Cuando aún la medicina no estaba tan avanzada
como ahora, los soldados morían por las heridas que adquirían durante sus
combates. Muchos yacían por infección y fiebre. Para mitigar las dolencias y las
muertes tras una batalla, las armaduras avanzaron de una manera sofisticada a
partir de la adaptación de corazas defensivas de otros pueblos y tribus. Algunas
de ellas, incluso, sirvieron para establecer estrategias concretas que dieron
excelentes resultados en múltiples batallas a las que asistieron.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras, Lorica Hamata
Este tipo de
armadura comenzó a utilizarse durante el período de la República y su uso se
extendió hasta bien entrada la época Imperial. La lorica hamata era un
tipo de cota de malla formada por anillos metálicos que cubría tanto la parte
anterior como la parte posterior del cuerpo y que fue adapta posiblemente de las
piezas que usaban los celtas. Su uso se destinó tanto a los legionarios como a
las tropas auxiliares, y sobre todo protegía del corte de espadas y de golpes de
martillo o hacha. No era muy pesada, pero su mayor desventaja era su debilidad
frente a flechas o armas punzantes arrojadizas como lanzas o jabalinas.
La lorica
Squamata era un tipo de armadura en forma de escamas de hierro o bronce,
aleada con otros metales para evitar su oxidación. Las escamas, no muy gruesas,
se disponían de una manera muy homogénea para así evitar dejar al descubierto
cualquier parte del cuerpo y se unían unas con otras mediante agujeros que
hacían las veces de nexo de unión para tomar una disposición en fila. Su tamaño
era similar al de su armadura hermana la lorica hamata. Ambas armaduras
convivieron desde su creación en tiempos de la República.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras, Lorica Plumata
Era una cota
de malla de alto coste de producción, y que fue por ello por lo que su uso se
relegó a oficiales de alto rango. El nombre de plumata se debe a su
parecido con las plumas de un pájaro, cuyos penachos estaban unidos con anillos
metálicos para dar un aspecto respetable en el campo de batalla.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras, Lorica Musculata
Adaptadas de
los hoplitas griegos, inicialmente la usaron los soldados rasos a principios de
la época republicana, pero poco a poco su uso se destinó exclusivamente a
oficiales, tribunos y emperadores. Estaban fabricadas en bronce puro, y
protegían todo el tronco superior del oficial, mostrando marcados músculos
pectorales y abdominales fielmente conseguidos en metal por los maestros
herreros.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras, Lorica Segmentata
Fueron
usadas por la Guardia Pretoriana y otras unidades especiales romanas. Era una
coraza de hierro o bronce muy común en la infantería pesada que se disponía en
forma de bandas metálicas de manera horizontal. Era exclusiva de legionarios y
pretorianos.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras, Otras armaduras
El peto de
cuero duro fue muy usado por las tropas auxiliares romanas, debido a su ligereza
y al ser el tipo de armadura más barata que se podía fabricar. Se destinaba
sobre todo a la infantería más ligera. Otras armaduras, algo más sofisticadas,
eran una mezcla de cuero y bronce. Eran más robustas y pesadas, pero también
algo más costosas.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras, Scutum
El
scutum (escudo) fue el arma defensiva favorita de los legionarios
romanos. Gracias a él se pudieron llevar a cabo estrategias defensivas y de
arranque de tropas como la formación en testudo (tortuga) de gran uso en
las legiones. El scutum era de metal. Su parte central – o umbo –
estaba constituido de hierro o por aleaciones de otros metales como el cobre. El
umbo era la parte ofensiva del escudo, y su peso se utilizaba para
desplazar al oponente hacia atrás.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras,
Scutum
Por su parte interior se remachaba una cuerda
que servía para la sujeción del escudo. Su altura era de poco más de medio metro
y su curvatura permitía al soldado romano protegerse del ataque enemigo por
ambos flancos. La longitud del scutum fue la idónea para permitir el
manejo de su arma favorita, la gladius, o permitir llevar a cabo
múltiples formaciones defensivas y ofensivas.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras, Cetratus
El
cetratus estaba destinado exclusivamente a las tropas auxiliares. Era un
escudo ligero de tela y cuero revestido por metal. Era poco pesado y de fácil
manejo, pero menos resistente que el scutum, cuya forma ovalada recuerda a
éste.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras, Clipeus
El
clipeus fue un escudo ligero, posiblemente con un origen que se remonta a
las tropas egipcias que usaban en sus batallas contra los pueblos hititas. Su
formada redondeada recuerda al sol, aunque Plinio el Viejo creía que lo
inventaron los argivos. Estaba destinado especialmente a la caballería auxiliar,
ya que la infantería se adaptó mejor al scutum.
El llamado clipeus virtutis fue un escudo de oro que
se entregaba a modo de condecoración a los soldados romanos que salvaban la vida
de sus compañeros durante las batallas. El emperador Octavio Augusto recibió uno
de ellos cuando restauró la República.
Armamento de las Legiones Romanas: escudos y armaduras, Parma
Fue un escudo ovalado ya usado con mayor
asiduidad a finales de la Roma Imperial por la caballería y la infantería
auxiliar, aunque se cree en un origen etrusco que lo situaría en la región que
lleva su nombre. El escudo conocido como parma tuvo varias formas y fue
fabricado en múltiples materiales.
La pármula fue un escudo derivado de su
original, y era de pequeño tamaño y muy manejable. Su uso estuvo muy distendido
en los diferentes tipos de gladiadores que combatían en los juegos
Durante el intenso período de romanización, los
legionarios
romanos se valieron de varias garantías. Además de las formaciones y
tácticas, las armas tuvieron un papel fundamental a la hora de someter a los que
ellos llamaban como pueblos bárbaros. Las armas a distancia eran el mejor seguro
de vida de sus ataques, pues permitían causar bajas enemigas sin necesidad de
entrar en combate en modalidades cuerpo a cuerpo.
Los cascos
utilizados por las legiones romanas fueron muy cambiantes a lo largo del tiempo.
La mayoría de diseños contemplaban varios modelos que se iban perfeccionando a
partir de esbozos físicos de las tribus enemigas de, sobre todo, galos y celtas.
Su interior se revestía con capas de lana o cuero, que con el desgaste por el
sudor y su uso en general, podían ser sustituidos con facilidad a modo de
material desechable. Esto permitía evitar el roce del metal para no dañar la
piel de los legionarios. Hubo fábricas especializadas en su creación, incluso
herreros libertos de los pueblos mencionados. A finales del imperio, el uso del
casco se abarató considerablemente, considerándose una pieza de menor
importancia debido a que la economía romana tenía otros asuntos en los que
centrar sus monedas.
Armamento de las Legiones Romanas, Casco de Montefortino
Fue uno de los primeros en utilizarse,
dejando a un lado al casco de cuero (galea) y debe su nombre a la
localidad de Montefortino en la Península Itálica, aunque se cree que su origen
es celta (siglo IV-III a.C.) y que fue adaptado por los romanos tras las
campañas de batalla que llevaban a cabo contra ellos.
Estaban fabricados
en bronce y podía llevar en la parte superior adornos en forma de penachos o
coletas altas de pelo de caballo. Era un casco barato y sencillo de fabricar, y
que permitían la protección en la parte dorsal del cuello. Fue reemplazado
posteriormente por el casco Coolus.
Armamento de las Legiones Romanas, Casco Coolus
En un principio coexistió con el casco de
Montefortino, pero poco a poco su uso fue extendiéndose entre las legiones
romanas (siglo III-I d.C.) Su fabricación se inspiró en el típico casco Galo de
Coolus en el Marne.
Se manufacturaban
en bronce con apariencia semiesférica. Había una gran variedad de modelos de
este tipo de casco, ofreciendo todos ellos refuerzos de metal en la parte
frontal y una protección para el cuello de mayor tamaño que la del
Montefortino.
Armamento de las Legiones Romanas, Cascos Gálico Imperiales
Era un tipo de casco que también usaban las
tribus Galas. Sus características principales que los diferenciaba de los dos
grandes modelos anteriores eran las de poseer más ornamentos grabados en el
acero, lo que aumentaba su precio y la labor para fabricarlos.
Generalmente eran
de hierro, presentando únicamente latón en los laterales, para la protección de
las orejas, y en los elementos decorativos. También poseían en la parte más
superior un enganche con el objeto de colocar en el casco penachos o
plumas.
Armamento de las Legiones Romanas, Cascos Itálico Imperiales
Se parecían a los Gálico Imperiales, a
excepción de no presentar demasiados elementos decorativos en el metal como
pasaba con los cascos Gálicos y de llevar asociada una creación de menor rigor y
por tanto más económica.
Se piensa que
estuvieron inspirados en cascos greco-etruscos usados durante la época
republicana. Este tipo de casco se usó durante la época imperial romana (sigo
I-III d.C.) Algunos de sus modelos presentaban una cimera con una pieza plana en
la parte superior. Se piensa que su uso fue muy distendido en la guardia
pretoriana.
Armamento de las Legiones Romanas, Cascos del tipo “Hippica gimnasia“
Llamados así por ser usados en las
demostraciones que llevan su nombre. Su principal característica residía en que
eran cascos de sofisticada elaboración por presentar una máscara metálica que
cubría el rostro, pero presentaba la gran desventaja de limitar visualmente a su
portador, lo que supondría un claro balance negativo a la hora de presentar
batalla.
Se
cree que pudieron usarlo algunas unidades de caballería.
Armamento de las Legiones Romanas, Cascos de las Tropas Auxiliares
Al contrario que los cascos de las legiones,
más sofisticados en ornamento, protección o material, los cascos usados por las
tropas auxiliares eran de peor calidad, más baratos de producir y más sencillos
de trabajar. Esto facilitaba las rápidas equipaciones de las unidades auxiliares
sin demasiados esfuerzos.
Cambiando el tercio sin llegar a salirse del
equipamiento de un legionario romano, se centrará la otra parte del artículo en
las vestimentas principales usadas por las legiones.
Las cáligas eran el zapato más usado por los
legionarios romanos, tanto durante el período de la república como del imperio.
Su material principal era el cuero. La suela estaba reforzada con clavos con el
objetivo de reforzar el calzado.
Se ataban con
cuerdas al tobillo (corrigia). Fueron muy usadas por la tracción que
ofrecían al soldado. Cayo César fue llamado Calígula a modo de apodo amistoso
por los legionarios romanos por sus constantes visitas a los campamentos de los
soldados vistiendo el mismo tipo de sandalia que ellos.
Armamento de las Legiones Romanas, Túnica, braccaes, sagum y paenulas
Las túnicas generalmente fabricadas en lana,
y estaban desprovistas de vestido en los brazos en un principio. Luego se fue
modificando añadiendo mangas. Era la prenda de vestir más usada por los
legionarios romanos.
Los braccaes
eran los típicos pantalones que vestían, también de lana. El término latino
sagum o sago hace referencia a un tipo
de capa que se cerraba mediante un broche metálico, adaptadas de griegos y
galos. Se piensa que era de lana de oveja teñida de negro y servía como ropa de
abrigo en las regiones más hoscas, especialmente usadas en latitudes de montaña
o las tierras frías y húmedas de Germania y Britania.
Se cubría de aceite
vegetal o de material ceroso de origen animal para hacerlo impermeable a las
humedades, las nieves y las lluvias. Las paenulas se utilizaron a partir del siglo
IV, y poseía capucha. Se basó en las vestiduras etruscas, usadas tanto por
esclavos como por las clases más altas. También se cubrían en ocasiones con
aceites para impermeabilizarlos.
La maquinaria de guerra romana tuvo su origen,
sobre todo, a partir de la usada por los helenos
clásicos, aunque con un desarrollo más modernizado que incluía una mayor
precisión, menores errores de aplicación o mayor resistencia frente al
deterioro. A pesar de ser una construcción aparentemente costosa, la maquinaria
de asedio romana utilizaba un sistema sencillo de tensión y distensión que
permitía arrojar rocas o grandes virotes de punta afilada, y su mayor uso estuvo
ligado hacia asedios donde presentaban batalla, siendo restringido el uso de
catapultas contra enemigos en frentes abiertos en batallas de campo. El número
de maquinarias de guerra usadas fue muy variado, considerándose además varios
modelos de cada uno. En este artículo se presentarán, a escala general, los más
conocidos.
El onager, u onagro de asedio, era una
maquinaria de madera que recibió su nombre de una especie de asno salvaje de
terrible coz. El caso del onagro artificial presentaba una extremidad central a
modo de cuchara donde se depositaba la piedra que iba a ser lanzada mediante la
distensión de las cuerdas que la sujetaban con dureza. De modo que, por
distensión, el empuje contraía una gran fuerza que resultaba especialmente
dañina contra edificios o murallas enemigas y podía tener un alcance de 30
metros en los que se podían arrojar grandes y pesados proyectiles, cadáveres
para sembrar el pánico en las filas enemigas u objetos incendiarios como vasijas
con aceites ya prendidos. Su principal desventaja era su gran retroceso y su
movilidad, además de que se necesitaban hombres fornidos para colocar las
grandes cargas. Fue usado a principios de la época Imperial Romana.
Su utilidad era equiparable a la de la
vinea, que no sea describirá por presentar las mismas aptitudes, salvo
que ésta última era menos pesada y menos duradera que el muscolo. El
muscolo era una estructura cubierta por todos los flancos, incluida la
posesión de un techo para evitar el ataque de armas arrojadizas enemigas
lanzadas desde las murallas, y que presentaba una puerta por la que podían
entrar y salir los legionarios romanos. Se trata de una máquina que nos
recordaría ahora a un cobertizo con ruedas, pero cuyo objetivo era levantar
escalas de asedio, rampas o dar movilidad a las tropas hacia las murallas
recibiendo el menor daño posible. Estaban fabricadas en un material refractario
de arcilla para evitar los ataques de agua hirviendo o la brea encendida, además
de protegerse de las piedras con una capa de cuero que provocaba que no
penetrasen los proyectiles en la estructura.
Armamento de las Legiones Romanas: Máquinas de Guerra,
múscolo
Los arietes más
arcaicos fueron de mayor simpleza que los más distendidos por el Imperio
Romano. A diferencia de un tronco de madera afilado, como pudiera ser un ariete
improvisado con el fin de abrir una puerta, los arietes romanos acababan en un
extremo metálico que a menudo tenía forma de carnero y al que deben su nombre
por representar al símbolo zodiacal de aries, que a su vez da nombre a lo que hoy
conocemos como ariete. Los arietes romanos, generalmente, estaban protegidos
por una estructura de madera, dando lugar al nombre de testudo a este
tipo de construcción. Y su funcionalidad era la de empujar el tronco de madera
de una manera reiterada contra murallas, con el fin de abrir un hueco, o contra
las puertas de una ciudad. Había modelos con puntas muy afiladas de metal,
también cubiertos y con ruedas o rodillos para su desplazamiento, que incluso
servían para hacer daño a todo aquel osado que quisiese atrancar un portón.
Cada legión podía contar con hasta 10 balistas y
requería de una decena de ellos para llevar a cabo su funcionamiento. Estas
maquinarias permitían arrojar cargas de más de 10 kg a distancias de centenares
de metros.
Lucilo escribió de las balistas que eran armas
que podían arrojar piedras que iban desde un kilo hasta 30 kilos, lo que
permitía concentrar el ataque de una manera u otra en consecuencia de las
necesidades de la legión. Usar piedras de menor tamaño implicaría una mayor
rapidez en la ofensiva.
Dentro de las catapultas las había de varios
modelos y de varios tipos. Las catapultas eran las encargadas de lanzar flechas,
y su uso estaba destinado tanto como para luchar con un enemigo en frente
abierto como para atacar las murallas de una ciudad enemiga.
La catapulta del tipo scorpio tenía un
alcance de casi 400 metros y a las que, además, se les podía añadir brea para
crear proyectiles incendiarios. En la época del primer emperador hispano, Marco
Ulpio Trajano, (98-117 d.C.), las carroballistae comenzaron a tener un
desarrollo espectacular, consistiendo básicamente en catapultas móviles debido a
que eran montadas sobre una plataforma con animales de tiro como podían ser
mulas o bueyes, y que eran ideales para atacar a las hordas enemigas en frentes
abiertos.
El pluteo consistía básicamente en una
pared móvil de madera recubierta de piel que resguardaba de ataques frontales,
incluso laterales, a los legionarios romanos que avanzaban hacia el enemigo.
Generalmente eran curvados y muy maniobrables para los soldados; eran poco
pesados y de facilidad empuje para su movilidad. Eran estructuras que se usaban
para el ascenso de terraplenes hacia la ciudad sitiada o en los propios navíos a
modo de gran escudo defensivo.
Posiblemente se trata de la estructura más
aterradora para la invasión de una ciudad, pues ésta consistía en un
considerable número de pisos colocados unos encima de los otros comunicándose
por escaleras y dando lugar a una colosal figura de varios metros de altura y
que, a diferencia de los griegos, en el caso romano se construían según los
cálculos que sacaban a raíz de la altura de las murallas enemigas.
Fueron muy usadas durante las Guerras
Judeo-Romanas. En muchos casos la tela y la madera se recubría de hierro para
evitar la quema por brea o flechas incendiarias. Dentro de la torre había varios
pisos en los que se alojaban los legionarios hasta el momento de ataque.
Además de las armas arrojadizas, tanto
de cuerpos auxiliares como de las propias legiones romanas, los legionarios se
valieron principalmente de la gladius como un arma cuerpo a cuerpo diseñada para causar la
muerte de su enemigo. Eran rápidas y muy manejables, lo que dio la oportunidad a
los legionarios romanos de causar grandes bajas.
Si bien su uso tuvo un gran éxito para
someter a los llamados bárbaros, su utilidad fue desplazándose a raíz de la
incorporación de soldados celtas o germanos al ejército profesional que se
sentían más cómodos empuñando otro tipo de armas como la spatha o la maza.
“Proeliis parta sunt, ferro et viribus, sed bella parta caput. “Las batallas se ganan con espadas y fuerza, pero las guerras se ganan con la cabeza. Publio Cornelio Escipión.
Las gladius fueron
las armas principales que usaron los legionarios romanos, basadas en las armas
de los celtíberos del siglo III que estuvieron a favor de Aníbal durante las
Guerras Púnicas en calidad de mercenarios. Su empuñadura, de madera, bronce o
incluso hueso o marfil, se prolongaba en una vaina de hierro al carbón. Era una
espada de doble filo de hoja ancha, recta y corta de unos 60 centímetros en sus
orígenes, lo que la hacía fácilmente maniobrable para lanzar estocadas rápidas
al adversario.
La efectividad de la gladius solo tenía validez en las legiones con cierto nivel de
disciplina, ya que requería de cierto nivel de organización para su uso. Una de
las modalidades más distendidas en el uso de la gladius era
detener el golpe del adversario con el scutum y rápidamente
desenvainar el arma para hacer daño al rival con su punta en “V”, que le
confería un alto grado de perforación.
Gladius
Hispaniensis: el origen de esta variedad de gladius pudo
estar en los celtíberos al servicio de Aníbal durante las Guerras Púnicas, que
dejaron muchas bajas en las legiones romanas. Los romanos, dada su efectividad,
adoptaron el arma para sus ejércitos. Se estima que sus orígenes, por los restos
hallados, pudieron adaptarse de modelos del siglo IV a.C.
Gladius Mainz: la
gladius Mainz fue de hoja más corta que la Hispaniensis, aunque algo más ancha. Su origen y uso se remonta a
comienzos del Imperio (entre el 25 a.C. y el 50 d.C.) Los restos arqueológicos
sobre su existencia se hallaron en el Rin, cerca de la localidad de Mainz
(Alemania)
Gladius Pompeii:
tenía una hoja más corta que sus antecesoras y empuñaduras de lo más variada. La
Pompeii se trataba del subtipo más distendido y conocido de
gladius, siendo la evolución de los distintos tipos de gladius que usaron los legionarios romanos en sus diferentes
campañas por más de medio mundo conocido. Fueron muy maniobrables, incluso más
rápidas de usar que la Hispaniensis o las del tipo Mainz.
Debido al cambio en cuanto a tácticas y
disciplina se refiere, ya en épocas de decadencia, los soldados romanos
adoptaron un nuevo tipo de arma, probablemente de la caballería de los propios
pueblos germanos que conformaban sus ejércitos auxiliares, desplazando así a la
gladius para llevar a cabo combates cuerpo a cuerpo con
espadas más pesadas.
La spatha podía
medir hasta un metro de largo, aunque su tamaño solía ser de entre 60 y 90 cm.
En los siglos III y IV d.C. se convirtió en la espada oficial de las legiones,
muy posiblemente debido a que los soldados que fueron conformando las legiones
eran de orígenes celtas y germanos. Cabe la gran posibilidad de que la spatha se trate de un antecesor de los grandes espadones usados
por los diferentes pueblos europeos durante la Edad Media debido a su estrecho
parecido.
El pugio fue un
puñal de unos 20-24 cm de largo y unos 6 cm de ancho usado por los legionarios
romanos a partir del siglo I a.C. A pesar de la poca información escrita sobre
el pugio, la mayoría de las fuentes apuntan a un origen
hispano, concretamente del puñal celtíbero del siglo IV a.C. probablemente
adaptado durante las Guerras Celtibéricas.
El pugio era un arma
auxiliar, usada como último recurso en caso de extrema necesidad cuando el
legionario había perdido su arma en combate o quería dar una muerte rápida y
certera gracias a su fácil manejo y a su hoja de metal resistente a cualquier
lance. Las empuñaduras estaban fabricadas de varios elementos, con intercalados
de cuerno, madera, hueso y hierro.
Entrando en el período de la decadencia
del Imperio Romano, la maza, cuyo uso sí estuvo muy extendido en la época de
máximo esplendor heleno, retomó un papel fundamental en la caballería a partir
de la influencia bárbara en sus filas.
Posiblemente fue el precursor del
martillo medieval.
Principales armas cuerpo a cuerpo romanas,
Gladius Pompeii
Autor: Tito Batán para revistadehistoria.es
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