¿Cuál será nuestra
respuesta al SEÑOR Dios que sabe todo sobre nosotros todo el tiempo? ¿Cómo
debemos responder a Su permanente presencia que nunca nos deja? Porque Él es
omnipotente, ¿cómo debemos vivir nuestras vidas? Sabiendo que Dios es
omnisciente, omnipresente, omnipotente debemos complacerlo en todo lo que
hacemos.
El salmista David no
quería ser influenciado por personas malas. Él no amó el estilo de vida del
pecador. "De cierto, oh Dios, harás morir al impío; apartaos, pues, de mí,
hombres sanguinarios. Porque blasfemias dicen ellos contra ti; tus enemigos
toman en vano tu nombre. ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, y me
enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por completo; los tengo por
enemigos "(Salmo 139:19-22).
Esas son palabras fuertes.
¿Quiero terminar con el pecado? ¿Qué pecados pediría a Dios que quite en mi
vida? ¿Qué enemigos espirituales en mi vida tienen que irse? ¿Tiene algunos
amigos íntimos a los que necesita renunciar por su bien espiritual? ¿Está usted
dispuesto a renunciar a esas relaciones que te hacen blanco fácil de la
tentación por hacer el mal? Esa fue la actitud de David en los versículos
19-22.
Por otra parte, David fue un paso más y oró
para que Dios le permitiera seguir creciendo en justicia. "Examíname, oh Dios, y
conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino
de perversidad, y guíame en el camino eterno" (Salmo 139:23-24).
David utiliza la palabra "examinar", que
significa explorar, excavar, probar, examinar e investigar.
A Jeremías le dijeron, "Yo Jehová, que
escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino,
según el fruto de sus obras" (Jeremías 17:10).
Él examina y Él conoce los secretos del corazón
(Sal. 44:21). "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9).
David suplica a Dios que
lo examine y lo guíe en " el camino eterno " (v.24).
Nosotros tenemos tantos
puntos ciegos que necesitamos el sondeo diligente del Espíritu Santo en nuestras
mentes y corazones. Nosotros necesitamos que examine " y conozca nuestro
corazón," "conozca nuestros pensamientos angustiosos, " ve
si hay en nosotros camino de perversidad, y guíanos en el camino eterno"
¿Cómo puedo causar que el
Espíritu Santo se contriste? "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca,
sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los
oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis
sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo,
gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo" (Efesios 4:29-32).
El contexto nos dice cómo
causamos el dolor a nuestro Señor. La amargura, la ira, el enojo, la gritería,
la maledicencia y toda malicia debe de quitarse y sustituirse por la bondad
hacia los demás, un corazón misericordioso, el perdón hacia los demás así como
Dios en Cristo también nos ha perdonado (Efesios 4:31-32).
El mayor estímulo para el
creyente en Cristo Jesús es entrar en la presencia de uno que todo lo ve, el
Dios omnisciente nos conoce íntimamente. Porque hemos sido justificados por la
gracia por la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo y el Espíritu Santo
morando en nosotros, nosotros podemos estar de pie en Su luz y ser examinados
por Su presencia santa. Podemos permitirle a Él que examine nuestros
pensamientos, actitudes y los deseos del corazón y, luego, "llevar cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Cor. 5).
David modela este deseo
para nosotros. Hay una buena voluntad de quitar todo lo que entristece a Dios y
a su Espíritu y ser conducido en el camino eterno. Cuando encontramos pecado en
nuestros corazones hay una barra de jabón espiritual que limpia todo pecado (1
Juan 1:8-9).
Selah!
Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin
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