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martes, 27 de noviembre de 2018

lunes, 12 de noviembre de 2018

JESÚS DIVINO MAESTRO




Me llamas MAESTRO:
y no quieres aprender de Mi.
Me llamas LUZ:
y andas en tinieblas.
Me llamas CAMINO:
y no me sigues.
Me llamas VIDA:
y te apartas de Mí.
Me llamas VERDAD:
y no me crees.
Me llamas GUÍA:
y desprecias mis Mandamientos.

Me llamas BUENO:
y no me amas.
Me llamas ETERNO:
y piensas sólo del mundo.
Me llamas NOBLE:
y en vilezas te deleitas.
Me llamas TODOPODEROSO:
y no me temes.
Me llamas JUSTO:
¡Oh, si lo fuera siempre!
Si luego te condeno, no es mía la culpa.

I
Jesús, divino Maestro, te adoramos como Palabra encarnada, el enviado del Padre para enseñar a los hombres las verdades que dan la vida. Tú eres la verdad, la luz del mundo, el único Maestro; sólo tú tienes palabras de vida eterna. Te damos gracias por haber encendido en nosotros la luz de la razón y de la fe, y habernos llamado a la luz de la gloria.
Nos adherimos con toda nuestra mente a ti y a la Iglesia; creemos y aceptamos cuanto por su medio nos enseñas. Muéstranos los tesoros de tu sabiduría, danos a conocer al Padre, haznos auténticos discípulos tuyos. Aumenta nuestra fe, para que lleguemos a contemplarte eternamente en el cielo.
Jesús Maestro, camino, verdad y vida, ten piedad de nosotros.
II
Jesús, divino Maestro, te adoramos como al amado del Padre, único camino para llegar a él. Te damos gracias porque te has hecho nuestro modelo; nos has dado ejemplo de santidad e invitado a todos a seguir tu mismo camino. Te contemplamos en los diversos momentos de tu vida terrena; dócilmente nos ponemos a tu escuela, abrazamos todas tus enseñanzas y rechazamos toda actitud que no sea conforme a la tuya. Atráenos a ti, para que busquemos únicamente tu voluntad, siguiendo tus huellas y renunciando a nosotros mismos. Acrecienta en nosotros la esperanza activa y el deseo de asemejamos a ti, para que al final de la vida podamos poseerte por toda la eternidad.
Jesús Maestro, camino, verdad y vida, ten piedad de nosotros.
III
Jesús, divino Maestro, te adoramos como unigénito de Dios, venido al mundo para dar a los hombres la vida en toda su plenitud. Te damos gracias porque, muriendo en la cruz, nos has merecido la vida, que nos comunicas en el bautismo, y alimentas en la eucaristía y los demás sacramentos. Vive en nosotros, Jesús, por la fuerza del Espíritu Santo, para que te amemos con toda la mente, con todas las fuerzas y todo el corazón, y amemos al prójimo como a nosotros mismos. Aumenta en nosotros el amor para que un día, resucitados a la vida gloriosa, participemos contigo en el gozo de tu reino.
Jesús Maestro, camino, verdad y vida, ten piedad de nosotros.
IV
Jesús, divino Maestro, te adoramos presente en la Iglesia, tu cuerpo místico y sacramento universal de salvación. Te damos gracias por habernos dado esta madre infalible e indefectible, en la que tú sigues siendo para los hombres camino, verdad y vida.
Te pedimos que los no creyentes se acerquen a su luz inextinguible; que vuelvan los que se han apartado de ella, y todos nos unamos en la fe, en la esperanza y en el amor. Fortalece a la Iglesia, asiste al Papa, santifica a los sacerdotes y a cuantos se han consagrado a ti. Jesús Maestro, hacemos nuestro tu anhelo: que haya un solo rebaño y un solo pastor, para que todos nos reunamos en tu reino glorioso.
Jesús Maestro, camino, verdad y vida, ten piedad de nosotros.
V
Jesús, divino Maestro, te adoramos con los ángeles que cantaron el motivo de tu encarnación: «Gloria a Dios y paz a los hombres». Te damos gracias por habernos llamado a compartir tu misión. Enciende en nosotros la llama de tu mismo amor al Padre y a los hombres. Llena de ti todas nuestras facultades; vive en nosotros para que te demos a conocer a través del apostolado de la oración y del sufrimiento, de los medios de comunicación y de la palabra, del ejemplo y de las obras. Envía buenos obreros a tu mies; ilumina a los predicadores, maestros y escritores; infunde en ellos el Espíritu Santo; dispon las mentes y los corazones para que lo acojan.
Ven, Maestro y Señor, enseña y reina por medio de María, nuestra madre, maestra y reina.
Jesús Maestro, camino, verdad y vida, ten piedad de nosotros.

viernes, 27 de julio de 2018

LA ORACIÓN SEGÚN JAIRO DEL AGUA


La práctica religiosa esencial es la oración. Para eso son las capillas, iglesias y catedrales. Para eso hay curas al frente de ellas. Curas devenidos en meros "tiralevitas" y "repartidores de ritos y rogativas" como principal actividad, con poco sueldo y enorme sacrificio. ¿Será por eso que escasean?
Inexplicablemente, en vez de enseñarnos a orar y caminar a la luz del verdadero rostro de Dios, nos confunden y pretenden alimentar nuestra natural religiosidad con ritos y rutinas equívocos.

Convierten la oración en soga de campana y a nosotros en meros papagayos que todo lo fían a un "dios pasivo y falso" al que hay que sacar de su sordera y conseguir que se movilice. ¡Menos mal que queda a salvo nuestra buena intención y nuestra maltratada espiritualidad latente!
No es verdadero el "dios pasivo y juez" al que hay que mover constantemente con nuestras oraciones, sacrificios y súplicas de perdón.
El Abba de Jesús es una "Madre activa" que todo lo ha creado, todo lo mantiene, todo lo cuida y todo lo inunda. De ninguna manera necesita que le recordemos "sus deberes" y la empujemos a "actuar".
El Abba nos ama gratuitamente y actúa continuamente, aunque nos ha entregado la administración de este mundo por respeto a nuestra libertad. Sin ella seríamos como hormigas o lagartos que nacen, se aparean, se reproducen y mueren, sin consciencia ni decisión alguna.
¡Somos nosotros los que tenemos que movernos y administrar nuestras vidas de forma autónoma y libre! Dios no vendrá a removernos el cocido aunque nos haya regalado todos los condimentos. Y ahí entra la oración para ayudarnos a encontrar LUZ y ENERGÍA para acertar en ese "camino de maduración autónomo" que es la vida humana.
¿Y qué estamos haciendo? Pues nos tienen "atrapados" en un pasivo "Cristianismo judaizante", cuya actividad religiosa se reduce, casi exclusivamente, a pedir a Dios que nos perdone, se mueva, nos mire, nos escuche, se acuerde de nosotros y de nuestros muertos, para que todos nuestros problemas se resuelvan por su mano milagrosa. ¡Un verdadero disparate!

¿Dónde queda nuestra libertad, nuestra autonomía, nuestra responsabilidad, nuestra actuación, nuestra capacidad de decidir y resolver? ¡Que lo solucione todo Él que para eso nos ha creado! Oración para enterrar talentos. Ni nos preguntamos por ellos.
Voy a volver a meditar sobre este importantísimo tema durante unas semanas para ayudar a la gente sencilla. Los mandamás están desahuciados para mí: "Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis reo del infierno dos veces más que vosotros" (Mt 23,15).
Han perdido totalmente la brújula de los "signos de los tiempos" (Lc 12,56), es decir, del "progreso de la sabiduría y del tiempo" en que se mueve nuestra autónoma existencia humana. Sus consignas se reducen a repetir y repetir. Lo llaman tradición y la embalsaman, demostrando así que es un cadáver.

Sin embargo, el Evangelio es un grito indescriptible que nos llama a permanente "renovación, conversión y progreso", tanto personal como grupal.
Allá voy de nuevo. Serán unos minutos muy útiles para "pensar con sentido común". ¿A quién oramos? ¿Oramos al Abba de Jesús, o al iracundo e influenciable Zeus, o al implacable jefe Yahvé? ¡La religiosidad y buena intención no bastan, no bastan!
La Verdad absoluta está vedada al ser humano, somos incapaces de alcanzarla. Lo que sí podemos hacer es reconocer y retirar los errores para aproximarnos a ella. Eso es lo que intentaré en esta larga meditación.
Un amigo mío me confesaba: De niño aprendí que "orar es levantar el corazón a Dios para pedirle mercedes". De mayor he comprendido que "orar es fabricar `mercedes´ para avanzar en la vida ofreciéndosela a Dios". Tras el chiste, hay mucha teología de la buena.
En nuestro subconsciente y en nuestra imaginería late la idea de que Dios está en las alturas y hay que alcanzarle con esforzadas oraciones para que nos haga llegar su favor desde allá arriba. Estoy convencido de todo lo contrario: Dios es la cercana luz que quiere traspasar nuestras oscuras barreras y atraernos a sus brazos.
Somos nosotros los que tenemos que dejarnos alcanzar y no a la inversa. Es Él quien llama "con gemidos inenarrables" (Rom 8,26) a su desorientada y amadísima criatura: “Estoy a la puerta llamando: si me oís y me abrís, entraré en vuestra casa y comeremos juntos” (Ap 3,20). Solo hay que abrir y dejarle pasar.
Habitualmente pretendemos que nuestra oración mueva a Dios y nos resuelva los problemas, mientras nosotros esperamos el favor o el milagro sin utilizar nuestros dones, sin saber siquiera que los tenemos. Con demasiada frecuencia acudimos a la oración de petición sin acertar a pasar de ahí o, lo que es mucho peor, sin percatarnos de que oramos a los ídolos. Citaré algunos, sólo como ejemplo:
- El dios de la manga, al que imaginamos en el Olimpo, distraído, absorto en sus cosas, incluso encolerizado por nuestros pecados. Y necesitamos llamar su atención, tirarle de la manga, para que se acuerde de nosotros y nos escuche: ¡Eh, que estamos aquí, auxílianos! O como decimos en las preces litúrgicas: "Te rogamos, óyenos". Pero los problemas no se resuelven e inconscientemente nos vamos convenciendo de que es sordo. Incluso hay quien habla del "silencio de dios", también es mudo.
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- El dios grifo, que nosotros abrimos a nuestro antojo con la oración y se cierra automáticamente cuando no nos acordamos de pedir. Sólo obtendremos el líquido deseado si apretamos el botón o giramos la llave. Si no responde a nuestra petición, pensamos que es un mal grifo, que está seco o que otros -más buenos- le han agotado.
- El dios negociador, al que ofrecemos algún sacrificio, alguna promesa, alguna vela, a cambio de la deseada concesión. Negociamos de mil maneras para conseguir aquello que deseamos. Negociamos incluso con nuestro dolor: Si me disciplino o uso cilicio o camino de rodillas, seguro que le conmuevo.
No nos damos cuenta de que ésos son dioses falsos, ídolos, que ni ven, ni oyen, ni entienden. El Dios verdadero sólo quiere nuestro bien y nuestra felicidad sin precio alguno, totalmente gratis. Basta con que lo busquemos por el camino correcto y nos dejemos inundar porque “mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11,30).
¡Yo creo en Ti, mi Dios Torrente, que te derramas sobre tus criaturas sin dilación ni pausa, aunque no oren ni sepan rezar!
Hace poco leí en la portada de una revista católica algo que me estremeció: "Un milagro arrancado a Dios a base de oración". ¿A qué "dios de granito" ora esa gente? ¿Cómo es posible pensar que hay que alcanzar la mano de Dios con escoplo y martillo? Yo creí que estas cosas no podían siquiera pensarse en nuestra Iglesia, y mucho menos publicarse.
El Dios en quien yo creo declara abiertamente: “encuentro mis delicias con los hijos de los hombres” (Pro 8,31). Nos creó con todos los recursos, nos ha dado preciosos dones, que debemos descubrir y explotar.
Somos nosotros los que hemos de movernos, conocernos, hacer fructificar nuestros talentos, los que Él nos regaló cuando nos pensó desde la eternidad.
Nuestro Dios no nos da peces cuando los pedimos en la iglesia, sino que nos proporciona la mejor caña (nuestros dones personales), nos muestra sus mares y nos enseña a pescar (con su vida, su palabra y sus luces puntuales).
Decía Martin Luther King: "Dios, que nos ha dado la inteligencia para pensar y el cuerpo para trabajar, traicionaría su propio propósito si nos permitiese obtener por la plegaria, lo que podemos ganar con el trabajo y la inteligencia".

Y en Mateo se lee:
"No todo el que dice: ¡Señor! ¡Señor!, entrará en el reino de Dios, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial... El que escucha mis palabras y las pone en práctica se parece a un hombre sensato que ha construido su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se echaron sobre ella; pero la casa no se cayó, porque estaba cimentada sobre la roca. Y todo el que escucha mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre insensato que ha construido su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se precipitaron sobre ella, la casa se cayó y se arruinó totalmente" (Mt 7,21).
Son por tanto las obras, las actitudes, la “decidida decisión de volver al Padre" lo que hará nuestra vida sólida como una roca y exitoso el camino de regreso. Nuestra apertura interior a su llamada, la andadura decidida y esforzada hacia sus brazos, es lo que conseguirá colmar nuestros anhelos. NO el palabreo rutinario e interesado.
Juan nos advierte:
"Todo lo que pidamos, Él nos lo concederá porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada" (1Jn 3,22). Es decir, el resultado está ligado a la aceptación de su maternal cuidado, de su amor gratuito, del respeto a las reglas de su creación (su viña). Lo mismo que la luz y el calor están asegurados para quien se expone al sol.
Mateo insiste:
"Al rezar, no os convirtáis en charlatanes como los paganos, que se imaginan que serán escuchados por su mucha palabrería. No hagáis como ellos, porque vuestro Padre conoce las necesidades que tenéis antes de que vosotros le pidáis" (Mt 6,7).

martes, 24 de julio de 2018

CONSEJOS DEL PADRE PÍO PARA UNA VIDA SANTA

Pequeñas "florecillas" del más famoso franciscano del siglo XX

  1. El tiempo mejor invertido es el que se gasta en la santificación del alma de los demás.

  1. El tiempo gastado para la gloria de Dios y para la salud del alma, nunca es malgastado.

  1. ¡Qué bello es el rostro de nuestro dulcísimo Esposo Jesús! ¡Qué dulces son sus ojos! ¡Qué felicidad estar cerca de Él en el monte de su gloria! Allí debemos poner nuestros deseos, nuestros afectos, no en las criaturas, en las que no hay belleza o, si la hay, viene de lo alto.

  1. No te canses en torno a cosas que general preocupación, perturbaciones y afanes. Una sola cosa es necesaria: elevar el espíritu y amar a Dios.

  1. Dios es caridad – amor –, gracia, Providencia. El culmen de la perfección es la caridad: el que vive la caridad vive en Dios, porque Dios es caridad, como dijo el Apóstol.

  1. Faltar a la caridad es como herir a Dios en la pupila de su ojo. ¿Qué hay más delicado que la pupila del ojo?

  1. Faltar a la caridad es como pecar contra la naturaleza.

  1. El que ofende a la caridad ofende la pupila del ojo de Dios.

  1. La caridad que no tiene por base la verdad y la justicia, es caridad culpable.

  1. La Divina Bondad no solo no rechaza a las almas arrepentidas, sino que sale en busca de las obstinadas.

  1. El Corazón del Divino Maestro no tiene ley más amable que la de la dulzura, de la humildad y la caridad…

  1. Pon a menudo tu confianza en la Divina Providencia, y estate seguro de que pasarán antes el cielo o la tierra, que tu Señor deje de protegerte.

  1. La caridad es la reina de las virtudes. Como las perlas se mantienen unidas por el hilo, así las virtudes por la caridad. E igual que si se rompe el hilo las perlas caen, así, si falta la caridad, las virtudes se desperdigan.

  1. La beneficencia, venga de donde venga, es siempre hija de la misma madre, es decir, la providencia.

  1. ¿Nos bastamos a nosotros mismos para formar un deseo santo sin la gracia? Por supuesto que no. Esto lo enseña la fe.

  1. Si en un alma no hubiera otra cosa que el ansia de amar a Dios, ya lo tiene todo. Porque Dios no está donde no hay deseo de su amor.

  1. Yo sé que ningún alma puede amar dignamente a su Dios. Pero cuando hace lo posible por su parte y confía en la Divina Misericordia, ¿por qué Jesús le va a rechazar? ¿No nos ha mandado amar a Dios con todas nuestras fuerzas? Así que si has dado todo a Dios, ¿por qué temer? ¿Quizás porque no puedes hacer más? ¡Pero Jesús no pide, no quiere imposibles! Pide al buen Dios que haga Él mismo lo que tu no puedes hacer.

  1. Te afanas por buscar el sumo bien: pero en verdad está dentro de ti y te tiene extendido en la Cruz, respirando para soportar el martirio insoportable y, más aún, para amar amargamente al Amor.

  1. Los males son hijos de la culpa, de la traición que el hombre ha perpetrado contra Dios … Pero la misericordia de Dios es grande… Un solo acto de amor del hombre hacia Dios tiene tanto valor a sus ojos que a Él no le importaría devolverlo regalando toda la creación… El amor no es otra cosa que la chispa de Dios en los hombres… la esencia misma de Dios personificada en el Espíritu Santo… Nosotros pobres criaturas deberíamos dedicar a Dios todo el amor de que somos capaces… Nuestro amor, para ser adecuado a Dios, debería ser infinito, pero por desgracia sólo Dios es infinito…

  1. Debemos empeñar todas nuestras energías en el amor, para que el Señor un día pueda decirnos: Tenía sed y me has saciado, tenía hambre y me has dado de comer, sufría y me has consolado…

  1. Dios puede rechazar todo en una criatura concebida en pecado y que lleva la marca indeleble heredada de Adán, pero no puede en absoluto rechazar el sincero deseo de amarle.

  1. La humildad y la caridad van al paso. Una glorifica y la otra santifica. La humildad y la caridad son las cuerdas maestras, todas las demás dependen de ellas: una es la más baja, la otra la más alta. La conservación de todo el edificio depende de la cimentación y del tejado.

  1. Si se tiene el corazón ejercitado en humildad u caridad, no habrá dificultades con las demás. Estas son las madres de las virtudes, aquellas le siguen como hacen las crías con sus madres.

  1. Di tu también siempre al dulcísimo Señor: quiero vivir muriendo, para que de la muerte venga la vida que no muere y ayude a la vida a resucitar a los muertos.

  1. Debes humillarte ante Dios antes que abatir tu ánimo, si Él te reserva los sufrimientos de Su Hijo y quiere hacerte experimentar tu debilidad: debes elevar a Él la oración de la resignación y de la esperanza, aunque caigas por fragilidad, y darle las gracias por tantos beneficios de que te está enriqueciendo.

  1. Besa a menudo con afecto a Jesús y le compensarás por el beso sacrílego del apóstol Judas.

  1. Procura avanzar en la caridad: ensancha tu corazón con confianza a los divinos carismas que el Espíritu Santo quiere derramar en él…

  1. Si queremos recoger es necesario no tanto sembrar mucho, como esparcir la semilla en buen campo, y cuando esta semilla se vuelva planta, vela para que la cizaña no sofoque las plantas tiernas.

29. ¿Amas desde hace tiempo al Señor? ¿Le amas ahora? ¿No ansías amarlo para siempre?

  1. No tengas ningún miedo.

  1. Aunque hayas cometido todos los pecados de este mundo, Jesús te repite: te perdono muchos pecados porque mucho has amado.

  1. Sufres, es verdad, pero con resignación y no temas porque Dios está contigo; tu no le ofendes, sino que le amas: sufres, pero crees que el mismo Jesús sufre en ti y por ti.

  1. Jesús no te ha abandonado cuando huías de Él; mucho menos te abandonará ahora que quieres amarlo.

  1. La humildad y la pureza de costumbres son alas que elevan hasta Dios y casi le divinizan. Recuérdalo: está más cerca de Dios el malhechor que se avergüenza de hacer el mal que el hombre honrado que enrojece por hacer el bien.

  1. Debes tener siempre prudencia y amor. La prudencia tiene los ojos, el amor las piernas. El amor, que tiene piernas, quisiera correr a Dios, pero su impulso de abalanzarse hacia él es ciego, y a veces podría tropezar si no le guiara la prudencia que tiene los ojos.

  1. La prudencia, cuando ve que el amor podría ser desenfrenado, le presta los ojos. Así el amor se calma y, guiado por la prudencia, actúa como debe y no como querría.

  1. El grado sublime de la humildad es no sólo reconocer la propia abyección, sino amarla. He elegido, dice el profeta, ser abyecto en la casa de Dios, antes que vivir en los tabernáculos de los pecadores.

  1. En el mucho hablar no falta el pecado.

  1. Hay que saber confiar: existen el temor de Dios y el temor de Judas.

  1. El miedo excesivo nos hace actuar sin amor, y el exceso de confianza no nos deja ver el peligro que debemos superar. Uno y otro deben ir de la mano y proceder como hermanos.

  1. Nadie sea juez en causa propia.

  1. En el tumulto de las pasiones y en las circunstancias adversas nos sostenga la esperanza de su inagotable misericordia: corramos confiados a la penitencia, donde Él con ansia de Padre nos espera cada instante, y aún conscientes de nuestra insolvencia ante Él, no dudemos del perdón solemnemente pronunciado sobre nuestros errores. Pongamos sobre ellos, como lo hizo el Señor, un piedra sepulcral.

  1. Las puertas del Paraíso están abiertas para todas las criaturas: acuérdate de María Magdalena.

  1. La misericordia del Señor, hijo, es infinitamente más grande que tu malicia.

  1. Quien dice que ama a Dios y no sabe frenar su lengua, su religión es vana.

  1. Dios no hace prodigios si no hay fe.

  1. Sacudámonos, porque la indolencia devora todo, la indolencia devora completamente todo.

  1. Buscar, sí, la soledad, pero no faltar a la caridad con el prójimo

  1. A Dios se sirve solo cuando se le sirve como Él quiere.

  1. Debéis esforzaros en dar gusto a Dios solo, y contento Él, contentos todos.
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lunes, 18 de junio de 2018

EN CAMINO

    PENSAMIENTO

            Vivir a Dios, vivir en Dios        
             Voluntas tua, pax nostra    

   CUERPO   

Respeto y mantenimiento.

PALABRA
Calla, pero cuando hables, hazlo en el nombre de Dios clemente y misericordioso.
OBRA
Por la Vía Sérvula
   Cinco pilares

MANDAMIENTOS

LOS DIEZ MANDAMIENTOS ACTUALIZADOS

1.- Ama a Dios por encima de cualquier atadura, pero ámalo en sus criaturas.

2.-Toma en serio a Dios, déjalo ser Dios, y no te hagas imagen de El.

3.-Celebrarás los días dedicados a Dios con amor y en comunidad.

4.-Mantén la paz con tus padres.

5.-Respeta y favorece la vida.

6.-Entrega tu ser sólo por amor cumpliendo y siendo fiel a tu compromiso.

7.-Prospera con rectitud y la conciencia tranquila.

8.-Di siempre la verdad.

9.-Haz que tus pensamientos y deseos reflejen la Buena Noticia de Dios.

10.-Encuentra la alegría en lo que tienes.

                                                 fides deo

SEÑOR ALEJA DE MÍ, LO QUE ME ALEJA DE TI.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS: UNA ACTUALIZACIÓN

Los diez mandamientos siempre serán un sí a Dios. No son un instrumento de represión, no son unos barrotes que nos encarcelan son, como digo, un sí a Dios y a su voluntad, porque es haciendo su voluntad como alcanzamos la paz interior. Los mandamientos se han podido tergiversar y ver como algo negativo. Los tiempos nuevos no suponen un cambio de los mismos, pero sí una actualización en el lenguaje que nos lo hagan más intuitivos y  comprensibles. Que ese sí a Dios sea fruto de nuestro amor por El.
Según la Biblia el profeta Moisés recibió los Diez Mandamientos directamente de manos de Yahveh, "escritos con su dedo".

El nombre "decálogo" con que suelen designarse, procede de la fórmula griega δεκάλογος (dekalogos: ‘diez palabras’) con que se citan en la Septuaginta, la versión griega tradicional, tanto en el Éxodo 34:28, como en el Deuteronomio 10:4.

De acuerdo con dichas escrituras Moisés subió al Monte Sinaí y permaneció en su cima 40 días y 40 noches, pero cuando bajaba comprobó que en su ausencia el pueblo se había construido y estaba adorando a un becerro de oro.

Enfurecido por lo que el oro (el dinero, la corrupción, el poder) representaba, lo destruyó hasta convertirlo en polvo, y lo arrojó en agua que luego -como castigo- hizo beber al pueblo.

Posteriormente pidió a Dios que perdonase al pueblo y sellase con él un convenio (llamado generalmente "El pacto" o "La alianza").

Entonces, Él Señor ordenó a Moisés que tomara dos lajas de piedra, y en ellas grabara los Diez Mandamientos del pacto.

Hasta allí la historia bíblica, la cual simbólicamente tiene un significado y una representación coherente acorde el momento y lugar.

Pero ahora, en pleno siglo XXI, la iglesia del Reino Unido está predicando una versión actualizada reescrita para reflejar los valores "modernos".

Con un breve y sencillo lenguaje intercalado, las nuevas normas han sido lanzadas al mercado en un DVD llamado "just10 for churches", destinado a proporcionar orientación a los creyentes.
 
Los "nuevos" mandamientos (re)escritos por el popular predicador J. John, han sido festejados por los líderes religiosos como una valiosa herramienta para "llevar los consejos prácticos a las congregaciones modernas".

Inspirado por los disturbios del año pasado, J. John ha cambiado algunas normas e introducido otras como: "controle su ira", "conozca a Dios" y "recupere su aliento", las cuales ya se utilizan en algo más de 600 iglesias en Gran Bretaña.

Algunos cambios resultan de una conveniencia evidente.

Por ejemplo el original "No robarás" se ha convertido en "prospera con la conciencia tranquila".

"No tomarás el sagrado nombre de Dios en vano" se ha convertido en "toma en serio a Dios".

Y la frutilla del postre podríamos decir que lo constituye el décimo mandamiento que decía "No codiciarás los bienes ajenos" el cual se ha convertido simplemente en: "encuentra la alegría".

Es fácil comprender que los bíblicos "No robarás, No tomarás el sagrado nombre de Dios en vano, y No codiciarás bienes ajenos" no se condicen con la actitud de Inglaterra en Libia por ejemplo.

Pero hay más: "No cometerás actos impuros" ha sido modificado a "corregir-comprobar sus relaciones", lo cual también resulta claramente sintónico con los sonados casos de paidofilia en los cuales se han visto involucrados muchos miembros de la iglesia últimamente.

También el "Honrarás a tu padre y a tu madre" ha sido alterado a "mantener la paz con tus padres".
J. John afirma que sus mandamientos permiten "a todos a entender los principios eternos de Dios sobre cómo debemos vivir" y que los disturbios del pasado verano lo inspiraron a escribirlos.

"Junto con más gente me pongo a pensar en la manera en que vivimos hoy en día y lo que lleva a la gente a hacer el tipo de cosas que ocurrieron en los disturbios, y si nos hemos olvidado de algo acerca de como vivir de una buena forma" agrega.

El reverendo Paul Roberts, de 54 años, vicario de San Juan Evangelista en el Viejo Coulsdon, Surrey, que se remonta a 1210 dC, es uno de los que utilizan los nuevos mandamientos.

El mismo opinó: "Básicamente es una manera de presentar los Diez Mandamientos para ayudar a las personas a conectarse con ellos de una manera positiva."

"En lugar de verlos como una lista de cosas que no se deben hacer, está destinado a ayudar a la gente a vivir según el designio de Dios para nuestro bien."

Wayne Dulson, de 40 años, ministro de la Iglesia Bautista de Loughton, en Essex, dijo: "La gente realmente se comprometerá con los Diez mandamientos de un modo nuevo y fresco."
"Ahora la gente no verá estos mandamientos como un conjunto de normas, sino como una plantilla para vivir y experimentar lo mejor de Dios en nuestras vidas."

"Los diez mandamientos eran extremadamente desafiantes, especialmente porque esta serie nos ha ayudado a verlos en el contexto de la vida moderna."

"La gente me cuenta cómo "just10" les ha hecho pensar mucho más acerca de cómo vivir la vida y también todo lo que han aprendido sobre los mandamientos descubriendo cosas que nunca antes conocieron."

Steve Jenkins, portavoz de la Iglesia de Inglaterra, dijo que apoyaba las nuevas formas de comunicación y agregó: "El Libro de Oración Común deja muy claro que la fe necesita ser enseñada nuevamente en cada generación."

Incluso el conservador ex-subsecretario del Interior, Ann Widdecombe, que abandonó la iglesia de Inglaterra cuando se opuso a que las mujeres pudieran ser sacerdotes, ha respaldado las normas de J. John.

"Diría que no es un remiendo sobre Moisés, pero realmente no es una mala serie de normas", dijo.

"Lo que se está tratando de hacer es ofrecer una versión moderna de la original para explicarla a un público moderno, que está muy bien siempre y cuando no se prescinda de la original".

Y como el refrán dice: "la ignorancia es atrevida" os dejo mi  versión actualizada de los Diez Mandamientos:

1.- Ama a Dios por encima de cualquier atadura, pero ámalo en sus criaturas.

2.- Toma en serio a Dios, déjalo ser Dios y no te hagas imagen de El.

3.- Celebrarás los días dedicados a Dios con amor y comunidad.

4.- Mantén la paz con tus padres.

5.- Respeta y favorece la vida con la no violencia.

6.- Sé casto: entrega tu ser sólo por amor cumpliendo y siendo fiel a tu compromiso.

7.- Próspera con rectitud y la conciencia tranquila.

8.- Di siempre la verdad.

9.- Haz evangélicos tus pensamientos y deseos. Que reflejen la Buena Noticia de Dios.

10.- Encuentra la alegría en lo que tienes.
                                                                                           
                                                                                 PGL
                        

domingo, 8 de abril de 2018

VIA LUCIS UN CAMINO EN PENUMBRA

Consideraciones para el Vía Lucis de la Cofradía de Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Paz.




DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

ORACIÓN
DE LA MISERICORDIA DIVINA

¡Oh Dios de gran misericordia!, bondad infinita, desde el abismo de su abatimiento, toda la humanidad implora hoy Tu misericordia, Tu compasión, ¡Oh Dios!; y clama con la potente voz de la desdicha.
¡Dios de Benevolencia, no desoigas la oración de este exilio terrenal! ¡Oh señor!, Bondad que escapa nuestra comprensión, que conoces nuestra miseria a fondo y sabes que con nuestras fuerzas no podemos elevarnos a Ti, Te lo imploramos: Adelante con Tu gracia y continúa aumentando Tu misericordia en nosotros, para que podamos, fielmente, cumplir Tu santa voluntad, a lo largo de nuestra vida y a la hora de la muerte. Que la omnipotencia de tu misericordia nos escude de las flechas que arrojan los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza, como hijos Tuyos, aguardemos la última venida (día que Tú solo sabes). Y esperamos obtener lo que Jesús nos prometió a pesar de nuestra mezquindad.
Porque Jesús es nuestra esperanza: Através de su Corazón misericordioso, como en el Reino de los Cielos.
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ORACIÓN

Oh Dios, cuya Misericordia es infinita y cuyos tesoros de compasión no tienen límites, míranos con Tu favor y aumenta Tu Misericordia dentro de nosotros, para que en nuestras grandes ansiedades no desesperemos, sino que siempre, con gran confianza, nos conformemos con Tu Santa Voluntad, la cual es idéntica con Tu Misericordia, por Nuestro Señor Jesucristo, Rey de Misericordia, quien con Vos y el Espíritu Santo manifiesta Misericordia hacia nosotros por siempre. Amén.
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JACULATORIA

El Salvador ordenó a Sor María Faustina que escribiera, y la rezara con frecuencia, esta pequeña jaculatoria:
"Oh Sangre y Agua, que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, yo confío en vos".
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ORACIONES BREVES
PARA REZAR A LAS TRES DE LA TARDE

1

Expiraste, Jesús, pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de Tu misericordia inundó todo el mundo. Oh, Fuente de Vida, insondable misericordia divina, anega el mundo entero derramando sobre nosotros hasta Tu última gota de sangre. (IV, 59).

2

Oh, Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, manantial de misericordia para nosotros, en Ti confío. (1, 35).


1. El origen de esta devoción es muy reciente y se debe a Sor María Faustina Kowalska. Elena Kowalska, nació en Glogowice en 1905, cerca de Cracovia, en Polonia. Unas pocas semanas antes de su vigésimo cumpleaños, entro a la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Misericordia con el nombre María Faustina. A partir de 1931 y hasta 1938, año de su muerte, sor Faustina, tuvo una serie de revelaciones de Jesús la cuales dejó por escrito en un diario compuesto por más de 600 páginas. Durante casi veinte años esta devoción estuvo prohibida, pero desde el 15 de abril de 1978 la Santa Sede dio su autorización a la práctica de la devoción. Fue beatificada el 18 de abril de 1993 por S. S. Juan Pablo II y proclamada santa el 30 de abril de 2000. La fiesta de la misericordia se celebra el domingo siguiente al de Pascua de Resurección. [Imagen de Jesús de la Divina Misericordia]La encíclica sobre la misericordia divina ("Dives in misericorida", 30 de septiembre de 1980) subraya como función principal de la Iglesia proclamarla, practicarla y pedirla. El 22 de septiembre de 1981 el Papa Juan Pablo II dijo en el Santuario del Amor Misericordioso, sito en Collevalenza (Italia): "Desde el principio de mi Pontificado he considerado este mensaje como mi cometido especial. La Providencia me lo ha asignado".
Para más detalles sobre el origen de esta devoción puede verse la última página de esta sección en este mismo sitio. Enlaces externos en español recomendados son: Corazones traspasados de Jesús y María, Grupo de Difusión de la Divina Misericordia y la página de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en Polonia. 

sábado, 7 de abril de 2018

LA HISTORIA DE LA PALABRA IGLESIA

Una vez implantada la democracia en Atenas por el estratega Pericles en el siglo V antes de nuestra era, el pueblo se reunía en la plaza pública o ágora para deliberar sobre los asuntos públicos. La asamblea de ciudadanos era soberana, pero no tan democrática como se suele creer, puesto que solo tenían derecho a participar en ella entre el ocho y el diez por ciento de los habitantes de la ciudad, ya que quedaban fuera los esclavos y los metekos ‘extranjeros’. 

En Atenas y en otras ciudades griegas, la asamblea del pueblo era convocada por un heraldo; el verbo griego para denominar esta tarea era ekkalein ‘evocar’, ‘convocar’, con el sentido de llamar a ‘los que están fuera del ágora’, aunque sin significado religioso alguno.

Los primeros cristianos se reunían en asambleas, una antigua costumbre heredada de los hebreos, que estos denominaban gahal: la congregación del pueblo de Israel como comunidad religiosa, pero con fines meramente culturales. En la traducción del Antiguo Testamento al griego por los Setenta, se adoptó el nombre de la ekklesía ateniense para designar las gahalim. La palabra pasó al Nuevo Testamento con el sentido de ‘reunión de los cristianos en torno de Jesús’ y fue muy usada por San Pablo, quien llamaba ekklesía a diversas comunidades locales, por ejemplo en algunos títulos de sus epístolas, pero fue en la que dedicó a los tesalonicenses donde se refirió por primera vez a la ekklesía como un cuerpo cuya cabeza era Cristo.

La palabra llegó al español a través del bajo latín eclesia, del latín clásico ecclesia, como parte del sustrato básico de los romances hispánicos, documentado por primera vez como eglesia en las Glosas Emilianenses, en el siglo X. En el Cantar de Mio Cid aparece como eclegia; un siglo más tarde, en Berceo, nuevamente como eglesia y ya también como iglesia.

Durante algún tiempo se alternan otras formas, como elgueja, elguesia y egrija, forma esta que dio lugar a topónimos como Grijota y Grijalba, hasta que en la segunda mitad del siglo XIV, se generalizó el uso de iglesia. La eclesia de los primeros cristianos se llamó église en francés, igreja en portugués y chiesa en italiano.

Ricardo Soca

LOS SIETE TEMAS DE LA ENSEÑANZA SOCIAL CATOLICA

Aunque hay personas que creen que Jesús no participó ni se interesaba en los problemas de este mundo. Sólo en el Reino de Dios, está claro que dijo: "Dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios".  

Hace poco y en relación al minuto de silencio guardado en recuerdo del niño Gabriel Cruz una persona me comunicaba que su hija se negó a hacer ese minuto porque  "como cristiana ella -refiriéndose a su hija-  sigue el ejemplo de su señor Jesucristo quien no participó en ningún acto social cuando estuvo en la Tierra. Más bien señaló al reino de Dios como la única esperanza para la humanidad." 
Y la buena mujer se quedó tan agusto. Pero yo le pongo que la enseñanza y el ejemplo de Jesús en este mundo se extiende a través de estos siete temas de actuación. El que tenga ojos para ver que vea, entienda y ponga en práctica.

  • LA VIDA Y LA DIGNIDAD DE LA PERSONA
    La Iglesia Católica proclama que la vida humana es sagrada y que la dignidad de la persona es la base de una visión moral para la sociedad. Esta creencia es el fundamento de todos los principios de nuestra ensenanza social. En nuestra sociedad, la vida humana está bajo el; ataque directo del aborto y la eutanasia. La vida humana está amenazada por la clonación, las investigaciones sobre las células madre embrionarias y por la aplicación de la pena de muerte. El poner intencionalmente la mira en la población civil durante una guerra o un ataque terrorista siempre está mal. La enseñanza católica nos llama siempre a hacer todo lo posible para evitar una guerra. Las naciones deben proteger el derecho a la vida encontrando maneras eficaces para evitar los conflictos y para resolverlos por medios pacificos. Creemos que toda persona tiene un valor inestimable, que las personas son más importantes que las cosas y que la medida de cada institución se basa a en si amenaza o acrecienta la vida y la dignidad de In persona humana.

  • EL LLAMADO A LA FAMILIA, A LA COMUNIDAD Y A LA PARTICIPACION
    La persona no sólo es sagrada sino tambien social. La manera en que organizamos nuestro sociedad-en lo económico y lo político, en leyes y políticas-afecta directamente la dignidad humana y la capacidad de los individuos para crecer en comunidad. El matrimonio y la familia son las instituciones centrales de la sociedad y éstas deben ser apoyadas y no minadas. Creemos que todas las personas tienen el derecho y el deber de participar en la sociedad buscando juntas el bien común y el bienestar para todos, especialmente para los pobres e indefensos.

  • LOS DERECHOS Y DEBERES
    La tradición católica enseña que se puede proteger la dignidad humana y se puede establecer una comunidad saludable sólo si se respetan los derechos humanos y se cumple con los deberes. Por lo tanto, toda persona tiene un derecho fundamental a la vida y un derecho a todo lo necesario para vivir con decencia. A la par de esos derechos, hay también deberes y responsabilidades-de unos a otros, hacia nuestras familias y hacia la sociedad en general.

  • LA OPCIÓN POR LOS POBRES E INDEFENSOS
    Una prueba moral básica es cómo les va a los miembros más indefensos. En una sociedad marcada por divisiones cada vez más agudas entre ricos y pobres, nuestra tradición recuerda la historia del Juicio Final (Mt. 25:31-46) y nos enseña a preocuparnos primero por las necesidades de los pobres e indefensos.

  • LA DIGNIDAD DEL TRABAJO Y LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES
    La economía debe servir al pueblo y no al revés. El trabajo es más que una forma de ganarse la vida, es una forma de participar continuamente en la creación de Dios. Si e ha de proteger la dignidad del trabajo, entonces debe respetarse los derechos básicos de los trabajadores-el derecho a un trabajo productivo, a salarios adecuados y justos, a organizar sindicatos y a unirse a ellos, a la propiedad privada y a la iniciativa económica.

  • LA SOLIDARIDAD
    Somos una familia humana cualesquiera que sean nuestras diferencias nacionales, raciales, étnicas, económicas e ideológicas. Somos los custodios de nuestros hermanos y hermanas dondequiera que se encuentren. Amar a nuestro prójimo tiene dimensiones globales en un mundo cada vez más pequeño. En el mero centro de la virtud de la solidaridad está la búsqueda de la justicia y la paz. EI Papa Paulo VI nos dijo: "si quieres paz, trabaja por la justicia".1 El Evangelio nos llama a ser pacificadores. Nuestro amor por rodos nuestros hermanos y hermanas exige que fomentemos la paz en un mundo rodeado de violencia y conflicto.

  • El CUIDADO POR LA CREACION DE DIOS
    Nosotros mostramos nuestro respeto por el Creador cuidando la creación. El cuidado por la tierra no es sólo un eslogan para el Día de la Tierra; es un requisito de nuestra fe. Estamos llamados a proteger a las personas y al planeta viviendo nuestra fe en relación con toda la creación de Dios. Este desafío ambiental tiene dimensiones morales y éticas fundamentales que no pueden ser ignoradas.

sábado, 31 de marzo de 2018

VIGILIA PASCUAL

Esta noche será la NOCHE.
Os adelanto lo que de madrugada se publicará en mi Blog.
Y otros recursos para quien los quiera usar o aprovechar.
¡¡¡ Feliz Pascua !!!
Con todo mi cariño

Jairo del Agua
http://blogs.periodistadigital.com/jairodelagua.php

ALELUYA



GLORIA

AVE MARÍA


Para mis queridos Cursillistas de Cristiandad de aquí y de ultramar:


Este es mi nuevo libro digital. Lo puedes pedir a jairoagua@gmail.com. Es gratis y lleno de amor para ti.








Gracias Jairo

martes, 27 de marzo de 2018

MISERICORDIA, DIOS MÍO. MISERERE

3Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
4lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
5Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
6contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
7Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
8Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
9Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
10Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
11Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
12Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
13no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
14Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
15enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
16Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
17Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
18Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
19Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
20Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
21entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
[La Biblia de Jerusalén le pone a este salmo sencillamente el título de Miserere, palabra con la que comienza el texto latino. La introducción al salmo, versículos 1 y 2, dice: «Salmo de David, cuando el profeta Natán lo visitó después de haber pecado aquél con Betsabé». Este salmo penitencial tiene un estrecho parentesco con la literatura profética, sobre todo con Isaías y Ezequiel. Dios, totalmente puro e íntegro, al perdonar, manifiesta su poder sobre el mal y su victoria sobre el pecado (v. 6). El v. 7 nos recuerda que todo hombre nace impuro, y por ello inclinado al mal, Gn 8,21; aquí se alega esta impureza fundamental como circunstancia atenuante que Dios debe tener en cuenta. La doctrina del pecado original quedará explícita en Rm 5,12-21, en correlación con la revelación de la redención por Jesucristo. En el v. 16 se ha querido ver a veces una alusión al asesinato de Urías por orden de David, 2 S 12,9. También se ha leído allí la expresión de la muerte prematura del malvado como castigo por los pecados, según la doctrina tradicional. En el v. 20, al regreso del destierro, se espera, como señal del perdón divino, la reconstrucción de las murallas de Jerusalén. Y el v. 21 es una precisión litúrgica añadida más tarde: en la Jerusalén restaurada se dará todo su valor a los sacrificios legítimos, es decir, oficialmente prescritos. Para Nácar-Colunga el título de este salmo es Confesión de los pecados y súplica de perdón. Es un verdadero acto de penitencia, que según una tradición brotó del corazón y de los labios de David, cuando Natán le reprendió por su pecado. Los versículos 20 y 21 son una adición, hecha después de la cautividad, para adaptar el salmo al estado del pueblo y a sus necesidades de entonces. En el Miserere, el salmista, consciente de su culpabilidad, apela a la benignidad divina. Ya al nacer está envuelto en una atmósfera de pecado porque «pecador me concibió madre» (v. 7). No hay alusión al pecado original, sino a la pecaminosidad inherente al hecho de ser fruto de un acto carnal, que en la mentalidad hebrea implicaba una impureza ritual.]

martes, 27 de febrero de 2018

LOS MANDAMIENTOS.LECTURA ACTUAL

Los diez MandamientosPreciosa explicación de cada mandamiento


No sé si hablar hoy de los diez mandamientos es original o no. A lo mejor están pasados de moda y hay que inventar otros mandamientos.

De hecho, ignoro si sabrás que hace unos años en Johannesburgo se reunieron los grandes de la tierra y quisieron cambiar el Decálogo de Dios por otro decálogo, inventado por ellos, para no herir las susceptibilidades de quienes eran ateos o agnósticos.

Consciente de que el Decálogo es brújula que siempre marca el norte del bien, yo he querido escribir este libro especialmente para ti, querido joven, para que no sólo no te pierdas en el camino de tu vida, sino sobre todo llegues a Dios, a tu realización completa y a tu felicidad verdadera y auténtica.

Al explicarte cada mandamiento, he tratado de ser claro, didáctico, directo y positivo, por qué no. He ido salpicando en cada mandamiento algunas anécdotas que ejemplifican dicho mandamiento y hacen la lectura más amena y distendida. Al final de cada mandamiento, te regalo la síntesis del Catecismo de la Iglesia católica de dicho mandamiento.

Dado que quiero que no sólo quede en una simple lectura, también te he dejado diez preguntas para tu reflexión personal o en grupo. Dichas preguntas te harán pensar y llevar ese mandamiento a tu vida e incluso te ayudarán para una discusión en equipo.

Y termino con una lectura para que la saborees.

Te deseo lo mejor con la lectura de mi libro. Ojalá, Dios, a través de estas páginas, te dé luz y aliento.

Evangelizar en el propio carisma

1. ¿Qué son los diez mandamientos?

2. Características, dificultades y frutos

3.Primero: Amarás a Dios sobre todas las cosas

4. Segundo: No tomarás el nombre de Dios en vano

5. Tercero: Santificarás las fiestas

6. Cuarto: Honrarás a tu padre y a tu madre

7. Quinto: No matarás

8. Sexto: No cometerás actos impuros

9. Séptimo: No robarás

10. Octavo: No dirás falso testimonio ni mentirás

11. Noveno: No desearás la mujer o el varón que no te pertenece

12. Décimo: No codiciarás

Resúmen del Decálogo

Conclusión
BIBLIOGRAFÍA


AYLLÓN José Ramón, Ética razonada, Libros MC, Madrid 1998

CARMENA LAREDO Carmena, El amor es más fuerte, editorial Diana, México, 1996

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Por: P. Antonio Rivero, L.C. | Fuente: Catholic.net
 

miércoles, 7 de febrero de 2018

LOS VOTOS A DIOS

¿Qué dice la Biblia sobre hacer votos a Dios?

Imagínate que una niña le dice a su madre: “Cuando salga de la escuela, vengo enseguida a casa”. Pero luego se queda a jugar con sus amigas y al volver explica: “La maestra me hizo quedarme después de clase”. ¿Estaría bien que dijera algo así? O supongamos que un niño le asegura a su padre: “No, papá, no jugué a la pelota dentro de la casa”, pero en realidad sí lo hizo. ¿Estaría mal que dijera que no?
¿Has hecho alguna vez una promesa que después se te hizo difícil cumplir?                             Por lo general, los verdaderos cristianos no necesitan jurar que lo que dicen es cierto, pues obedecen a Jesús, quien exhortó: “Simplemente signifique su palabra Sí, Sí”. Lo que quiso decir es que debemos ser fieles a nuestra palabra. Justo antes había dicho: “No juren de ninguna manera”. Así condenó la costumbre que muchas personas tienen de jurar por cualquier cosa, incluso sin la menor intención de cumplir lo que prometen. En realidad, debería bastar con pronunciar un sí o un no cuando nos comprometemos a algo. Quien se “excede de esto” quizá revele que no es confiable y que se halla bajo la influencia “del inicuo”Mateo 5:33-37).
¿Qué es un voto? ¿Cuánta seriedad tiene hacer un voto a Dios?  En la BIBLIA, un voto es una promesa solemne que le hacemos a Dios. Puede consistir en un compromiso de hacer algo, ofrecer algún regalo, realizar algún servicio o abstenerse de ciertas cosas. Los votos se hacen por voluntad propia. Ahora bien, Dios los considera sagrados y de obligado cumplimiento, pues tienen la fuerza de un juramento por el que se promete hacer o dejar de hacer alguna cosa (Gén. 14:22, 23; Heb. 6:16, 17). ¿Qué dicen las Santas Escrituras sobre la seriedad de hacer votos a Dios?
La Ley mosaica decía: “En caso de que un hombre haga un voto a Jehová o jure un juramento para atar sobre su alma  un voto […], no debe violar su palabra. Conforme a todo lo que haya salido de su boca debe hacer” (Núm. 30:2). Años después, Dios inspiró a Salomón para que escribiera: “Siempre que hagas un voto a Dios, no titubees en pagarlo, porque no hay deleite en los estúpidos. Lo que prometes en voto, págalo” (Ecl. 5:4). Y Jesús confirmó la seriedad de hacer votos al declarar: “Se dijo a los de la antigüedad: ‘No debes jurar y no cumplir, sino que tienes que pagar tus votos a Jehová’” (Mat. 5:33).
Está claro, entonces, que es un asunto muy serio hacerle promesas a Dios. Nuestra actitud hacia ellas tiene un efecto en nuestra relación con él. David escribió: “¿Quién puede ascender a la montaña de Jehová, y quién puede levantarse en su lugar santo? El inocente de manos y limpio de corazón, que no haya […] prestado juramento engañosamente” (Sal. 24:3, 4).

EL VOTO DE DEDICACIÓN A DIOS

El voto de dedicación es el más importante que podemos hacer los cristianos. ¿Por qué? Porque le prometemos solemnemente a Jehová en una oración personal que le dedicamos nuestra vida a él, que la usaremos para servirle siempre, pase lo que pase. Jesús usó la expresión “repúdiese a sí mismo”, que significa renunciar a todos nuestros derechos y prometer que pondremos la voluntad de Dios delante de todo lo demás (Mat. 16:24 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo”). Desde ese día en adelante, le “pertenecemos a Jehová” (Rom. 14:8). Quien se dedica a él debe tomar este voto muy en serio. El escritor del Salmo 116 puso el ejemplo, pues escribió lo siguiente sobre los votos que le había hecho a Dios: “¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo? Mis votos pagaré a Jehová, sí, enfrente de todo su pueblo” (Sal. 116:12, 14).
Es imposible deshacer el voto de dedicación, retractarse de esta promesa  que le hicimos a Dios. Si una persona se cansa de servirle o de vivir como un cristiano, no puede argumentar que en realidad nunca se dedicó y que su bautismo no fue válido. A todos los efectos, se presentó como alguien totalmente dedicado a Jehová. Será responsable ante él y la congregación de los pecados graves que pueda cometer (Rom. 14:12 “De manera que cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios”). No queremos que se diga que hemos dejado el amor que teníamos al principio. Al contrario, queremos que Jesús diga esto de nosotros: “Conozco tus hechos, y tu amor y fe y ministerio y aguante, y que tus hechos recientes son más que los de antes” (Rev. 2:4, 19). Sirvamos con entusiasmo a Jehová cumpliendo con nuestro voto de dedicación y él se complacerá en nosotros.

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