Ahora que nosotros hemos llegado a conocer
a Cristo personalmente, nosotros debemos vivir de manera diferente (2 Cor.
5:17).
Dios trabaja en nosotros, ¨Ambos, la
voluntad y trabaja para Su complacencia¨, por lo que nosotros debemos
permitirle a Él la libertad de trabajar dentro de nosotros.
En Romanos capítulo siete, el apóstol
Pablo esta compartiendo con nosotros su propia experiencia como un cristiano
maduro. Yo sé quién es el hombre en Romanos siete; ¡Yo trato con el cada día!
Este es el conflicto continúo de los cristianos con el pecado, el cual él
comparte, y nos recuerda que no hay victoria en nuestras luchas, separado del
trabajo de la morada de el Espíritu Santo. El Cristiano maduro esta siempre en
Romanos 7, y separado del trabajo diario de el Espíritu Santo en el creyente, él
no puede vivir la vida cristiana (Rom. 8).
En el contexto, Pablo nos dice que la ley
no es capaz de justificarnos ante Dios, y esta también no es capaz de
santificarnos. El Espíritu Santo santifica al creyente, y no guardando la ley.
Este maravilloso capítulo es un testimonio de el gran apóstol, que el Cristiano
maduro esta constantemente luchando con el pecado, y esta constantemente
creciendo en su conciencia de lo pecador que realmente él es, entonces él
regresará constantemente y dependerá de la obra terminada de Jesucristo (Romanos
7:14-25). No hay fin para estas luchas con el pecado hasta que nosotros veamos
cara a cara a Jesús en el cielo. Este es un tiempo de vida de lucha contra el
pecado que reside en la persona nacida de nuevo.
La victoria solamente viene cuando
nosotros nos hacemos disponibles al Espíritu Santo. Existe la continua presencia
de el pecado en nosotros a través de nuestros cuerpos, y nosotros lucharemos con
el todos los días de nuestra vida en esta tierra. Nosotros no podemos ganar la
batalla con el pecado en nuestra propia fuerza. El Cristiano creyente maduro
continuamente lucha contra la morada de el pecado, y él lo hará hasta que él
termine de vivir la vida presente.
La palabra ¨carne¨ (sarx) es usada en
diferentes sentidos en la Biblia y por lo tanto cada uso debe de ser
interpretado en su propio contexto. La palabra ¨carne¨ puede referirse a toda la
raza humana como en ¨toda la carne¨ (Isa. 40:6, 1Pedro 1:24). Después de Su
resurrección Jesús uso la palabra ¨carne¨ para describir Su propio cuerpo carnal
(Luc. 24:39). Pablo uso esta palabra en ocasiones para describir todo el cuerpo
(Gál. 2:20). En Gálatas 5:17 él la usa para referirse a la parte sensual de la
naturaleza humana.
En Romanos 7:5; 8:5, Pablo usa ¨carne¨
para contrastar aquellos que están ¨en el Espíritu¨ Esta es usada en Romanos
como un término para la no regeneración, el incrédulo, antes de que Dios nos
salvo. En su completo sentido teológico la palabra ¨carne¨ denota que el hombre
esta determinado por su relación con Dios. Pablo usa ¨carne¨ para describir ¨la
naturaleza pecaminosa¨ en Romanos siete y ocho.
El Nuevo Testamente consistentemente saca
a la luz el contraste de lo que nosotros éramos antes de venir a Cristo y
lo que nosotros somos en Cristo. El Cristiano no puede continuar en pecado como
una práctica habitual. Sin embargo, los Cristianos maduros pecan, pero ellos no
continúan en el. El cambio que Cristo trae será visto en nuestras vidas diarias.
Nosotros hemos entrado en una nueva fructífera unión vital con Cristo
Jesús.
Cuando nosotros estamos caminando en el
Espíritu, nosotros nos deleitamos en la ley, y queremos hacer lo que es bueno y
justo a los ojos de Dios. Pero nosotros no podemos lograr la total
conformidad.
Cuando Pablo mide que tan lejos él ha
llegado en su vida Cristiana, él encuentra que se ha quedado corto y no esta a
la altura de la norma de Dios (v.23). El pecado, aunque destronado de su
corazón, todavía habita en su propia naturaleza caída. Nuestra naturaleza
pecaminosa no es erradicada, no importa lo mucho que deseemos que esto suceda.
El deseo de la perfección de Pablo esta frustrado por el poder de distracción de
la morada de el pecado.
Pablo describe el dolor en su corazón.
¨!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?¨ (v.24). Pablo
hace la pregunta en el tiempo futuro, y él también nos dá la respuesta en el
tiempo futuro. ¡¨Gracias a Dios¨ ¡ ¡Él me librará por medio de
Jesucristo!.
El único camino para la victoria es por
medio de Jesucristo. Nosotros nunca alcanzaremos el éxito por nosotros mismos.
Nosotros debemos de depender de Él cada momento. Si, nosotros estamos peleando
esta batalla espiritual con cada pizca de fuerza en nuestro ser hasta que
nosotros dejemos de respirar. Dios esta trabajando en usted; por favor no se
detenga ahora. En última instancia el triunfo es de Dios solamente.
Pablo es un creyente maduro, habiendo
servido a Dios por muchos años, y él testifico acerca de su presente
involuntaria perfección. Esta lucha con el pecado. ¨Y todo aquel que tiene esta
esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro¨ (1 Juan 3:3). La
esperanza de aparecer en la presencia de Dios inspira al creyente de quitar el
pecado el cual nubla nuestra visión de Dios.
Nuestra victoria esta asegurada cuando
nosotros veamos a Jesucristo en gloria.
Nuestro rendimiento en el Espíritu Santo
no es una experiencia de una vez por todas. Esto no es algo que usted alcanza,
pero es un caminar diario y un constante compromiso de renuevo de Su trabajo en
nosotros.
Selah!
Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin
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