TRADUCCIÓN

miércoles, 7 de enero de 2015

LA NAVIDAD ORTODOXA

La historia de la celebración de La Navidad Ortodoxa es muy peculiar. La diferencia principal es que La Navidad en Rusia se celebra el día 7 de enero, en lugar del 25 de diciembre, según la Iglesia Católica y el calendario gregoriano. Durante la época soviética, en 1918, en Rusia los bolcheviques establecieron el calendario gregoriano, por lo que la celebración del Año Nuevo se ha convertido en una de las principales fiestas. Los festejos caían en los días de ayuno (post, en ruso), antes de la Navidad, lo que ha sido un duro golpe a la parte espiritual de la vida del pueblo ruso. Ahora la Iglesia Ortodoxa rusa junto con la de Jerusalén, la iglesia ucraniana, bielorrusa, georgiana y ortodoxo-serbio, los monasterios de Athos, así como los protestantes, celebran la Navidad el 7 de enero, siguiendo las tradiciones religiosas según el calendario juliano.


Aunque la gran fiesta es el día 7, todos los preparativos empiezan el día anterior, y el espíritu mágico navideño les acompaña a todos durante toda la noche. La Navidad... Es la fiesta que llena los hogares de luz, calor y alegría. Un día cuando en que uno se siente pretegido y liberado de todos sus miedos y preocupaciones al lado de su familia. Pero nuestros antepasados también creían que es una noche en la cual se cruzan las buenas y malas energías. Y que, si uno se desvía, las fuerzas del mal podían apoderarse de una persona y de su alma. Así, solo la certeza del espíritu, buenos hechos, la bondad y el amor proporcionan la reconciliación con Dios.

Muchos de los ritos, costumbres y juegos que acompañan a esta noche, llevan su origen en las tradiciones de folklore ruso. Al día 7 le precede el ayuno de 40 días durante los cuales, según dicen los creyentes, se limpia tanto el cuerpo como el alma. Cuando en el cielo nocturno aparece la primera estrella, símbolo de la Estrella de Belén, el primer plato que aparece en la mesa festiva es sochivo. Sus ingredientes principales son arroz o trigo con guarnición de pasas, frutas confitadas y una pizca de miel.

Habitualmente la mesa se cubre con tela blanca y en las ventanas se ponen las velas, símbolo de la unidad de todas las personas, y de las puertas abiertas para los visitantes. Además, se cree que la llama de las velas protege la casa y la familia de los espíritus malignos y la infunde con calor y luz. Las casas se adornan con ramas de pino y abeto que simbolizan la vida eterna. Las tradiciones de la Navidad en Rusia incluyen una fiesta exuberante con juegos, bailes, canciones y risas. En los antiguos pueblos rusos y ucranianos los niños salían a la calle y, disfrazados de animales y personajes de cuentos, se presentaban en las casas de los vecinos bailando y cantando. Por la chispa y la improvisación alegre de sus juegos, les regalaban bombones y algún plato exquisito de la mesa navideña o, incluso, dinero.

Antiguamente, las chicas jóvenes se reunían en una casa para las adivinaciones de Navidad. Las cartas, espejos, la cera de las velas, café mólido, hilo y aguja son algunos de los objetos que se utilizaban para saber el porvenir y, sobre todo, sobre las relaciones amorosas.

En Moscú se celebra la misa nocturna en el catedral principal de la capital, Catedral de Cristo Salvador. A la misa, dirigida por el Patriarca de Moscú y toda Rusia Kirill, se reune sobre cinco mil creyentes rusos. Tradicionalmente al evento asisten el presidente de Rusia Vladímir Putin y el primer ministro Dmitri Medvédev con sus esposas.

La mañana del 7 de enero empieza de manera festiva con un desayuno abundante. Entre los platos principales encontramos: pato, pasteles rellenos de col, champiñón, carne, pescado y vino.

La Navidad ortodoxa muchas veces ha sido también el tema de obras literarias y de películas. Una de las películas preferidas dedicadas a esta fiesta y sus celebraciones se llama “Las Veladas de Dikanka” (1961) basada en la obra del escritor ruso-ucraniano Nikolái Gógol. Espero que puedan disfrutarla y, aunque esté en ruso, solo por ver las imágenes de la película, podrán crearse una idea de la atmósfera singular de la Navidad Ortodoxa.

Me gustaría desearles qué durante todo el año sientan la calidez, la luz, la magía, la alegría y la espiritualidad, como en esta noche de Navidad!
Irina Bulgákova

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