TRADUCCIÓN

sábado, 11 de mayo de 2013

PARA HABLAR, PRIMERO SABER

Siete agujeros, los que intenta ahora tapar el ministro José Ignacio Wert, a quien Juan Bosco Martín Algarra vaticina en su artículo un "corto recorrido".
 
LAS SIETE PIFIAS DE LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA.
 
1.¿Buenos profesores... poco formados y mal pagados?
Para lograr un sistema educativo excelente se necesita un profesorado sometido al mismo nivel de exigencia y reconocimiento laboral. Un sueldo relativamente bajo (unos 1500 euros, según la Asociación Nacional de Profesores de Enseñanza), y una formación no especialmente exigente (tres años de carrera en caso de primaria) no atraen a los talentos más capaces. (No es cuestión de talento, sino de vocación..., ya son cuatro años la carrera)
 
2. ¿Rendimiento sin disciplina?
Queremos que los alumnos rindan en la escuela, pero quitamos autoridad a los profesores, uno de los colectivos que más bajas por depresiones sufren, según han denunciado los sindicatos.(No hay disciplina, porque en la sociedad se está por otra cosa. La disciplina se inculca en todos los estamentos empezando por la familia y eso no existe)
 
3. Poca flexibilidad curricular
Como la mayoría de los países desarrollados, tenemos una educación obligatoria hasta los 16 años. ¿Y qué ocurre con los niños que a los 12 ó 13 muestran claramente que no disponen de aptitudes para el estudio? Hasta ahora, tienen que esperar hasta los 16 años si quieren pasar a formación profesional. Con la ley Wert esta espera se reduce un año. Aún así, existe un periodo de dos o tres años con baja flexibilidad curricular, lo que repercute en la alta tasa de abandono escolar temprano que presenta España.(Cierto, porque los refuerzos y compensaciones con el que no quiere no sirven para nada.)
 
4. ¿Sin inglés? "It's very difficult todo esto"
Vivimos en un entorno globalizado y pretendemos que nuestros estudiantes compitan en él, pero ni de lejos hemos conseguido que los chicos salgan de bachillerato conociendo la lengua franca: el inglés. Ninguno de nuestros presidentes democráticos, a excepción del breve Calvo Sotelo, sabía inglés.
Como explica la consultora The Hay Group, el 70 por ciento de los directivos españoles no habla inglés, uno de los más altos de niveles en Europa.(Buenos profesionales hay, horas también, lo del bilingüismo mal en líneas generales porque peor no se puede hacer para implantarlo, pero si el alumno quiere aprenderlo por ciencia infusa hemos tropezado con el gran muro)
 
5. Una norma para todos y 17 encargados de aplicarla
Prácticamente todas las leyes educativas de la democracia, no sólo la de Wert, han venido precedidas de polémicas, conflictos y enfrentamientos sociales. Pero además las competencias educativas están transferidas a las comunidades, lo que suele añadir discrepancias entre poder central y autonómico. La más sonada, la de los planes de estudio y el distinto número de horas dedicadas a las mismas asignaturas. En Cataluña incluso persiste el conflicto por algo tan elemental como el tipo de lengua en el que se puede escolarizar a los niños.( Nudo gordiano. Aquí prácticamente se le llega a decir que la Luna de Tomares no es la misma que la de Barcelona...)
 
6. Los examinadores no se examinan
¿Quién evalúa a los colegios públicos? ¿Y a los profesores? ¿Qué pasa si los alumnos de una escuela obtienen sistemáticamente malos resultados? ¿Y si ocurre lo contrario? ¿Se les reconoce? Paradójicamente, los encargados de evaluar a nuestros hijos no son evaluados. (El que ha escrito este punto demuestra no tener ni idea de educación o muy poca que es lo que iba sospechando conforme iba leyendo el artículo. Sí se evalúa al profesional (evaluación interna y externa) y si un Colegio obtiene malos resultados no es, como se sugiere, fallo exclusivo de los profesionales. Váyase a explicar el mismo curriculum a un lugar o barrio desfavorecido. La evidencia por sí sola...)
 
7. Queremos valores humanos, pero... ¿cuáles?
Tanto la religión católica como la formación para la Ciudadanía, dos asignaturas nutridas de valores, han supuesto una fuente de conflictos permantente tanto para gobiernos socialistas como populares. El carácter obligatorio u optativo, la evaluación, el peso en el currículum y los contenidos de las asignaturas siguen en permanente cuestionamiento desde hace décadas. (Los valores no se pueden enseñar como si fuesen un artículo de un hipermercado. Los valores se viven y así se van transmitiendo. ¿Qué valores tiene nuestra sociedad? ¿Los de Juan Palomo? Métase usted en un aula y compruebe los valores que traen los chavales de casa...Después me cuenta si ya en clase de Religión o en Ciudadanía el alumnado no cae en lo del dicho "como el que oye llover". Hay comparaciones que puede resultar odiosas, pero cuando un alumno hispanoamericano viene nuevo a un aula española, el trato hacia el profesor suele ser correctísimo y educadísimo. Que le cuenten el trato de un alumno español al profe...Bueno, al hispanoamericano en un trimestre lo han desgraciado).
 
 *****

 MIS REMEDIOS

1.-Ideas claras: qué queremos y cómo lo queremos.
1.-Conseso y pacto por la educación.
2.-Apoyo de la sociedad a los educadores
3.-Trabajo, excelencia y respeto como ejes vertebradores. Válido para todos: docentes y discentes.
4.-Alternativas claras y motivantes para los que no pueden o no quieren seguir hasta el último escalón educativo.
5.-Mínima politización de la escuela.
6.-Mínima burocratización del trabajo docente y seguir ritmos naturales en la tarea educativa. Sin prisas, pero sin pausas.
7.-Minimizar  el negocio editorial.

 
 

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