Los 10 gladiadores más famosos de Roma Antigua
En
 la Roma Antigua, los gladiadores eran los equivalentes a nuestros 
modernos luchadores de boxeo. Sus batallas en la arena congregaban a 
miles de personas, entre las que se encontraban los hombres más 
importantes de la época.
Estos hombres eran tradicionalmente comprados como esclavos,
 y los que se convertían en gladiadores de éxito disfrutaban de las 
mieles de la fama con miles de seguidores, regalos costosos e incluso 
podían llegar a ganar su libertad si alcanzaban el número de victorias 
suficientes. A continuación te presentamos un resumen de diez gladiadores que experimentaron toda esta gloria y fama, tanto dentro como fuera de la arena en la Antigua Roma.
10. Marcus Atilius
Aunque era ciudadano romano de nacimiento, Atilius prefirió unirse a la escuela de gladiadores en un intento por liquidar las numerosas deudas que había adquirido durante su vida.
 En su primera batalla logró derrotar a Hilario, un gladiador 
perteneciente al emperador Nerón, que había salido victorioso en treces 
batallas consecutivas. En otro combate, Atilius derrotó a Lucius Raecius
 Felix quien tenía un invicto de 12 batallas. Las hazañas de Atilius 
fueron registradas en mosaicos y dibujos descubiertos en 2007.
9. Vero y Prisco
Aunque
 su última pelea haya sido una de las mejores documentadas de la Roma 
Antigua, se sabe muy poco de estos dos rivales. La batalla entre Vero y 
Prisco en el primer siglo d.C. fue el primer combate entre gladiadores en el célebre Amphitheatrum Flavium
 (actual Coliseo Romano). Luego de una vigorosa lucha que se extendió 
por horas, los dos gladiadores se rindieron uno al otro, al mismo 
tiempo, bajando sus espadas como un signo de respeto mutuo. La extasiada
 multitud gritó como una señal de aprobación y al emperador Tito no le 
quedó más remedio que premiar a ambos con el rudis, una espada de madera que se les daba a los gladiadores al momento de su jubilación. Vero y Prisco abandonaron la arena como nuevos hombres libres.
7. Tetraites
Tetraites
 originalmente sería descubierto por medio de unas inscripciones 
encontradas en Pompeya en el año 1817, se trataba de unos dibujos que 
ilustraban su valiente victoria sobre Prudes. Su estilo consistía en 
luchar con un caso semejante a la figura de un pez, una espada corta, un
 enorme escudo rectangular, protectores de brazos y espinilleras.
Las dimensiones de la fama de Tetraites en el pasado
 serían finalmente comprendidas hasta finales del siglo XX, cuando se 
encontraron cerámicas con ilustraciones del luchador en lugares tan 
lejanos como Francia e Inglaterra.
6. Spiculus
Spiculus fue otro famoso gladiador del primer siglo d.C, y (supuestamente) tenía una relación de especial proximidad con el malvado emperador Nerón.
 Luego de las numerosas victorias de Spiculus, Nerón le concedería 
palacios, esclavos y riquezas más allá de la imaginación. Durante el año
 68 d.C Nerón sería depuesto del cargo y solicitó a sus asesores que 
localizaran a Spiculus pues quería morir por la espada del famoso 
gladiador. Pero como Spiculus nunca fue localizado, Nerón se vio 
obligado a suicidarse.
5. Carpóforo
Mientras
 que los demás gladiadores de esta lista son celebres por sus combates 
cuerpo a cuerpo contra otros seres humanos, Carpóforo fue un famoso bestiarii.
 Estos gladiadores luchaban exclusivamente contra animales salvajes, y, 
evidentemente, tenían carreras muy cortas. Luchando en los inicios del Amphitheatrum Flavium, Carpóforo se hizo famoso por derrotar a un oso, un león y un leopardo en la misma batalla. En otro combate ese mismo día, mató a un rinoceronte con una lanza.
 En total, se cuenta que mató a veinte animales salvajes en el mismo día
 de combate, como resultado, sus seguidores y compañeros de profesión 
llegaron a comparar a Carpóforo con el mitológico Hércules.
4. Crixo
Crixo
 era un gladiador de la Galia, brazo derecho del mismísimo Espartaco. Su
 éxito fue notable en la arena, pero tenía un profundo resentimiento por
 su Lanista – el líder de la escuela de gladiadores, entrenador y “propietario” de los mismos. Por lo que después de huir para liberarse, Crixo luchó en una rebelión de esclavos, colaborando en la derrota (con relativa facilidad) de algunos ejércitos enviados por el Senado romano.
Sin
 embargo, luego de una discusión con el líder de la rebelión, Crixo y 
sus hombres terminaron por separarse del grupo principal y se dirigieron
 hacia el sur de Italia. Esta maniobra desvió la atención de las fuerzas
 militares sobre el grupo principal, dándoles tiempo necesario para 
escapar. Por desgracia, las legiones romanas alcanzaron a Crixo antes de
 que pudiera vengarse de los que lo habían oprimido durante tanto 
tiempo.
3. Flamma
Flamma,
 un esclavo de origen sirio, murió a la edad de treinta años, tras haber
 luchado treinta y cuatro veces y haber ganado veintiún estas peleas. 
Nueve combates terminaron en empate, siendo derrotado tan sólo en cuatro
 ocasiones. Lo más llamativo es que a Flamma se le entregó el rudis cuatro veces. Cuando un rudis
 era dado a un gladiador, quedaba liberado de sus ataduras, y por lo 
general podía vivir como ciudadano romano. Pero Flamma rechazó la 
libertad y optó por seguir peleando en la arena.
2. Cómodo
Célebremente interpretado por Joaquin Phoenix en la película Gladiador, Cómodo era un emperador obsesionado con los combates en la arena. Como todo egocéntrico narcisista, Cómodo se vio a sí mismo como el hombre más grande e importante en el mundo.
 Creía ser Hércules, y llegó tan lejos con esta convicción hasta el 
punto de vestir la piel de leopardo como lo hacía el famoso héroe 
mitológico. Pero en la arena, Cómodo acostumbraba a luchar con gladiadores que estaban armados con espadas de madera, y abatía animales salvajes que generalmente estaban prisioneros o heridos.
Como
 es de suponerse, la mayoría de los romanos nunca apoyaron a Cómodo. Su 
falsa habilidad en la arena era vista como una falta de respeto, y sus 
predecibles victorias fueron vistas como espectáculos aburridos. En 
algunos casos, capturaba ciudadanos romanos con alguna discapacidad y 
les daba muerte en la arena. Como prueba de su egolatría, Cómodo cobraba millón de sestercios para cada espectáculo
 al que se presentaba, a pesar de que nunca fue “invitado” para aparecer
 en la arena. Cómodo fue asesinado en el año 192, y se cree que sus 
acciones como “gladiador” animaron a su círculo más próximo a cometer la
 traición.
1. Espartaco
Por mucho, el gladiador más famoso de la historia.
 Espartaco era un soldado tracio que fue capturado y vendido como 
esclavo. Léntulo Batiato, de Capua, reconoció su potencial y compró a 
Espartaco con la intención de convertirlo en un gladiador. Pero la feroz
 independencia de un guerrero no es nada fácil de domar: en el año 73 
a.C, Espartaco convenció a setenta de sus compañeros gladiadores, entre 
ellos Crixus, de iniciar una rebelión contra su Lanista. En la 
revuelta, Batiato fue asesinado y sus gladiadores huyeron hacia las 
faldas del Monte Vesubio. Durante este peregrinaje, el grupo fue 
reuniendo hombres libres y también muchos otros esclavos, por lo que 
llegó a conformarse un ejército grande y poderoso.
Via Appia
Los
 gladiadores pasarían el invierno del 72 a.C entrenando a los esclavos 
recién liberados, preparándose para lo que hoy conocemos como la Tercera Guerra Servil,
 en total, este grupo llegó a estar conformado por unas 70,000 almas. 
Legiones enteras fueron enviadas con el objetivo específico de matar a 
Espartaco, pero eran fácilmente derrotadas por el espíritu de lucha y la
 experiencia de los gladiadores. En el 71 a.C, Marco Licinio Craso
 unió unos 50,000 soldados romanos bien entrenados para perseguir y 
derrotar a Espartaco. Craso acorraló a Espartaco en el sur de Italia, 
donde derrotó a sus fuerzas y mató al libertador (el cuerpo de 
Espartaco, sin embargo, nunca fue encontrado). Seis mil de sus seguidores fueron capturados y crucificados a lo largo de la Vía Apia, el camino de Capua a Roma.
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