"Si
tú, siervo de Dios, estás preocupado por algo, inmediatamente debes
recurrir a la oración y permanecer ante el Señor hasta que te devuelva
la alegría de su Salvación"
"La
verdadera enseñanza que trasmitimos es lo que vivimos; y somos buenos
predicadores cuando ponemos en práctica lo que decimos."
"Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible."
"Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevarte contigo nada de lo que has recibido, sólo lo que has dado."
"El
hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo entero
debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el
altar en las manos del sacerdote".
"Espíritus
malignos y falsos, hagan en mi todo lo que quieran. Yo sé bien que no
pueden hacer más de lo que les permita la mano del Señor. Por mi parte,
estoy dispuesto a sufrir con mucho gusto todo lo que él les deje hacer
en mí."
"Es
siervo fiel y prudente el que, por cada culpa que comete, se apresura a
expiarlas: interiormente, por la contrición y exteriormente por la
confesión y la satisfacción de obra"
"El
demonio se alegra, sobre todo, cuando logra arrebatar la alegría del
corazón del servidor de Dios. Llena de polvo las rendijas más pequeñas
de la conciencia que puedan ensuciar el candor del espíritu y la pureza
de la vida. Pero cuando la alegría espiritual llena los corazones, la
serpiente derrama en vano su veneno mortal."
"Cuando
el servidor de Dios es visitado por el Señor en la oración con alguna
nueva consolación, antes de terminarla debe levantar los ojos al cielo
y, (juntas las manos), decir al
Señor: “Señor, a mi, pecador e indigno, me has enviado del cielo esta
consolación y dulzura; te las devuelvo a ti para que me las reserves,
pues yo soy un ladrón de tu tesoro.” Y también: “Señor, arrebátame tu
bien en este siglo y resérvamelo para el futuro.” Así debe ser, de modo
que, cuando salga de la oración, se presente a los demás tan pobrecito y
pecador como si no hubiera obtenida ninguna gracia nueva. Por una
pequeña recompensa se pierde algo que es inestimable y se provoca
fácilmente al Dador a no dar más."
"Luchemos
por alcanzar la serenidad de aceptar las cosas inevitables, el valor de
cambias las cosas que podamos y la sabiduría para poder distinguir unas
de otras."
"Predica el evangelio en todo momento, y cuando sea necesario, utiliza las palabras."
"Señor,
hazme un instrumento de tu paz. Donde haya odio siembre yo amor; donde
haya ofensa, perdón; donde hay duda, fe; donde hay desesperación,
esperanza; donde haya tinieblas, luz; donde haya tristeza, alegría."
"¡Terrible es la muerte!, pero ¡cuán apetecible es también la vida del otro mundo, a la que Dios nos llama!"
"No peleen entre sí y con los demás, sino traten de responder humildemente diciendo, “Soy un siervo inútil."
"En
la santa caridad que es Dios, ruego a todos los hermanos, tanto a los
ministros como a los otros, que, removido todo impedimento y pospuesta
toda preocupación y solicitud, como mejor puedan, sirvan, amen, honren y
adoren al Señor Dios, y háganlo con limpio corazón y mente pura, que es
lo que Él busca por encima de todo; y hagamos siempre en ellos
habitación y morada a Aquel que es el Señor Dios omnipotente, Padre, e
Hijo, y Espíritu Santo"
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