TRADUCCIÓN

miércoles, 1 de enero de 2014

BEN MIZZIAN, GENERAL MORO

Carrerra militar

Hijo de Mohamed Ameziane, llamado por los españoles El Mizzian, un caíd fiel a la colonización española y jefe de la cabila de Mazuza, a la que pertenecía su pueblo natal, la dedicación a la milicia de Mizzian tiene su origen en un curioso episodio narrado por el periódico melillense El Telegrama del Rif, el 11 de enero de 1911: Con ocasión de una estancia en Melilla, el rey Alfonso XIII, visitó la Escuela Indígena; el profesor Abd el-Krim (quien años más tarde lideraría la revuelta rifeña contra los españoles) llamó al encerado al alumno Mohamed ben Mizzian quien resolvió, según relata la crónica, "un complicado problema de regla de interés y fue capaz de señalar en los mapas de Europa ríos, regiones y capitales". El monarca, agradado, preguntó al pequeño qué quería ser y éste le contestó: "Capitán".[cita requerida]


Cuando el rey abandona la escuela, su padre, presente en el acto, recibe la promesa del rey de apadrinar su ingreso en una academia militar española.
En 1913, cuando Mizzian cumple los 16 años, y siendo ya huérfano por muerte violenta en acción de guerra en el Rif en 1912, de su padre el rey apadrina su ingreso en la Academia de Infantería de Toledo, teniéndose para ello que modificar la ley, pues la academia no admitía alumnos no cristianos.
Sale de la Academia en 1916 con el grado de alférez y es destinado al Ejército de África, donde dos años más tarde asciende a Teniente. Durante la Guerra del Rif (1921-1926) Mizzian, al mando de tropas indígenas, luchó contra el que fuera su maestro y a la sazón líder de la revuelta rifeña contra los españoles, Abd el-Krim. Herido durante el conocido como desastre de Annual en 1921, en 1923 asciende a capitán por méritos de guerra y en 1925 a comandante. Es durante esta campaña cuando comienza su relación de amistad con Franco, entonces teniente coronel, al que incluso salva la vida en una ocasión en octubre de 1924.[1]



Guerra Civil Española

En julio de 1936 estaba destinado como comandante del II tábor (batallón) de Regulares 5, con sede en Segangan, a unos 20 km al sur de Melilla. Aunque un informe que la Unión Militar Republicana Antifascista de Melilla hizo llegar al ministro de la Guerra, al iniciarse la etapa del Frente Popular, le citaba entre los cinco únicos comandantes de la Circunscripción Oriental de Marruecos "sin un sentido específico antirrepublicano", Mizzian se incorporó a la conspiración contra el gobierno a finales de la primavera, tras una conversación que sostuvo en el casino militar de Melilla con el enlace del general Mola en la ciudad: Juan Seguí Almuzara, ex teniente coronel que en 1931 se había acogido a los decretos del ministro Manuel Azaña para dejar el Ejército y montar un negocio. Nada más tener noticias del inicio del alzamiento, la tarde del 17 de julio, Mizzian se dirigió con su tábor hacia Melilla, donde los rebeldes estuvieron inicialmente en minoría. De camino a la ciudad, asistió al final del primer enfrentamiento de la Guerra Civil Española: el asalto de tropas de Regulares 2 a la base de hidros del Atalayón, donde un pequeño número de oficiales afines al Frente Popular, encabezados por el jefe accidental de la base, el capitán Virgilio Leret, se opusieron por las armas al golpe de Estado. Leret se rindió tras un breve tiroteo, en el que murieron un sargento y un soldado, y fueron fusilados él y toda su guarnición.[2]
Triunfante la rebelión en Marruecos, el 14 de agosto de 1936 aterrizó en Jerez de la Frontera y al mando de sus regulares tomó parte en la toma del Alcázar de Toledo y la marcha sobre Madrid, en la que él y sus tropas indígenas destacaron por su empuje y extrema violencia durante los primeros combates en la batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid. Un relato del periodista norteamericano John T. Whitaker, en 1943, narró la violación múltiple y asesinato de dos jóvenes españolas capturadas por su unidad, así como el asesinato en Toledo de 200 milicianos heridos que se encontraban en el hospital tras el Asedio del Alcázar.[3] [4]
En la batalla por la toma de Madrid fue herido en los combates de la Ciudad Universitaria. Ascendido a Teniente coronel pasó a la columna gallega de invasión de Oviedo. En 1938, ya como Coronel y al mando de la 1.ª División de Navarra, tomó parte en la batalla del Ebro y en la campaña de Cataluña.

 

 

Posguerra

Al acabar la Guerra Civil, el general Franco le nombró comandante general de Ceuta. En 1953, es ascendido a teniente general y se le destina al mando de la Capitanía General de la VIII Región Militar gallega. En 1955 fue nombrado Capitán General de Canarias, su último destino en el Ejército Español.
En 1956, al obtener Marruecos la independencia, el rey Mohammed V le pidió que se encargara de la organización del nuevo ejército marroquí, por lo que solicitó su baja en el ejército español, siéndole ésta concedida con fecha 22 de marzo de 1957.
En Marruecos ocupó primero el puesto de inspector de las Fuerzas Armadas Reales y en 1957-58, junto con el futuro rey Hassan II, protagonizó la despiadada represión de la sublevación del Rif, cuyos habitantes rebeldes fueron bombardeados con napalm.
En 1964 fue nombrado ministro de Defensa y el 22 de febrero de 1966, Hassan II le envió como embajador de Marruecos a Madrid, según se dijo, en "un gesto de buena voluntad de acercamiento a España". En 1970 volvió a formar parte del gobierno como ministro de Estado y el 17 de noviembre de ese año fue ascendido a mariscal, convirtiéndose en el militar de más alta graduación del ejército marroquí.
En su larga trayectoria militar obtuvo múltiples condecoraciones, tales como la Medalla Militar individual, la Cruz Laureada de San Fernando colectiva, once cruces rojas al mérito militar, dos medallas de sufrimientos por la patria y la Gran Cruz del Mérito Militar, entre otras.
Casado en 1925 con Fadela Amor, tuvo siete hijos, seis niñas y un varón, Mustafá que estudió en la Academia de Artillería de Segovia y que murió en un accidente. De sus seis hijas, dos de ellas terminaron casadas con militares, una con quien, en 1971, fue ejecutado por encabezar un intento de atentado contra Hassan II y la otra, casada en secreto, con un militar español, sobrino del que fuera ministro de Asuntos Exteriores Alberto Martín Artajo. Esta boda provocó las iras de Mizzian, musulmán convencido, ya que para llevarla a cabo la hija había de convertirse a la fe católica. Para impedirla planeó secuestrar a su hija, que se hallaba refugiada en Valladolid. Con tal fin, convenció a la pareja para que viajara a Tetuán con el fin de reconciliarse. No obstante, en el mismo aeropuerto un oficial, siguiendo instrucciones suyas, retuvo a la hija y expulsó al novio.
Este incidente provocó hondo malestar en la oficialidad española, pero Franco hizo oídos sordos a la protesta y al escrito que le dirigió el novio. En cambio sí intervino para impedir que prosperara la propuesta de retirada, formulada por el Consejo Supremo del Ejército, de la paga española que Mizzian aún percibía tras pasar a las órdenes de Mohamed V.
El 27 de marzo de 1975, aquejado de una grave enfermedad es ingresado en el Hospital General del Aire donde falleció el 1 de mayo siguiente, siendo sus restos trasladados a Marruecos.
En 2006 fue inaugurado, por una de sus hijas, Leila, un museo privado dedicado a su memoria en su localidad natal de Béni Ensar, instalado en una casa que en su día le regaló Franco.


Condecoraciones

Al cumplirse el XX aniversario del Alzamiento Nacional le fue otorgada la Gran Cruz de la Orden de Cisneros, al mérito político.[5]


OTRA VERSIÓN


Mohammed Ben Mezzian, el bulldog de Franco. Imagen de la Wikipedia.
“180 pesetas al mes, con dos meses de anticipo. 4 kilos de azúcar, una lata de aceite y tantos panes como hijos tuviera la familia del alistado”
Ésta fue la verdadera razón que convenció a los Rifeños de la zona norte de Marruecos, la del Protectorado español, para alistarse en las filas del ejército sublevado a las órdenes de Franco en 1936.

En parte a la fuerza, pero sobre todo por hambre. “Hambrea a tu perro y te acompañará a donde quieras”, proclama un antiguo dicho. Años de sequías y malas cosechas, años de soportar la brutal política española de aplastamiento de su lucha anticolonialista, unidos al falaz argumento de que compartían con los cristianos franquistas la creencia en Dios, convencieron a los musulmanes rifeños de embarcarse en la “cruzada” contra los ateos republicanos, comunistas y anarquistas.

Cartel de propaganda franquista, destacando a España como referente espiritual del mundo. La cruz que aparece en él oculta a la media luna musulmana en la que se apoyó para lograrlo. Imagen de la web Islam y Al-Andalus
Con el traslado a la península de estas aguerridas tropas, comienza uno de los episodios más esperpénticos de la rebelión franquista: el uso por un “caudillo” autoproclamado adalid del nacional-catolicismo, de guerreros musulmanes para masacrar sin piedad a otros españoles, en gran parte también católicos.
Imagen tomada de la web Mehmet Shehu in the Spanish Civil War?
Franco utilizó las tropas marroquíes como carne de cañón, para evitar el mayor número posible de bajas entre sus soldados españoles. Pero también, y principalmente, como arma psicológica contra los republicanos. Cuantos más crímenes y salvajadas cometieran los “moros”, menos valor tendrían los soldados de la República para afrontarlos.

La guerra del Rif había sido brutal y salvaje. No hubo atrocidad cometida por los rifeños que no fuera superada inmediatamente por los españoles y viceversa. Arturo Barea lo relata en “La Forja de un Rebelde”:


"La bestialidad es seguramente la cosa más contagiosa que existe. Ellos les cortaban los testículos a los soldados y se los atascaban en la boca. Entonces nosotros les cortábamos las cabezas a los moros y adornábamos el parapeto de la posición por la noche".
Legionarios exhibiendo cabezas decapitadas de moros en la punta de sus bayonetas. Primo de Rivera, en una visita realizada a un acuartelamiento de la Legión Extranjera en 1925, expresó su disgusto por estas prácticas. Imagen de la web Fotos con Historia.
Aquellos mercenarios marroquíes tenían la bendición de sus muy católicos oficiales españoles para saquear, violar y mutilar en las poblaciones conquistadas. Es decir, los mismos métodos del pillaje, la destrucción, la violación y el corte de orejas, cabezas y testículos que habían sido empleados desde siempre por el Ejército africanista español en su guerra contra los rifeños.

"Con el aliento de la venganza de Dios sobre las puntas de sus machetes persiguen, destrozan, matan y embriagados con la sangre la columna avanza".
Así describe el jesuita Alberto Risco, en su libro “La epopeya del Alcázar de Toledo”, la entrada en la ciudad, el 29 de septiembre de 1936, de las tropas del coronel Mohamed Mezzian, el marroquí que alcanzó la más alta graduación en el ejército de Franco. Llegó a Capitán General.
Otra imagen de Ben Mezzian. Tomada de la web Kaosenlared
Una casualidad explica, al parecer, la excepcional carrera militar de Mezzian. En 1910, cuando apenas tenía trece años, subió al encerado y resolvió un problema ante la mirada atenta de Alfonso XIII que visitaba su colegio, según relató "El Telegrama de Melilla". El monarca, agradado, preguntó al pequeño qué quería ser y este le contestó: “Capitán”. Tres años después el rey apadrinó su ingreso en la Academia de Infantería de Toledo cuyo reglamento hubo de ser modificado para que pudiera ingresar un musulmán.

El 17 de julio de 1936, que fue realmente el primer día de la sublevación militar, Mezzian tendría la oportunidad de “agradecer” a su país de acogida lo que había hecho por él. Al frente del 2º Tabor de Regulares, se unió a los sublevados para atacar la base de hidroaviones de El Atalayón, en Melilla, defendida por un puñado de oficiales, suboficiales y soldados leales a la República, al mando del capitán Virgilio Leret. Allí ocasionaron las primeras víctimas de la Guerra Civil.

Tras 3 horas de resistencia, el capitán de aviación Virgilio Leret arrojó su revólver a los pies del capitán de la fuerza atacante de la base de hidroaviones de El Atalayón. "Yo soy el jefe y estos hombres se han limitado a seguir mis órdenes", le dijo fríamente. La tarde del 23 de julio fue fusilado junto a cuatro de sus subordinados. Su esposa, la escritora y periodista Carlota O'Neill, pasó cinco años en prisión.Imagen de la web Leret en la Historia
Poco después, ya en la península, comenzó la cruel carrera de dudosa gloria de Mezzían, al lado de su “compañero de armas” Franco, desempeñando un papel importante en la “liberación” del Alcázar de Toledo, en la marcha sobre Madrid y en las batallas de Teruel y del Ebro.


La ocupación de Toledo fue especialmente brutal y sanguinaria. John Whitaker, periodista e historiador norteamericano, recoge en la revista Foreign Affairs, en octubre de 1942, sus conversaciones con oficiales del Ejército español que le reconocen que los rifeños de Mizzian mataron a los heridos republicanos del hospital toledano de San Juan Bautista. "Presumían de la manera en que habían lanzado granadas sobre doscientos hombres indefensos y aterrados", recuerda.

Los nacionales proyectaron en su propaganda una imagen de "cruzada contra las hordas rojas y ateas", evitando en lo posible las referencias visuales a sus tropas musulmanas. Y cuando esto no fue posible, mantuvieron hacia ellas una actitud paternalista, haciendo parecer a los " moros" como indivíduos infantiles e inocentes, supeditados a los blancos. Esta imagen de la web Islam y Al-Andalus es un ejemplo.
En Toledo, como en otras poblaciones que antes habían ocupado, las tropas de Mezzian se dedicaron a lo que mejor sabían hacer: fusilar en masa a los prisioneros, castrándolos y paseando sus despojos pinchados en sus bayonetas como símbolo de victoria. Violar a las mujeres hasta matarlas. Saquear las viviendas vendiendo en improvisados zocos los productos de su rapiña

Los Regulares de Mezzian y los legionarios fueron asimismo autores del fusilamiento sobre sus propios camastros de más de 100 heridos y enfermos del hospital de Tavera, a las afueras de Toledo, que no habían podido ser evacuados. De la Maternidad toledana sacaron además a no menos de 20 mujeres embarazadas a las que condujeron al cementerio municipal donde las ejecutaron.

Soldados marroquíes en el frente de Madrid. Imagen de la web Islam y Al-Andalus
Del trato de Mezzian a las mujeres da idea el hecho de que en Navalcarnero, pueblo cercano a Madrid, hubo un burdel con prostitutas traídas de Marruecos a las que Mezzian añadía personalmente chicas españolas de la zona a las que había “cazado”. Se dice que muchas se quitaron la vida.

"Me encontraba con este militar moro en el cruce de carreteras cerca de Navalcarnero en el otoño de 1936”, continúa Whitaker en su artículo, "cuando dos muchachas españolas, que parecían aún no haber cumplido los veinte años, fueron conducidas ante él. A una se le encontró un carné sindical; la otra, de Valencia, afirmó no tener convicciones políticas. Mezzian las llevó a un pequeño edificio que había sido la escuela del pueblo donde descansaban unos cuarenta moros. (...) Se escuchó un ululante grito salido de las gargantas de la tropa. Asistí a la escena horrorizado e inútilmente indignado. Mezzian sonrió afectadamente cuando le protesté, diciéndome: 'Oh, no vivirán más de cuatro horas ' ".
Estas y otras “hazañas” similares inclinaron a su amigo Franco a nombrar a Mezzian en 1953, después de otros varios cargos, Capitán General de Galicia. Fue allí, en Santiago de Compostela precisamente, donde como representante de Franco tuvo que realizar la ofrenda al apóstol “Matamoros”. Antes de celebrar la ceremonia oficial, manos piadosas se esmeraron en ocultar bajo tapices y ramos a los moros despanzurrados bajo el blanco corcel en la imagen del santo que preside el templo. Así pudo respetarse la “sensibilidad” de aquel devoto musulmán.
"Santiago Matamoros guerrea en 1500", pintura de Juan de Flandes. Museo Lázaro Galdiano de Madrid. Imagen de la web de la enciclopedia Encarta.
En 1956, al obtener Marruecos la independencia, el rey Mohamed V le pidió que se encargara de la organización del nuevo ejército marroquí, por lo que solicitó su baja en el ejército español y, junto con el futuro rey Hassan II, protagonizó la despiadada represión de la sublevación del Rif, cuyos habitantes rebeldes fueron bombardeados con napalm.

Después de acumular cargos y honores en Marruecos, incluído el de embajador de ese país en España, Mezzian murió en Madrid en marzo de 1975, el mismo año que el “Generalísimo”. Hasta entonces había estado cobrando la paga que aún percibía del ejército español a pesar de su baja en el mismo.

En 1924, el entonces capitán Mezzian salvó la vida de Franco, al que un rifeño apuntaba con su arma. Este fue el origen de la "amistad inquebrantable" entre el futuro dictador y el militar marroquí. En la imagen, que pertenece a la web de fotos del diario El País, puede verse a Ben Mezzian junto al teniente coronel Temprano, a cuyas órdenes estaba entonces.
Tantos “méritos” acumuló que, en 2006 su hija, Leila Mezzian, inauguró un museo dedicado a la memoria de su padre, lleno de fotos del dictador Franco con “su” general rifeño. El museo se encuentra en Nador, a doce kilómetros de Melilla. Ocupa la casa natal de Mezzian, que también le fue regalada por su protector Franco por los servicios prestados.

En la inauguración se dieron cita varios ministros y un puñado de generales marroquíes, historiadores y personalidades de las finanzas. Lo malo, para la Memoria Histórica de nuestro país, es que también estuvieron invitados en lugar de honor varios españoles: concretamente el embajador de España en Marruecos, Luis Planas, y dos generales, el teniente general Rafael Barbudo, segundo jefe de Estado Mayor del Ejército, y el general Vicente Díaz de Villegas, comandante general de la ciudad de Melilla. El embajador además, se desplazó en un avión privado desde Rabat, puesto a disposición de los invitados por la familia de Mizzian.


Que cada cual saque sus propias conclusiones.



Fuentes documentales


Bibliografía


- González Alcantud, José antonio (Ed..) , Rachid Raha, Mustafá Akalay (col.) “Marroquíes en la guerra Civil española: campos equívocos” – Ed. Anthropos, Barcelona, 2003

- Loukili Zakaria “La participación del ejército “moro” en la Guerra Civil Española (Hermandad entre musulmanes y cristianos contra el infiel “rojo”)”. Monografía de Licenciatura con el asesoramiento del profesor Dr. Arabi Abd-elhakim. Departamento de Estudios Hispánicos. Universidad Mohamed I, Facultad Pluridisplinaria, Nador (Marruecos). Curso 2007-2008

- Nuñez Seixas, Xosé M. “¡Fuera el invasor!: nacionalismos y movilización bélica durante la guerra civil española (1936-1939)”. Ed. Marcial Pons. Ediciones de Historia. Madrid, 2006.

- Reig Tapia, Alberto. “Memoria de la guerra Civil. Los mitos de la tribu”.Alianza Editorial, Madrid, 1999.


Prensa Digital


-Cembrero, Ignacio. “El embajador y dos generales
homenajean a un militar golpista en Marruecos”. Artículo del diario El País, de 30 de mayo de 2006.
- Cembrero, Ignacio. “La última victoria de Mizzian, el general exterminador”. Artículo del diario El País, de 4 de junio de 2006.

- Lmrabet, Alí. “TRIBUNA LIBRE: El general Mizzián, el 'Ejército moro' y la Guerra Civil”. Artículo del diario El Mundo, de 24 de junio de 2006.

- Valenzuela, Javier. “Por cuatro kilos de azúcar”. Artículo del diario El País, de 27 de abril de 2002.


Revistas digitales
- Ruiz Vidondo, Jesús María. "Ben Mizzian, el general moro de Franco". Arbil, revista de pensamiento y crítica., nº 119.

Páginas web y blogs


- “Mohamed Ben Mizzian, cuando la mano de Alá salvó a Franco”. Columna politica de E. Delgado

- “Franco y el Islam”. Artículo de Gabriel Cardona, profesor de la Universidad de Barcelona. Yama’a, boletín nº 38, mayo de 2005. Página web de Islam y Al-Andalus.

- “Los moros de Franco”. Memoria, boletín nº 63, junio de 2007. Pagina web de Islam y Al-Andalus.
- "Mohammed Ben Mizzian. Un general musulmán en el ejército de Franco".Artículo de la web MundoSGM
- "General Mohhammed Ben Mizzian. Fiel bulldog de Franco". Artículo de Remedios de los Ángeles Climent para el boletín La Illeta nº 123, de 2 de septiembre de 2008.

Materiales audiovisuales

-
"El general moro". Documental de Canal de Historia. Puede visualizarse en YouTube

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