Asi se define ella misma: "Jubilada feliz. Encajando el envejecer con cierto garbo (de momento). Convencida de la fuerza de la Palabra y de la bondad última de las personas. Adicta a la Biblia y a contársela a otros. Agradecida a la vida, al cariño de tantos amigos y al sentido del humor. Aficionada al cine, a la música polifónica y a Gomaespuma. Lectora desordenada y escritora de vuelo corto. Tratando de callarme más, rezar más y vivir más atenta al latido del corazón de Dios en el corazón del mundo".
Mirada clara, sonrisa eterna, cara de felicidad. Rompe los tópicos de las monjas amargadas o silentes o tristes. Su buen humor se contagia.
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