Una de las características de mi Cristo, de las más relevantes, es que está escupido.
Hay una anécdota de Murillo, que viendo a un maestro pintar un Cristo maravilloso le dijo que cómo podría él pintar muy bien y le respondió el pintor: Ama mucho lo que pintes. Pues Murillo amó mucho a María y la pintó.
Sólo he pintado un cuadro del Cristo. Es el Cristo Escupido. Tiene la cara tapada (los ojos) y el rostro lleno de salivazos. Recuerdo que cuando lo estaba pintando un niño se acercó al cuadro y quiso quitar la venda de los ojos.
Como no soy pintor, recurrí al gran remedio y pequé la venda en el cuadro.
No, no es un Cristo bello. No, no es un Cristo hermoso, pero ¡qué Cristo! Firme, potente, la cabeza recta, como quien es dueño de la situación, y está vejado, escupido.
Este es mi Cristo.
EL CRISTO ESCUPIDO.
Hay una anécdota de Murillo, que viendo a un maestro pintar un Cristo maravilloso le dijo que cómo podría él pintar muy bien y le respondió el pintor: Ama mucho lo que pintes. Pues Murillo amó mucho a María y la pintó.
Sólo he pintado un cuadro del Cristo. Es el Cristo Escupido. Tiene la cara tapada (los ojos) y el rostro lleno de salivazos. Recuerdo que cuando lo estaba pintando un niño se acercó al cuadro y quiso quitar la venda de los ojos.
Como no soy pintor, recurrí al gran remedio y pequé la venda en el cuadro.
No, no es un Cristo bello. No, no es un Cristo hermoso, pero ¡qué Cristo! Firme, potente, la cabeza recta, como quien es dueño de la situación, y está vejado, escupido.
Este es mi Cristo.
EL CRISTO ESCUPIDO.
Si, ya sé, me dirás lector amigo, que por qué me fijé en este pasaje de la Escritura. Que por qué doy y empiezo mi visión del Cristo Escupido como la primera.
Ya verás, ya verás, sigue atento.
Un día, me acuerdo, me acerqué en el Consejo Tutelar de Menores a los niños y les hice una encuesta.
Mis encuestas son curiosas y vivenciales y, entre las preguntas, una muy importante fue ésta "¿A cuántos de ustedes les han escupido en la cara?" Levantaron la mano unos 15 ó 20, un porcentaje de aproximadamente un 10 a un 15%.
Estaban escupidos. Les dije: "A Jesús lo escupieron, y saben por qué?" No sabían responder, uno dijo: "Porque nos han escupido a nosotros". "Sí, así es, porque les han escupido a ustedes, porque los ama".
He visitado muchos y variados penales y cárceles desde el tiempo de mi seminario y, desde que conocí a mi Cristo Escupido, siempre pregunto: "¿A cuántos los han escupido?", y siempre me encuentro algunos parejos a mi Cristo que también los han escupido, normalmente los pobres.
Me gusta decirles, "te amo a Ti porque te escupieron y te pareces a mi Dios, a mi Jesús Escupido". ES BELLO.
Una vez en un sermón a gente muy, muy religiosa, les estaba anunciando mi Cristo y les dije:
"Mi Dios da asco, es como una mierda, de la que todo el mundo huye, se parece más a un gusano que a un hombre" (Esto lo dice la Escritura) "Mi Dios, mi Cristo está escupido, es un rey de burla y de pitorreo. No sé si ustedes conocen a Jesús, pero quiero que sepan que está escupido y da asco de ver. Mucha gente se va de su lado porque lo quieren ver en un trono, pero no lo quieren ver escupido y les pasa como al bueno de Pedro, que lo niegan.
Alejandro Chinchachoma
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