TRADUCCIÓN

jueves, 10 de abril de 2014

PRIMER PASO

Jeremías 29:11 nos dice: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Dios, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Jeremías 29: 12-13 promete:
Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis con todo vuestro corazón.
                                                                         
Filipenses 4: 11-13 nos revela: No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.


Primer principio:

Dios te ama y te ofrece un plan maravilloso para tu vida.

Dios te ha creado. Y no solamente eso, sino que te ama tanto que desea que pase la eternidad con Él. Jesús dijo, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo aquél que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
Jesús ha venido para que cada uno de nosotros pudiéramos conocer y entender a Dios de una forma personal. Sólo Jesús puede dar significado, sentido y propósito a tu vida.
¿Qué nos impide conocer a Dios?

Segundo principio:

Todos somos pecadores y estamos separados de Dios.

1Dios es santo y lo que nos separa de Él es el pecado. Por eso, no podemos conocer o experimentar el amor de Dios y el plan que tiene para nosotros.
La verdad es que necesitamos a Jesús. La Biblia dice, “pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). A pesar de que Dios desea tener una relación con nosotros, por naturaleza queremos hacer las cosas a nuestra manera. Somos personas tercas y egoístas, pero con frecuencia no somos capaces siquiera de cumplir nuestra palabra. Sin importar cuánto lo intentemos, siempre tropezamos.
Dentro de nosotros, nuestra actitud quizás sea similar a la de una rebelión activa o una indiferencia pasiva, pero cualquiera que sea la actitud, éstas son evidencias de lo que la Biblia llama pecado; un viejo término que literalmente significa “fallar el blanco”.
La Biblia dice que la paga del pecado de nuestras vidas es la muerte, la separación espiritual con Dios (Romanos 6:23). A pesar de que intentamos alcanzar a Dios por medio de nuestros propios esfuerzos, inevitablemente fracasaremos. Ningún ser humano puede ganarse la entrada al cielo por sus propios medios. Simplemente nunca podremos ser suficientemente buenos.
Este dibujo demuestra el gran vacío que existe entre nosotros y Dios. Las flechas ilustran que siempre estamos tratando de alcanzar a Dios y de encontrar una vida llena de significado con nuestras propias fuerzas. Tratamos de hacer buenas obras o tomar nuevas filosofías que nos puedan guiar… pero inevitablemente seguimos fracasando.
El tercer principio explica la única forma de cerrar este gran vacío…

Tercer principio:

Jesucristo es la única solución que Dios ofrece para perdonar nuestros pecados y reconciliarnos con Él.

Por medio de Cristo podemos conocer y experimentar el amor de Dios y su plan para nuestras vidas. 2Jesucristo es la solución de Dios al problema de la imperfección humana y la maldad. Gracias a la muerte de Jesús en la cruz, no tenemos que estar separados de Dios nunca más. Jesús pagó por el precio de nuestros pecados y por eso, ha cerrado el vacío entre nosotros y Dios.
En vez de seguir intentando alcanzar a Dios, simplemente tenemos que aceptar que Jesús y su sacrificio por nosotros son el único camino a Dios. “–Yo soy el camino, la verdad y la vida –le contestó Jesús–. Nadie viene al Padre sino por medio de mí.” (Juan 14:6). Él además dijo, “–Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí aunque esté muerto vivirá; y todo el que vive y cree en mí no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:25-26).
Pero no sólo Jesús murió por nuestros pecados, sino que también resucitó al tercer día de entre los muertos (1 Corintios 15:3-6). Y cuando hizo esto, nos demostró sin lugar a dudas, que legítimamente puede prometernos la vida eterna, que Él es el Hijo de Dios y que Él es el único camino por el cual podemos conocer a Dios.
Sin embargo, el solo conocer los planes y propósitos de Dios no es suficiente. Necesitamos aceptar a Jesucristo, quien pagó el precio de nuestra culpa, muriendo en nuestro lugar, en la cruz del Calvario.
Pero no es suficiente conocer estos tres principios…

Cuarto principio:

La fe no se hereda. Necesitamos aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador de forma personal e individual.

Es entonces que podremos conocer y experimentar el amor de Dios y su plan para nosotros.
La Biblia dice, “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.” (Juan 1:12)
Aceptamos a Jesús por fe. La Biblia dice, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; esto no procede de vosotros, sino que es un regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.” (Efesios 2:8-9).
Aceptar a Jesús significa primeramente creer que Jesús es quien dice ser, y después invitarle a tomar control de nuestras vidas (Juan 3:1-8).
Jesús dijo, “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20).
¿Cómo vas a responder a la invitación de Dios? ¿Qué vas a hacer acerca de lo que Jesucristo dijo?

Toma tu decisión. ¡El que se acerca a Dios no se equivoca!




¿Como puedes hacer para conocer a Jesús de forma personal?

La decisión de más significado que podrás tomar en tu vida será la de permitirle a Dios convertirte en la persona que Él ha diseñado que seas. No es suficiente solamente estar de acuerdo intelectualmente en que Jesús es el Hijo de Dios y que murió en la cruz por tus pecados. Necesitamos hacer un compromiso personal.
Hacemos este compromiso cuando regresamos a Dios y le pedimos perdón por nuestros pecados del pasado, y confiamos que vendrá a morar a nuestra vida, conforme a su Palabra y le pedimos que nos haga las personas que Él desea que seamos. Esto es la fe. Y es además un acto de su propia voluntad. Si estás listo para dar este paso, sólo necesitas decírselo a Dios.
Sólo Dios puede llenar el vacío que hay en el corazón del hombre.
Sólo Él puede llenarlo todo y hacernos sentir completos y realizados en Él.
No te estoy presentando una religión; ninguna religión tiene poder para salvar a nadie. Te estoy hablando de una persona, la más importante que ha pasado por la tierra, el Deseado de todas las Naciones, el Alfa y la Omega, el que dejó su trono de gloria y se hizo hombre para salvarte a ti y a mí, el que te ama como nadie, el que sufrió la cruz y entregó su vida para que tú vivieras: JESÚS, el Hijo de Dios.


Él no quiere que mueras, sino que … VIVAS y disfrutes por toda la eternidad con Él. “JESÚS de Nazaret, REY de Reyes y SEÑOR de Señores”, Él dijo:”Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; Nadie viene al Padre sino por Mí” Juan 14:6
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Hechos 4:12
Esta es tu oportunidad, no la menosprecies, no la dejes pasar. Dios te ama y quiere bendecirte a tí y a los tuyos. En tus manos está tu futuro eterno; estás ante la decisión más importante de tu vida. Tienes ante tí la vida y la muerte, la bendición y la maldición, … escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia. [DEUTERONOMIO 30:19]
Recuerda que Dios conoce tu corazón y por eso las palabras que uses no son tan importantes como la actitud y sinceridad de tu corazón. No importa si no estás seguro de lo que le vas a decir.
Aquí te ofrecemos una oración modelo que puedes seguir, si tú quieres:
“ Señor Jesús, quiero conocerte personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Gracias porque teniendo todo el poder para bajar de aquella cruz, no lo hiciste por amor a mí. Te abro de par en par la puerta de mi vida y mi corazón para que entres y pongas en orden cada cosa en mi vida. Te recibo como mi Señor y mi Salvador, creo en tu muerte y tu resurrección al tercer día y lo confieso con mis labios. Gracias por perdonar todas mis ofensas. Te ruego que escribas mi nombre en el Libro de la Vida. Gracias por abrir para mí las puertas de la vida eterna. Toma el control de mi vida. Dirige y guía mi vida. A partir de ahora quiero vivir conforme a tu plan para mi vida, deseo hacer tu voluntad y agradarte en todo. Haz de mí la persona que quieres que sea. Amén”
Al hacer esta oración, has dado el primer paso para tener una relación personal con Jesús.
Ref: Copiado de iglesia Centi

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