buen pensar. Pienso cada día más cosas positivas.
28.-Este puede ser un buen día. Sonríe. Uso
       frases de autoapoyo.
  1. De lo errores se aprende.
29.-Imagino y visualizo mejor  cada  
       circunstancia  mía y mi futuro.
  1. Debo perdonar. Es un acto superior.
30.-Perseverancia. Amplía tus límites cada día más.





 
  1. Estoy en el mejor lugar para intentarlo. Puedo  hacer un cielo de un infierno.
31.-Tengo fe en mí mismo.
  1. No a la duda, ansiedad  y preocupación.
32.- Tomo la decisión de hacer las cosas
        positivas.
  1.  Condiciono mis hechos con
pensamientos positivos.
33.- Aunque en el mundo haya caos pienso
        en un mundo mejor.
  1. Mis herramientas son mis propios pensamientos.
34.-Me preparo hoy para el mañana.
  1. Soy lo que he pensado.
35.-Puedo lograrlo
  1. Asumo el compromiso de que seré lo que ahora piense.
36.-Me apoyo en lo interno. Toda mi vida
       busqué a Dios fuera y estaba dentro de
       mí.
  1. No a las comparaciones.
37.-Preparo mi subconsciente con mis
       pensamientos positivos.
  1. Mi rival soy yo.
39.-Puedo hacerlo y me decido, ahora, ya.

domingo, 7 de abril de 2013

VENCER LA LUJURIA


LA VICTORIA SOBRE LA LUJURIA Y LAS TENTACIONES

Cuando interrumpimos nuestras conductas adictivas habituales y somos capaces de mantenernos sobrios durante un cierto periodo de tiempo, descubrimos que aunque no cedamos a nuestras compulsiones, las obsesiones todavía nos persiguen, aunque a veces puedan desaparecer durante un tiempo. La lujuria, tal como lo hemos comprobado, puede adoptar muchos disfraces, y a medida que avanza la sobriedad aprendemos a reconocerlos. Para una persona, la lujuria puede consistir en desear a alguien. Para otra, en la obsesión con que la deseen. Para otra, se puede presentar como una necesidad sexual o emocional desesperada de alguien. En cualquier caso, es nuestra actitud interna la que constituye el problema, y el trabajo que corresponde a nuestra recuperación ulterior consiste en un cambio de actitud y en la victoria progresiva sobre la lujuria.

La lujuria sólo cede ante el trabajo lento y paciente del programa en compañía de otros que hacen lo mismo. Esta es una de las razones por la que necesitamos permanentemente la fraternidad de la sobriedad. Las recompensas son infinitas y nos proporcionan la auténtica libertad que siempre hemos anhelado.


En el siguiente texto, un miembro nos cuenta cómo venció la obsesión que tenía con la lujuria. Estas sugerencias nos han ayudado a muchos a mantenernos sobrios y han resultado útiles para vencer la lujuria y las tentaciones.


COMO VENCÍ MI OBSESIÓN CON LA LUJURIA

¿Cómo la vencí? No fui yo. Una mujer de AA, después de intervenir en una reunión, me dijo citando el capítulo quinto de Alcohólicos Anónimos que 'Dios podía y lo haría si lo buscábamos'. Así fue como lo conseguí. Permitiéndole a Dios que lo hiciera, ya que yo no podía. Pero Dios podía y lo haría—y así sucedió—. Pero tuve que asistir a las reuniones y aprender cosas como esas. 'Reuniones, reuniones, reuniones, reuniones'. Eso fue lo que me decían. 'Sigue trayendo el cuerpo'. 'Trabaja los pasos, trabaja los pasos, trabaja los pasos'. Yendo a las reuniones y trabajando los pasos; de este modo lo logré. Así fue como aprendí a dejar que la gracia de Dios penetrara en mí y eliminara la obsesión. Paso a relatar las conductas que me ayudaron:

1. Dejar de practicar la compulsión . Interrumpí mis actividades sexuales adictivas en todas y cada una de sus formas, incluidos los actos sexuales conmigo mismo y las relaciones sexuales fuera del matrimonio. La obsesión con la lujuria no disminuye si sigo practicando conductas lujuriosas.

2. Dejar de satisfacer la obsesión . Esto significaba eliminar dentro de mi esfera de control todos los materiales impresos y visuales y otros símbolos de mi tiranía. Tenía que dejar de satisfacer a la lujuria en las miradas, en el uso de la televisión, de las películas y de la música, y dejar de utilizar y de escuchar el lenguaje de la lujuria.
 

sábado, 5 de mayo de 2012

LA DECEPCIÓN

Todos anhelamos al hacer y en ese movimiento del espíritu está la semilla del fracaso interior.
Hacer sin esperar. Hablar como se piensa o callar. Vivir como se habla, y después descansar.

                                          
       

META

Hacia la paz interior:


1.-Haz lo que debas hacer


2.-Haz el bien cuando puedas.


3.-No des pasos por delante porque no hay nada peor que ayudar a alguien que no te lo ha pedido.


sábado, 21 de abril de 2012

CONSEJOS PARA LA CONVIVENCIA

 ¿Sabiduría o palabrería? Decídelo tú:



1.- Siéntete responsable de tu familia o grupo, de todos y cada uno de los miembros. Y sirve, pues en el grupo, todos estamos para servir. Sirve aunque tus compañeros de grupo sean, a veces, comodones.

2.-Respeta a las personas –aunque éstas tengan sus taras, poca cultura…-, sin intentar jamás manipularlas para tus fines personales o institucionales. El respeto sincero y profundo hacia la persona de los otros miembros  del grupo es una actitud fundamental de cara al proceso de crecimiento y maduración del mismo.

3.-Acepta a los miembros del grupo como son, sin intentar que sean como te gustaría que fuesen. Todos tienen derecho, como tú, a ser ellos mismos, a ser “diferentes”. Y tienen a su pesar, taras como tú, de las que no es fácil desprenderse. No olvides que tenemos frecuentemente la tentación de hacer a los miembros < a nuestra imagen y semejanza > o a la medida del ideal personal.

4.-Alaba con naturalidad las cualidades de tus compañeros de grupo, y celebra sus aciertos, tanto en presencia, como en ausencia. Haz de esta alabanza y celebración, objeto de oración gozosa ante Dios, Padre de todos los miembros del grupo. Esta actitud positiva da cohesión al grupo y lo fortalece notablemente. Es contrario a esta actitud de competir, envidiar, querer sobresalir sobre los otros, dominar.

5.-Cultiva la educación en las relaciones comunitarias, con sencillez y naturalidad. Pide las cosas por favor; si haces algo mal, solicita perdón y rectifica en lo posible. Agradece a los demás sus pequeñas o grandes atenciones contigo o con el grupo y trata de tenerlas mayores con todos.

6.-Acoge, estimula, ayuda, sonríe, defiende, aplaude, alienta, gratifica…, a los miembros del grupo. Esto influye siempre positivamente en la convivencia, en el trabajo común y fortalece los vínculos internos del grupo. Y no olvides que la corrección fraterna, nunca debe brotar como desahogo de la cólera o de la molestia personal. Es una expresión de amor al otro y debe hacerse en un ambiente de confianza y cariño. No se le puede hacer el bien a quien no se le quiere bien.

7.-Sé tú mismo, diáfano, veraz, auténtico, consecuente…No te permitas la doblez, la falsedad, la mentira, las máscaras, la doble cara…La convivencia verdaderamente humana se edifica sólo por y sobre la verdad y desde la sinceridad.
8.-Vive las alegrías y tristezas de los miembros del grupo como las tuyas. Haz tuyos sus problemas y preocupaciones. Gózate de  los triunfos del grupo y de sus integrantes, como de los propios. Todas las personas suelen ser muy sensibles a esta constructiva actitud de solidaridad.

9.-Procura servir a fondo perdido, sin pasar facturas, ni cobrar comisiones, sin exigir respuestas, lejos de una actitud mercantilista. Si algo no puede ser objeto de negocio dentro del grupo es la amistad, el servicio, el amor. Ama lealmente. El amor leal es el que se ofrece en libertad a alguien aun a sabiendas de la posibilidad, o más aún, de la certeza de no ser correspondido. Nunca te coloques en el centro de tu grupo. No es el sitio del que sirve.

10.-Acepta y ama a las personas del grupo por ellas mismas, no por el provecho que pueden reportarte. Interesarse continuamente y con sinceridad por los miembros del grupo –aunque en ocasiones no se interesen por ti o tus cosas- hace provechosa la convivencia y vivificante la vida del grupo. Y desde luego, es una actitud que construye el mismo.
11.-Haz un esfuerzo –grande si fuera necesario- por comprender, perdonar y olvidar los roces, malentendidos y conflictos que se hayan producido en, el grupo. Son inevitables. Esto no es lo peor, sino el guardarlos dentro –rumiarlos-, aumentar su importancia dándoles vueltas…Esto sí que es funesto para el grupo. La incomprensión y la cerrazón secan las fuentes del dinamismo y la alegría. El perdón cura y restaura.

12.-No dramatices ni magnifiques los pequeños roces de cada día. Sin un sentido del humor que nos impida tomar demasiado en serio nuestras pequeñeces no seremos capaces de crear grupo sano que signifique un aporte a nuestra sociedad.

13.-Acoge al otro –metiéndote en su pellejo-, aunque esto sea difícil, y acepta, escucha, comprende, anima y sirve en la medida en que el quiere ser servido por ti. Vive unido a los miembros del grupo desde dentro –por el corazón- y no por la mera epidermis de un mismo lugar, una misma tarea, unas normas comunes, una simple convivencia…

14.-Cultiva con gran interés el buen humor, la alegría, el optimismo y coopera así al bienestar del grupo. Este precisa del gozo compartido, del relax comunitario, del sentido festivo de la vida, para hacer más sencillo y fácil lo difícil de la convivencia humana.

15.-No critiques jamás la conducta de los miembros del grupo y menos a sus espaldas. No airees sus defectos ni los fomentes. ¿Quién no tiene defectos? En este campo, intenta comprender, animar y ayudar con amor. Hay que querer a los miembros del grupo como son, incluyendo sus aspectos defectuosos, sin que esto supongo pactar con el mal.

16.-Empéñate en descubrir día a día, reunión a reunión –en extensión y profundidad-, lo positivo que hay en tus compañeros. Y ten muy en cuenta que, cuando se ama suficientemente a las personas, se encuentra en ellas lo bueno y positivo con facilidad. Si ves muchos defectos en un miembro de tu grupo, pregúntate si lo quieres mucho.

17.-Expresa tu ve con naturalidad y sencillez. Ora y ayuda a que ore el grupo. Una familia que no reza, se banaliza y pierde la identidad. 

18.-Trabaja para que tu grupo no sea coto cerrado, grupito narcisista sin cohesión con otros grupos. Cultiva la apertura, la universalidad; procura que el grupo se esfuerce por vivir con estilo verdaderamente de común unión.

19.-Arrima el hombro a las cargas de los otros. Con eso cumples la ley de Cristo. Sé paciente, afable. No tengas envidia. No te jactes ni te engrías. No seas grosero ni busques lo tuyo. No te exasperes ni lleves cuentas del mal. Disculpa siempre. El amor no falla nunca. (cfr Ga6, 2;1 Co 13, 4-8). Por este camino se forma un auténtico grupo cristiano.



PEQUEÑA ALMA

Pequeña alma, olvidada por mí, que dueño sin sueños te arrincona sin darte la libertad que ansías.






domingo, 19 de febrero de 2012

COMO EXPONER EN UN DEBATE


Diez principios básicos que Catholic Voices considera que debe interiorizar un católico que acude a un debate televisivo para exponer la fe:
1. Busca la intención positiva detrás de la crítica«En vez de pensar en los argumentos que vas a tener que rebatir, piensa en los valores que están detrás de esos argumentos. Busca el principio ético cristiano (a veces escondido) que sostiene esos valores. ¿Qué otros valores (cristianos) está ignorando o no teniendo en
cuenta el que critica? Los problemas acaban siendo neurálgicos cuando tratan de valores absolutos; los conflictos, como las guerras, surgen cuando esos valores se ven amenazados.

»Eso es lo que
genera la mentalidad defensiva y el antagonismo.
»En lugar de caer en esta trampa, cuando estés discutiendo piensa en los diferentes valores en juego y en cómo se deben sopesar. Después, reflexiona sobre como puedes, al principio de la discusión, unirte al valor que sostiene el que critica. Esto tiene un efecto
cautivador y permite tener una discusión mucho más tranquila y considerada. Ya no eres un guerrero en una batalla cultural de valores absolutos, sino alguien que aporta tolerancia y sabiduría a un problema contencioso.

»A veces el valor que revelas puede no ser cristiano sino lo contrario, un valor opuesto a la concepción cristiana.
2. Aporta luz y no calor»Como personas de fe, queremos arrojar luz sobre los temas difíciles: los temas ya son acalorados de por sí. Y también queremos que se vea, por nuestro comportamiento y manera de hablar, la Iglesia a la que pertenecemos y que nos ha formado.
Cuando hablamos (y por la manera en la que hablamos), dejamos ver lo que queremos decir.
»Si acudes a una discusión para aportar luz en vez de calor, el énfasis será completamente diferente. Escucharás con atención la opinión del otro por mucho que estés en desacuerdo. Tu objetivo será dejar que entren rayos de luz sobre el tema, y así abrir la
discusión, respetando el punto de vista del otro pero manteniendo el tuyo.

»Al igual que se puede llegar a la fe al ver la vida de personas de fe que impresionan, también se puede llegar a la luz en una discusión por la manera en que se habla. Mantener la calma nunca falla.
3. La gente no se acuerda de lo que has dicho, pero sí de cómo les has hecho sentir»Intelectuales y teólogos: cuidado. La erudición es lo contrario a la comunicación, la cual se sirve de palabras sencillas para explicar ideas complejas. La finalidad no consiste en que tus argumentos sean lúcidos, sino en que tus palabras sean entendidas.

»Por supuesto, es muy importante la verdad que hay en tus palabras. El objetivo de ser un Catholic Voice es, por encima de todo, aclarar. Lo que nos proponemos al responder a preguntas o críticas no es más que a iluminar allá donde haya oscuridad o confusión. Pero no somos nosotros los que persuadimos; es la Verdad.
»Nuestra tarea consiste en servir a la Verdad lo mejor que podamos. Y cuando mejor servimos a la Verdad es cuando no intentamos “derrotar” al que se opone, sino lo contrario, buscamos actuar con civismo,
empatía y claridad.

»Así pues, evalúa, tras cada intercambio, según este criterio: ¿he ayudado a que los demás entiendan mejor la enseñanza o posturas de la Iglesia? ¿Y cómo les he hecho sentir: animados o derrotados? ¿Inspirados o acosados?
¿Con ganas de escuchar más o aliviados de que se haya terminado?
4. No cuentes, muestra»Solemos preferir una historia a una charla, y prestamos más atención a la experiencia que a los argumentos. Eso no quiere decir que no se deban utilizar argumentos. Pero siempre que puedas, compleméntalos con ilustraciones: anécdotas sobre experiencias personales o situaciones hipotéticas que ayuden a “imaginar” lo que quieres decir. En lugar de contar que la Iglesia ayuda a los que padecen el SIDA en África, habla de los hospitales y dispensarios en los pueblos más remotos del campo africano, donde las monjas cuidan de los pacientes en cabañas que se caen a trozos.

»No te sientas el portavoz de una compañía distante, sino un discípulo encantado de compartir historias.
5. Piensa en triángulos»Las discusiones pueden ser muy desorganizadas, deslizándose a ciegas cuesta abajo hasta que se nos olvida cuál era el tema principal. Asegúrate de que tu contribución es concisa, clara y que no dejas de lado a nadie. Pule tus ideas reduciéndolas a los tres argumentos que quieres proponer; suele ser difícil sacarlos todos, así que con que puedas tocar dos de los tres puedes darte por satisfecho. Aun así, es esencial que ordenes tus ideas en tres argumentos principales.

6. Sé positivo
»Este es un principio básico de la comunicación y más importante aún cuando estamos argumentando el punto de vista de la Iglesia en contra de algo, lo cual puede ser común en la sociedad de hoy. La Iglesia se opone a muchas cosas, pero porque desea proteger y mejorar.

»Casi todo lo que proclama la Iglesia lo hace porque quiere conducir a la gente, y a la sociedad en general, a la plenitud de la vida, la salud y la prosperidad sostenible. La Iglesia no es como un policía moral con cara de huraño; es más bien como la Madre Teresa, que se entrega a la gente olvidada y débil.

»Los miembros de Catholic Voices tienen que ser idealistas y radicales, e invitar a la sociedad a escoger otro camino, uno mejor.
Los pro-vidas tienen que ser como los que luchaban contra la esclavitud, no
moralistas que riñen a la gente
; los que se oponen a la muerte asistida tienen que ser promotores de hospicios en cada esquina. No seas el ángel del juicio, sino el que señala el camino luminoso.
7. Sé compasivo»La compasión es la cualidad que debería distinguir a los cristianos, pero desafortunadamente, puede estar ausente en discusiones con un católico.

» Aquellos que creen fervientemente en sus valores suelen sentirse frustrados cuando otros rechazan o ignoran lo que es tan importante para ellos. Sin embargo, ese sentimiento es esencialmente egocéntrico. Pretenden que otra persona entienda y valore lo que ellos consideran importante. Pero el que critica también tiene sus propios principios y puede que también se sienta frustrado si no se valoran.

»Entramos así en un círculo vicioso. Ser compasivo, incluso en grandes discusiones, es esencial para salir de este círculo vicioso de reproche mutuo.

» Es muy probable que la persona con la que estés discutiendo haya tenido una experiencia directa con el tema neurálgico, ya sea personalmente o como testigo
de primera mano; también es posible que haya tenido una mala experiencia con las autoridades o alguna institución que le haya dejado huella. Puede que sepas que esa persona ha tenido esa experiencia, o puede que no; si no, lo mejor es asumirlo. Dios es la cabeza de turco para la furia, un polo de atracción para las frustraciones, aunque sean vagas o imprecisas.

»Ser compasivo es poder entender esta furia y dolor, y así relacionarse con los demás como un ser humano a otro. Los que critican a la Iglesia se muestran particularmente sensibles al hecho de que los católicos aparezcan de forma sistemática repitiendo lo que les “dijeron” que debían pensar.

»La experiencia personal se opone a la ortodoxia institucional, la experiencia de cada víctima se contrapone al interés colectivo, y así sucesivamente.

»Para un Catholic Voice supone un reto constante evitar ser el frío e insensible representante de una institución humana distante. Hay muchas maneras de salir de esta
trampa: hablar de tu propia experiencia, contar historias que muevan a la emoción, o dar ejemplos. Pero también puede ser que simplemente necesitemos saber escuchar y estar preparados para absorber la furia y el dolor que algunos sienten hacia la Iglesia; tan solo esto ya supone una herramienta de compasión completamente válida. Si es la primera experiencia que tienen de que alguien con fe les escuche, la compasión es el mejor testimonio que podemos ofrecer.
8. Ten datos preparados, pero evita actuar como un robot»Hay que partir de una buena preparación y tener datos que enmarquen la discusión. Pero recuerda que las estadísticas pueden resultar abstractas e inhumanas, o simplemente una tapadera: se suele pensar que los políticos que hacen uso de ellas están mintiendo.

»Sobre todo, intenta que la discusión no se convierta en un ping-pong de estadística, un juego del que muchos pagan por alejarse. Si usas estadísticas, no te compliques. Asegúrate de que las cifras sean redondas, claras y que todo el mundo pueda entenderlas: en vez de 30 de 100 personas, di uno de cada tres”; y en vez de “25 por ciento” di “un cuarto”. Úsalas solo cuando realmente las necesites, no como simples refuerzos.

»La crítica hacia la Iglesia suele estar fundamentada en citas erróneas o falta de comprensión global. Por lo tanto, es importante ir a la fuente y comprobar dónde se ha torcido la verdad o en qué parte se ha interpretado mal.
9. No se trata de ti»Para una buena comunicación es esencial aparcar el ego. No es que el crítico no te valore o no te respete a ti, sino a lo que tú representas. Tu miedo, timidez y defensiva son los productos de tu ego que se queja. Piensa en Juan el Bautista, un comunicador sin miedo; la fuente de su fuerza fue saber que él era la puerta por la que tenía que pasar la gente para llegar a Jesucristo.

»Ahora pasemos a zanjar la cuestión de si tu intervención va a ser fantástica o espantosa. Es inevitable sentirse un poco nervioso antes de hablar en público, la adrenalina
ayuda a concentrarse. Pero un exceso de nervios suele tomarse como una señal de timidez. Recuerda que
a la gente no le interesa lo que tú pienses, sino lo que tú pienses.
»Sin embargo, el ego nos engaña y nos hace pensar que nosotros somos el centro de la atención, lo que nos hace temblar por los nervios o hincharnos de absurdo orgullo.

»Respira hondo para calmarte antes de empezar y haz una pausa antes de responder a la pregunta. Por supuesto,
la mejor forma de apagar los nervios es prepararse bien.
»Rezar antes de entrar en un plató o de empezar un debate es vital: no solo para apagar los nervios y aparcar el ego, sino también para recordar para qué y para quién vas a hablar. Reza para que el Espíritu Santo esté contigo y hable a través de ti.

»Si sale mal, ¡alégrate! El éxito no tiene casi nada que enseñarnos. Pídele a alguien de confianza que repase la intervención contigo para ver dónde te equivocaste y lo que puedes mejorar.
Es una oportunidad para aprender, así que agradece la lección.
»Y recuerda: es mucho menos importante de lo que crees y seguro que no lo hiciste tan mal como piensas.

»Estás trabajando para Dios lo mejor que puedes y eso ya es suficiente, aunque no salga bien. El ego intentará persuadirnos de que somos el mejor orador del mundo o la criatura más desgraciada que jamás haya hablado por un micrófono. La verdad es que no somos ni lo uno ni lo otro, y por lo general somos bastante buenos, por lo que te puedes quedar tranquilo.
10. Vas a dar testimonio, no a ganar»Uno de los periodistas encargados de cubrir el viaje papal estaba descansando en Londres después de escribir sobre el segundo día de Benedicto XVI en dicha ciudad. En la mesa de al lado había dos mujeres que miraban sin demasiado interés el seguimiento en directo de la llegada del Papa a Hyde Park. Dos miembros de Catholic Voices estaban siendo entrevistados y comentaban, explicando con precisión y entusiasmo, lo que el Papa significaba para ellos, para los católicos y para el Reino Unido. También contaban por qué creían que el viaje en cuestión era un beneficio para la sociedad en general. Una vez hubieron terminado, una de las mujeres se giró y le dijo a la otra: “
Bueno, parece que no todos están locos".
»El periodista nos dijo: “¡Habéis ganado el partido!”.

»El poder de estas reacciones no es algo fácil de medir. Sin embargo, bastante gente que vuelve a la Iglesia después de muchos años o que decide interesarse por convertirse al catolicismo, suele alegar haber oído o visto a alguien decir algo que les causó impresión y seguía dándole vueltas en la mente.

»No obstante, no suele ser el resultado de una discusión brillante o de una frase bonita. Casi siempre se trata de una “reformulación”: un prejuicio o una preconcepción que es rebatida o incluso dada la vuelta.
A esto lo llamamos “conversión”.
»Catholic Voices existe para contarle a la gente la verdad sobre la Iglesia y que así la puedan ver con otros ojos. En la Introducción, hablamos de cómo la fe católica puede “escandalizar”: incita reacciones bruscas así como preguntas difíciles. Dijimos que "escandalizar" es un obstáculo en el camino. Hace que la gente se pare y piense; que se pregunte cosas. Y esto puede significar el comienzo de un nuevo camino: un camino que nos lleve a ver la vida de otra manera. O por el contrario, que nos lleve a abandonar el camino y darnos la vuelta, de lo que nos previene Jesús.

»El cometido de Catholic Voices es entrar en ese momento preciso, el momento del “escándalo”, cuando la gente todavía no se ha dado la vuelta pero está indignada, confundida o curiosa. Cualquier reto es para nosotros una oportunidad de ser testigos: disipar malentendidos, difundir luz donde hay mito y confusión, demostrar empatía y compasión así como una visión más profunda.

»El enemigo de ese testimonio es el deseo de “vencer” y “derrotar”. Una actitud de rivalidad y victoria, de ganadores y perdedores, de “nosotros contra ellos”, de “bien y mal”…

»Este es el idioma de las batallas y ataques, de la guerra y la persecución. Hay algunos católicos a los que les gustaría levantar el puño en contra de los que atacan a un Papa que, según ellos, está siendo injustamente atacado en temas como la adopción por homosexuales o el abuso sexual clerical. Pero aunque tienen el derecho a defenderle y a explicar mejor las cosas, también deberían evitar formar parte del ciclo de acusación y defensa.

»Y, como es bien sabido, nadie está más fuera de ese ciclo que el mismo Papa Benedicto. ¿Qué fue lo que hizo tras aterrizar en Escocia? Bendijo al país, agradeció su hospitalidad, besó bebés y derritió corazones. Dijo palabras fuertes, palabras provocadoras, a los que le escuchaban; pero eran palabras razonables, llenas de compasión y dichas con convicción. No daba órdenes, sino que hacía un llamamiento. Demostró compasión, empatía y verdadero amor. Por ese testimonio que dio de si mismo, la gente del Reino Unido estuvo dispuesta a escucharle. Esa fue su victoria, el único tipo de victoria que tenemos que perseguir».

lunes, 26 de diciembre de 2011

CONSEJOS DE AUTOAYUDA

Para salir de tus adicciones te propongo lo siguiente:

1)    Cinco a diez minutos de respiraciones profundas por la mañana. De pie, extendiendo los brazos hacia los lados al inhalar, se retiene el mayor tiempo posible y se exhala por la boca bajando simultáneamente los brazos hasta llegar al reposo.
2) Ejercicios físicos intensivos de acuerdo con su propia capacidad.
3) Sentarse en una silla bien erguido con la columna vertebral bien derecha y las manos entrecruzadas, las piernas juntas y mantenerse completamente inmóvil por el mayor tiempo posible. La inmovilidad debe ser total y completa.
4) En un momento de gran cansancio físico, al llegar a la casa a descansar, salir nuevamente y caminar algunos minutos. Durante esta caminata repetir mentalmente “ejecuto este sacrificio para que mi fuerza de voluntad crezca cada día más y más”.
















martes, 29 de diciembre de 2009

VOLVER A EMPEZAR


  Siempre, ante un nuevo año nos proponemos metas para modificar algo de nuestra vida que no nos gusta, para conseguir algo que anhelamos para realizar un enésimo esfuerzo en la consecución de una paz con la conciencia que no llega a producirse. Repasando he encontrado un artículo que nos puede venir bien en estos propósitos para el nuevo año:

"Yo debería de cambiar, pero trato y no puedo." Suena familiar? Muchas veces, el cambiar nuestros hábitos o costumbres nos parece imposible. Una gran mayoría de nosotros no tenemos el impulso suficiente para cambiar nuestros hábitos todas nuestras malas costumbres de manera que verdaderamente afecte nuestra salud. Nos aferramos a ellas porque las vemos como recompensa.


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