“Escribo para convertirles en personas mejores, no para
obtener su aprobación”.
“Jamás pretendió la Providencia que el desempeño de los
asuntos públicos fuese un misterio, susceptible de ser entendido sólo por un
reducido grupo de personas de excepcional talento, de las cuales nacen a lo sumo
tres en cada época.”
“Los errores cometidos por ignorancia por un hombre virtuoso
nunca tendrán unas consecuencias tan nefastas para el bien público como las
acciones de otro de talante corrupto, capacitado para manejar, multiplicar y
defender sus corruptelas.”
“Cualquiera capaz de hacer crecer un par de espigas de trigo
o un par de briznas de hierba, en un terreno en el que antes sólo crecía una,
merece el aplauso de la humanidad y hace más por su país que toda la fauna de
políticos juntos.”
“Los hombres nunca están tan serios, pensativos y
concentrados como cuando están en el retrete.”
“Si mi vecino quiere quedarse con mi vaca, contratará a un
abogado para demostrar que debo entregársela.”
“En todos los asuntos ajenos a su profesión, los abogados
constituyen en general la casta más inculta e ignorante de nuestra sociedad; son
los más despreciables en el trato diario y enemigos declarados del saber y la
cultura, inclinados a pervertir el sentido común de la humanidad, tanto en el
desempeño de su profesión como en cualquier otro campo.”
“Un primer ministro o presidente del gobierno es una
criatura completamente exenta de alegría y pesar, amor y odio, piedad y cólera;
o que por lo menos no se deja llevar por otras pasiones que no sean el deseo
impetuoso de riqueza, poder y honores; que utiliza las palabras para todo,
excepto para revelar su pensamiento; que jamás dice una verdad, excepto con la
intención de que se tome como una mentira, ni tampoco dice una mentira si no es
con el propósito de que sea tomada por una verdad; y aquellos de quienes peor
habla a sus espaldas son los que más posibilidades tienen de ascender y hacer
carrera; y, en cambio, cuando empieza a hablar bien de alguien, esa persona debe
considerarse desde ese momento caído en desgracia.”
“Hay tres procedimientos mediante los cuales un hombre puede
acceder al cargo de primer ministro. El primero consiste en saber disponer
juiciosamente de la esposa, hija o hermana; el segundo, en traicionar o
desacreditar a su predecesor; y el tercero, en mostrar ante las asambleas
públicas un arrebatado entusiasmo contra las corrupciones de la corte.”
“No hay nada, por extravagante e irracional que pueda
resultar, que no haya sido defendido como verdad por algunos filósofos.”
“Poseemos religión suficiente para hacernos odiar, pero no
para hacernos amar al prójimo.”
“¿Cómo se puede esperar que la humanidad acepte consejos, si
ni siquiera tiene en cuenta las advertencias?”
“La etapa final de la vida de un hombre sabio se consagra
por completo a enmendar las locuras, prejuicios y opiniones falsas que ha ido
asimilando durante las anteriores.”
“Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, lo
reconoceréis por este indicio: que todos los necios se conjuran contra él.”
“Algunos hombres, con la idea de eliminar los prejuicios,
erradican la virtud, la honestidad y la religión.”
“Los médicos no deberían dar su opinión sobre asuntos
religiosos por la misma razón que los asesinos no son admitidos como miembros de
un jurado que debe pronunciarse sobre la vida y la muerte.”
“Ningún hombre sabio ha deseado nunca ser más joven de lo
que es.”
“Todos los seres humanos desean tener una vida larga, pero
nadie quiere ser viejo.”
“La política, tal como se entiende la palabra, no es sino
corrupción.”
“Quienes están contra la religión no pueden ser sino unos
necios.”
“Jamás he conocido a un bromista que no fuera un necio.”
“Un partido político es la locura de muchos para el
beneficio de unos pocos.”
“Entrar en un partido, como en una orden religiosa, con la
resignada obediencia a los superiores que eso implica, es poco adecuado tanto
para las libertades civiles como religiosas que con tanto celo
reivindicamos.”
“Un violento fervor por la verdad resulta ser finalmente, en
una proporción de cien a uno, petulancia, ambición u orgullo.”
“Jamás he oído ni leído que a los sacerdotes se les
apreciase en ningún país en el que el cristianismo fuese la religión oficial.
Nada puede hacerlos populares, excepto el ser más o menos perseguidos.”
“Si la religión es la mejor de las cosas, su corrupción
acaso sea la peor.”
“Los libros son los hijos del espíritu.”
“Las leyes son como telarañas, que son capaces de atrapar
pequeñas moscas, pero dejan que las avispas y avispones las atraviesen.”
“Confieso que, si estuviera seguro de que haciéndolo
conseguiría una gran ventaja que redundase en beneficio del país, me sometería y
guardaría silencio. Pero ¿alguien es capaz de afirmar que si las palabras
prostitución, ebriedad, engaño, mentira o robo, fueran eliminadas del uso
cotidiano de la lengua inglesa y de los diccionarios, por una ley promulgada por
el parlamento, a la mañana siguiente nos despertaríamos todos castos, comedidos,
dignos, honestos y amantes de la verdad?”
“En las Sagradas Escrituras se dice que “la opresión hace
enloquecer al hombre sabio”. Por tanto, hablando en consecuencia, la razón por
la cual algunos hombres no han enloquecido es porque no son sabios. Sin embargo,
sería deseable que la opresión pudiese enseñar un poco de sabiduría a los
idiotas.”
“El arte de gobernar no requiere en realidad otra cosa que
diligencia, honestidad y un moderado porcentaje de simple sentido común.”
“Los mejores médicos del mundo son el doctor Dieta, el
doctor Sosiego y el doctor Alegría.”
“El orgullo, el mal carácter y el querer tener siempre razón
son las tres grandes fuentes de la mala educación.”
“Si bien es cierto que hay algunos asuntos demasiado serios,
solemnes o sagrados para reducirlos al ridículo, los abusos que se cometen en su
nombre no lo son, y ello hace que la corrupción de la religión, la política y la
justicia puedan ser temas adecuados para la sátira.”
“El gobierno que se ejerce sin el consentimiento de los
gobernados es la más exacta definición de la esclavitud.”
HOMENAJE AL AUTOR
“La verdadera ironía es una expresión de sufrimiento, y el
gran maestro de la ironía fue aquel que más sufrió: Swift. Es el más grande
escritor de la prosa inglesa, y el mejor hombre que jamás escribió gran prosa
inglesa” T. S. Eliot.
“Cuanto más leo sus obras, más avergonzado me siento de las
mías.” Voltaire.
* * * * * *
JONATHAN SWIFT, Ideas para sobrevivir a la conjura de
los necios. Traducción de Mauricio Bach, Ediciones Península, 2000.
(Publicado en FD, por primera vez, el 4 de noviembre de 2006).
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