Cuando llorar
deja de ser remedio
porque el dolor supera
lo resistible.
deja de ser remedio
porque el dolor supera
lo resistible.
Quién nos
consolará Señor...,
sino es el arrepentimiento.
Entonces se hará posible
un advenimiento:
que todos nuestros actos
dejen de pernoctar
asilados en el silencio.
Entonces se hará posible
un advenimiento:
que todos nuestros actos
dejen de pernoctar
asilados en el silencio.
Que salgan a la luz
para su castigo, y
que reposen por siempre
para su castigo, y
que reposen por siempre
sobre el manto
de tu perdón.
Sólo así,
con esa razón,
Dios nos acompañará
de tu perdón.
Sólo así,
con esa razón,
Dios nos acompañará
hasta el fin
del tiempo.
Ulema
ARREPENTIMIENTO
.
.¿Por qué, Señor, me siento tan amado
si de tu amor yo nunca he merecido?,
pues rendido una y mil veces he caído
en los impuros brazos del pecado.
.No me dejes, mi Dios, abandonado,
en medio de este mar embravecido;
menosprecia lo mucho que te he herido
y ofréceme cobijo en tu costado.
.
Si muchas veces mucho te he dañado
y la paz de tu amor no he comprendido,
me humillo y cabizbajo yo te pido
.
que no tengas en cuenta mi pasado;
hoy, del todo me siento arrepentido
y ante tu Cruz me postro, arrodillado.
.
.
.¿Por qué, Señor, me siento tan amado
si de tu amor yo nunca he merecido?,
pues rendido una y mil veces he caído
en los impuros brazos del pecado.
.No me dejes, mi Dios, abandonado,
en medio de este mar embravecido;
menosprecia lo mucho que te he herido
y ofréceme cobijo en tu costado.
.
Si muchas veces mucho te he dañado
y la paz de tu amor no he comprendido,
me humillo y cabizbajo yo te pido
.
que no tengas en cuenta mi pasado;
hoy, del todo me siento arrepentido
y ante tu Cruz me postro, arrodillado.
.
Terly
.
.
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras, ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!
Lope de Vega
- “Padre, sé que he quebrantado tus leyes y que mis pecados me han
separado de ti. Estoy sinceramente arrepentido y ahora quiero apartarme de mi
pasado pecaminoso y dirigirme hacia ti. Por favor, perdóname y ayúdame a no
pecar de nuevo. Creo que tu hijo Jesucristo murió por mis pecados, resucitó de
la muerte, está vivo y escucha mi oración. Invito a Jesús a que se convierta en
el Señor de mi vida, a que gobierne y reine en mi corazón de este día en
adelante. Por favor, envía tu Espíritu Santo para que me ayude a obedecerte y a
hacer tu voluntad por el resto de mi vida. En el nombre de Jesús oro,
amén.”
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