“Quédate, Señor, conmigo, porque te necesito ver presente para no olvidarte, pues ya sabes con cuanta frecuencia te abandono.
Quédate, Señor, conmigo, porque soy muy débil y necesito de tus alientos y de tu fortaleza para no caer tantas veces.
Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi vida y sin Ti con frecuencia decaigo en el fervor…”
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