1º.-
Aunque estaba pronta a entregarse, me abstuve de ello y no obedecí la tentación que me ofrecía Satán.
Apareció sin velo en la noche, y las tinieblas nocturnas, iluminadas por su rostro, también levantaron aquella vez sus velos.
Mas puse al precepto divino que condena la lujuria, como chambelán que guardase las puertas de mi pasión, para que mi instinto no se rebelase contra la castidad.
Y así pasé la noche con ella, como el pequeño camello sediento, a quien el bozal impide mamar.
Tal un vergel, donde parar uno como yo, no hay otro provecho que el ver y el oler.
Que no soy como las bestias abandonadas que toman los jardines como pasto.
Abenférach, conocido como el de Jaén, murió en 966. Poeta árabe que vivió en Jaén2º.-
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