TRADUCCIÓN

miércoles, 25 de diciembre de 2013

MOTIVO DE LA NAVIDAD EL 25 DE DICIEMBRE


Los primeros cristianos no parece que celebrasen su  cumpleaños  (cf.,  por  ej.,  Ogenes,  PG  
XII,  495). Celebraban  su dies  natalis, el  día  de  su  entrada  en la patria definitiva (por ej.,
Martirio de Policarpo 18,3), como participación en la salvación obrada por Jesús al   vencer a la
muerte con su pasión gloriosa. Recuerdan con  precisión  el  día  de  la  glorificación  de  Jesús,  el
   14/15 de Nisán, pero no la fecha de su nacimiento, de la que nada nos dicen los datos evangélicos.
Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre la fecha del nacimiento de Jesús. Los primeros testimonios de Padres    escritores   eclesiásticos   señalan   diversas fechas.   El   primer   testimoni indirect de   que   la natividad de Cristo fuese el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el año 221. La primera referencia directa de su celebración es la del calendario litúrgico filocaliano del año 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian.  natus  Christus  in  Betleem  Iudeae  (“el  25  de diciembre  nació  Cristo  en  Belén  de  Judea”).  A  partir del siglo IV los testimonios de este día como fecha del nacimiento  de  Cristo  son  comunes  en  la  tradición occidental,  mientras  que  en  la  oriental  prevalece  la fecha del 6 de enero.
Es posible que los cristianos vincularan la redención obrada por Cristo con su concepción, y ésta determinara lfecha del nacimiento.
Una   explicación   bastante   difundida   es   que   los cristianos optaron por día porque, a partir del año 274, el  25  de  diciembre  se  celebraba  en  Roma  el  dies natalis  Solis  invicti,  el  día  del  nacimiento  del  Sol invicto, la victoria de la luz sobre la noche más larga del año. Esta explicación se apoya en que la liturgia de Navidad    los   Padres   de   la   época   establecen   un paralelism entre   el   nacimiento   de   Jesucristo   y expresiones bíblicas como «sol de justici (Ma 4,2) y «luz  del  mundo»  (Jn  1,4ss.).  Sin  embargo,  no  hay pruebas   d qu esto   fuer así    parece   difícil imaginars que   los   cristianos   de   aquel   entonces quisieran      adaptafiestas   paganas al         calendario litúrgico,       especialmente                cuando    acababan              de experimentar  la  persecución.  Es  posible,  no  obstante, que  con  el  transcurso  del  tiempo  la  fiesta  cristiana fuera asimilando la fiesta pagana.
Otra  explicación  más  plausible  hace  depender  la fecha  del  nacimiento  de  Jesús  de  la  fecha  de  su encarnación, que a su vez se relacionaba con la fecha de su muerte. En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios    se    afirma    que    “nuestro    Señor    fue concebido el 8 de las kalendas de Abril en el mes de marzo  (25  de  marzo),  que  es  el  día  de  la  pasión  del Señor  y  de  su  concepción,  pues  fue  concebido  el  mismo  día  que  murió”  (B.  Botte,  Les Origenes  de  la Noël et de l’Epiphanie, Louvain 1932, l. 230-33). En la tradición  oriental,  apoyándose  en  otro  calendario,  la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril,  fecha  que  concuerda  con  la  celebración  de  la Navidad el 6 de enero.
 Los primeros cristianos no parece que celebrasen su cumpleaños. Celebraban su dies natalis, ela de su entrada en la patria definitiva

La relación entre pasión y encarnación es una idea que  está  en  consonancia  con  la  mentalidad  antigua  y medieval,  que  admiraba  la  perfección  del  universo como  un  todo,  donde  las  grandes  intervenciones  de Dios  estaban  vinculadas  entre  sí.  Se  trata  de  una concepción  que  también  encuentra  sus  raíces  en  el judaísmo, donde creación y salvación se relacionaban con el mes de Nin. El arte cristiano ha reflejado esta misma  idea  a  lo  largo  de  la  historia  al  pintar  en  la Anunciación de la Virgen al niño Jesús descendiendo del  cielo  con  una  cruz.  Así  pues,  es  posible  que  los cristianos  vincularan  la  redención  obrada  por  Cristo con  su  concepción,  y  ésta  determinara  la  fecha  del nacimiento. Lo más decisivo fue la relación existente entre  la  creación  y  la  cruz,  entre  la  creación  y  la concepción  de Cristo”  (J. Ratzinger, El espíritu  de  la liturgia, 131).
BIBLIOGRAFÍA:  Josef  Ratzinger,  El  espíritu  de  la liturgia.    Una    introducción    (Cristiandad,    Madrid,
2001); Thomas J. TOLLEY, The origins of the liturgical year 2nd   ed.,   Liturgical   Press,   Collegeville,   MN,
1991). Existe edición en italiano, Le origini dell’anno liturgico, Queriniana, Brescia 1991.
  Textos elaborados por un equipo de profesores de Teología de la Universidad de Navarra dirigidos por Francisco Varo.

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