TRADUCCIÓN

viernes, 22 de febrero de 2013

ES BUENA LA CERVEZA

La semana pasada distintos medios de comunicación se hicieron eco de esta noticia: “La cerveza puede proteger el sistema cardiovascular”. No es la primera vez, ni será la última, en la que los titulares de los periódicos nos informan de los múltiples beneficios que hay detrás del consumo de cerveza. Pero ¿a quién se debe tanta información sobre el beneficio en el consumo de esta bebida alcohólica?
Aquí en España, el Centro de Información Cerveza y Salud, es la principal institución que, según sus propias palabras, promueve “la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo moderado de cerveza y su relación con la salud”. A este centro le debemos las frecuentes “noticias” e investigaciones en las que siempre, siempre, sale bien parada la cerveza. Curioso.





Digo curioso, porque así a bote pronto parece que un “centro de información” debiera hacerse eco de todos los aspectos (positivos y negativos) que redundan en el uso de aquel objeto que contemplan y no solo de aquellos que le benefician. Pero la realidad nos dice que no es así. Puedes consultar este enlace y contrastar todos los artículos que tiene el Centro disponibles en su web. Ya ves, según este Centro el consumo de cerveza se puede relacionar de forma positiva en el embarazo, las enfermedades neurodegerativas, la práctica deportiva, el estado inmunológico, la enfermedad cardiovascular, y un largo etcétera de situaciones fisiopatológicas; y de forma negativa con… ¿nada?

Siempre he andado un poco mosca con estas cuestiones, pero el otro día, no sé por qué, la gota colmó el vaso y decidí llamar personalmente al mencionado “Centro de Información Cerveza y Salud” y hacer dos preguntas: Cómo se financia y soporta el mencionado Centro, y saber si están en disposición de publicar a través del Centro algún estudio en el que el consumo de cerveza no salga especialmente favorecido.

Una vez al teléfono, hablando ya con el Centro, me atendió Bárbara una trabajadora amable, perspicaz y combativa a partes iguales. Bárbara me comentó que el origen y sustento del Centro de Información Cerveza y Salud parte del gremio cervecero, es decir de aquellas empresas que fabrican, envasan, distribuyen y/o venden cerveza y que era normal que por esta razón “sus estudios” solo hablen bien de la cerveza. Ni publican estudios de otras instituciones (hablen bien o mal de la cerveza) ni van a publicar un estudio en el que el consumo de cerveza salga perjudicado. Es decir, un claro ejemplo de lo que se denomina “Cherry picking” o falacia de atención selectiva. Para que nos entendamos, lo que deja en buen lugar al gremio se selecciona y anuncia a bombo y platillo y lo que no, se obvia, silencia u omite. Entiendo las razones que me hizo llegar Bárbara, aunque no las comparta.

Lo que ya no es tan normal es que el ciudadano medio no pueda reconocer fácilmente este tipo de información cuando lee en los medios aquellos estudios en los que la cerveza y su consumo moderado salen tan maravillosamente favorecidos. Es decir, me temo que para el consumidor medio una “noticia” sobre un estudio que relaciona de buen rollo cerveza y salud no sea publicidad sino “información”.

¿Por qué hay tantos estudios sobre el beneficio en el consumo de cerveza (o vino) y no sobre el de berenjenas, calabazas o kiwis? Es sencillo, por que el gremio de los primeros disponen y destinan recursos para su mayor gloria y el de los segundos no. El Centro de Información Cerveza y Salud promueve estudios, edita newsletters, hace llegar notas de prensa a los medios, subvenciona congresos de nutrición, patrocina eventos, etc. y se habla, siempre bien, del consumo de cerveza en relación con la salud. Y a mí no me parece bonito. Para ello el Centro en cuestión se ha sabido rodear de auténticas personalidades nacionales que en el plano científico puedan acreditar la excelencia de sus investigaciones. No pongo en duda que los estudios realizados y publicados sean de una alta calidad, pero sí la forma en la que el Centro gestiona toda la información referente a la cerveza o más sencillamente al consumo de bebidas alcohólicas. La realidad nos dice que no es preciso a estas alturas que por cuestiones de salud se siga santificando el consumo de ninguna bebida alcohólica aunque para ello se tenga que tomar el rábano por las hojas.

Tal y como comenté en esta entrada, según la mayor parte de instituciones científicas de renombrado prestigio el consumo de cualquier bebida alcohólica aporta más perjuicios que beneficios sobre la salud. Y no es solo una cuestión de medida. Es decir, no hay una cantidad de alcohol lo suficientemente baja por debajo de la cual los beneficios superen los riesgos. No.

Así pues, me gustaría que cada vez que vuelvas a oír un mensaje positivo relativo a la salud sobre el consumo de cualquier bebida alcohólica, incluida la cerveza (y por supuesto el vino) te plantees quién está detrás de esa información, y que recuerdes el posicionamiento de la OMS al respecto:

Aunque se ha demostrado un pequeño efecto protector entre el consumo ligero y moderado de alcohol sobre las enfermedades isquémicas, su consumo ha de considerarse como abrumadoramente tóxico para el sistema cardiovascular


La evidencia científica no muestra un nivel claro de consumo de bebidas alcohólicas por debajo del cual no se producen incrementos en el riesgo de los cánceres que causa. Esto significa que, basándonos tan sólo en lo relativo a las evidencias de cáncer, incluso pequeñas cantidades de bebidas alcohólicas deben ser evitadas

Sería muy de agradecer que en una institución con el glorioso nombre de Centro de Información Cerveza y Salud se hiciera eco de estos posicionamientos o que, al menos, los tuvieran en cuenta para rebatirlos… si puede.

20 minutos

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