Este poeta sevillano nacido en 1875 dejó un gran legado dentro del Modernismo español y formó parte de la denominada Generación del 98, siendo elegido miembro de número de la Real Academia Española. Algunos de sus libros publicados más importantes fueron "Soledades", "Campos de Castilla" y "La Guerra". Podemos destacar entre su obra poética: A un olmo seco, Caminante no hay camino, El crimen fue en Granada, Anoche cuando dormía, Elegía de un madrigal, Españolito que vienes al mundo y La mujer manchega.
La fatalidad del destino se fue tejiendo en aquellos últimos días de la vida de poeta Antonio Machado. Pero los homenajes que se le rinden por el 75 aniversario de su muerte (22 de febrero) demuestran que está más vivo que nunca y que dejó mucho para celebrar. El hombre que dio profundidad inolvidable a los campos de Castilla sufrió apenas un mes de exilio en el pueblito francés de Colliure cuando ya la causa republicana estaba casi perdida, por la inminente ocupación de Barcelona. La España franquista trató de borrar las huellas que había dejado en la cultura y la enseñanza. Pero no tuvo éxito. Si Machado fue el poeta del abandono y la ausencia, se hace muy visible y presente en los homenajes con motivo del aniversario de su fallecimiento en Madrid, Andalucía, Segovia y en Soria. El acto central será en Colliure este fin de semana.
En el Ateneo de Madrid, al que el sevillano estuvo muy ligado y donde conoció a personajes centrales para su arte, se talla su recuerdo este viernes con un acto en el que participan Leonor, la sobrina del poeta, con el que convivió cuando era niña; una mujer ahora ya nonagenaria con energías para hablar de su tío. El actor José Sacristán dará voz a sus versos, mientras suena la música de la violonchelista Aurora Martínez Piqué. El hispanista Ian Gibson, estudioso de Machado, explicará su obra.
“Antonio Machado es más símbolo que nunca porque preconiza la España de la rabia y de la idea”, asegura un entusiasmado Miguel Losada, del Ateneo, organizador de un evento que por el éxito de su convocatoria prevé que dejará a más de uno sin sitio. Y eso que son 400 los asientos del espléndido salón de actos de la institución. Un batallón de poetas venidos de distintos puntos de la geografía recitarán durante dos minutos versos del autor de Soledades. Veteranos y más jóvenes poetas españoles confluyen en el acto: desde Juan Carlos Mestre, Ana Rossetti, Javier Lostalé, Angelina Gatell, Ángel Guinda a Jordi Doce, María Antonia Ortega, Balbina Prior, Ángel Rodríguez Abad… “Antonio Machado se ha asociado con la Transición y con las canciones de Serrat, ¡pero es un mundo! Lo bonito es una visión plural…”. Que hayan sido invitados poetas jóvenes va en pro también de esa amplitud de miras sobre su obra.
Juan Carlos Mestre, Premio Nacional de Poesía 2009, usa las palabras como un preciso cincel para hablar de por qué la literatura de Antonio Machado sigue vigente para que se le recuerde en este aniversario: “Es la profunda imantación ética de la dignidad humana que pervive [en sus versos]”. Él no se decide por ninguno para hablar de la frescura de su literatura: “Sus libros de poemas son una asamblea republicana de voces; no cabe elegir a ningún ciudadano”.
"Palacio, buen amigo,/ ¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!..."
Estos son los primeros versos de A José María Palacio, que el poeta Jordi Doce recitará en el homenaje a Machado en el Ateneo. “Su poesía sigue siendo actual por su ejemplo vital, la palabra cordial, accesible, exigente, como un gran poeta pensador…”. Porque Antonio Machado es poeta, pero también, según Doce, un hombre de ejemplo cívico.
Imágenes inéditas
Unas potentes imágenes que aparecen en un vídeo inédito procedente de los Archivos de la Cinemateca Rusa forman también parte del homenaje, rescatado de los noticiarios de la guerra y el único documento en que se estampa la imagen cinematográfica de otro grande de las letras, César Vallejo. Antonio Machado aparece entre León Felipe, César Vallejo, el novelista André Malraux o la fotógrafa Gerda Taro, veinte días antes que esta muriera por accidente en un repliegue del ejército republicano. En la Valencia de 1937 se celebra el Congreso de Intelectuales Antifascistas, una gran reunión de personas que se comprometieron con la causa republicana. “En esta España de ahora que parece que ni siente ni padece es bonito recordar a Machado”, sostiene Losada, que destaca la emoción como ingrediente principal del homenaje.
En el Ateneo y por Machado se presenta la nueva edición de Soledades, galerías y otros poemas (Ediciones Machadianas), primera entrega de lo que supone la reedición de todas las obras de los hermanos Machado, entre los que hay numerosos inéditos de obras de teatro que hicieron Antonio y Manuel al alimón.
A continuación, los mejores poemas de Antonio Machado:
Antonio Machado nació el 26 de julio de 1875 en Sevilla. Fue el segundo de cinco hermanos de una familia liberal; el mayor de ellos, Manuel, trabajó junto a Antonio en varias obras. Su padre, Antonio Machado Álvarez «Demófilo», amigo de Joaquín Costa y de Francisco Giner de los Ríos, publicó numerosos estudios sobre el folclore andaluz y gallego. Su abuelo, Antonio Machado Núñez, era médico y profesor de Ciencias Naturales.
- A don Miguel de Unamuno
- A don Ramón del Valle Inclán
- A José María Palacio
- A Juan Ramón Jiménez
- A la desierta plaza
- A la muerte de Rubén Darío
- A orillas del Duero
- A un naranjo y a un limonero
- A un olmo seco
- A un viejo y distinguido señor
- Abril florecía
- Acaso...
- Al libro Ninfeas, del...
- Al maestro "Azorín" por su libro Castilla
- Al maestro Rubén Darío
- Amanecer de otoño
- Anoche cuando dormía
- Caminante no hay camino
- Caminos
- Campo
- Campos de Soria
- Cante hondo
- Consejos
- Coplas elegíacas
- Coplas mundanas
- Del pasado efímero
- El cadalso
- El crimen fue en Granada...
- El Dios Ibero
- El hospicio
- El mañana efímero
- El poeta
- El poeta recuerda las tierras de Soria
- El rojo sol de un sueño en el Oriente asoma
- El tren
- El viajero
- Elegía de un madrigal
- En abril, las aguas mil
- En el entierro de un amigo
- Españolito que vienes al mundo
- Fantasía de una nota de abril
- Fantasía iconográfica
- Glosa
- Hastío
- Horizonte
- Introducción a los sueños
- Inventario galante
- Jardín
- La mujer manchega
- La noria
- La saeta
- Las encinas
- Llanto de las virtudes y coplas...
- Los olivos
- Los sueños
- Los sueños malos
- Luz
- Mis poetas
- Noche de verano
- Noviembre 1913
- Orillas del Duero
- Otro viaje
- Parábolas
- Parergón
- Pascua de resurrección
- Poema de un día. Meditaciones rurales
- Por el libro "Presagios"
- Por tierras de España
- Preludio
- Proverbios y cantares I
- Proverbios y cantares III
- Proverbios y cantares XVIII
- Recuerdo infantil
- Recuerdos
- Renacimiento
- Retrato
- Sol de invierno
- Sueño
- Sueño infantil
- Tres cantares enviados a Unamuno en 1913
- Un criminal
- Un loco
- Yo voy soñando caminos
En 1883, su abuelo fue nombrado profesor de la Universidad Central de Madrid y toda la familia se traslada con él a dicha ciudad. Antonio Machado completa entonces su formación en la célebre Institución Libre de Enseñanza, fundada por Francisco Giner de los Ríos.
En 1889 empezó sus estudios de bachillerato, primero en el instituto San Isidro y después en Cardenal Cisneros. Es en esa época cuando se aficionó al teatro junto a su hermano, y comenzó a asistir a tertulias. Machado interrumpió varias veces sus estudios, afectado por los problemas económicos de su familia tras la muerte de su padre por tuberculosis en 1893 y su abuelo, tres años más tarde. El influjo familiar y su centro de estudios marcaron su camino intelectual. Por aquella época, conoció a Valle-Inclán en una tertulia. Trabajó en la parte de los verbos, en el Diccionario de ideas afines.
En 1899, Antonio Machado viajó a París, donde vivía su hermano el poeta Manuel, con quien en lo sucesivo emprendería una carrera conjunta de autores dramáticos, y trabajó de traductor para la Editorial Garnier. Allí entró en contacto con Oscar Wilde y Pío Baroja, además de asistir a las clases del filósofo Henri Bergson, que le impresionaron profundamente. Volvió a España y trabajó de actor mientras se sacaba el título de bachiller.
En 1902 volvió a París, donde conoció a Rubén Darío. De vuelta a Madrid entabló amistad con Juan Ramón Jiménez y publicó Soledades (1903).
En 1907 publicó Soledades, Galerías y Otros poemas, una versión ampliada de Soledades, y ganó las oposiciones al puesto de catedrático de francés. Eligió la vacante del instituto de Soria, donde entabló amistad con Vicente García de Diego que era catedrático de latín y griego del mismo instituto. Conoció a Leonor Izquierdo, que trabajaba en casa de Vicente García de Diego, con la que se casaría dos años después, cuando ella tenía 15 años y él 34.
Leonor cayó enferma de tuberculosis y murió en 1912, lo que sumió a Machado en una gran depresión y éste solicitó su traslado a Baeza (Jaén), donde viviría con su madre dedicado a la enseñanza y al estudio. Durante siete años, hasta 1919, el poeta enseñó Gramática Francesa en el Instituto de Bachillerato instalado en la Antigua Universidad baezana.
En 1912 publicó Campos de Castilla, obra en la que el autor se separa de los rasgos modernistas que presentaba su obra Soledades y del intimismo hacia el que había evolucionado en Soledades, galerías y otros poemas, acercándose a las inquietudes patrióticas de los autores de la Generación del 98; en efecto, mantuvo una amplia correspondencia epistolar con Miguel de Unamuno y algunas de sus ideas se reflejan en este libro. En Baeza, en 1917, conoció a Federico García Lorca, con el que entabló gran amistad.
En 1919 se trasladó a Segovia, donde encontraría un ambiente cultural más acorde con sus gustos, y comenzó a participar en las actividades de la reciente Universidad Popular, que tenía como objetivo la extensión de la cultura a los sectores sociales tradicionalmente más apartados de ella. Así, fue profesor de francés en el Instituto de Segovia,[1] donde conoció a Mariano Quintanilla.
En Segovia conoció en 1928 a una dama madrileña de paso por la ciudad, Pilar de Valderrama, de la que se enamoró perdidamente. Al estar ella casada, la relación —siempre platónica según lamenta en sus cartas a Pilar—[2] se mantuvo en secreto. En los versos de su Cancionero Apócrifo y entre los que incluyó en Juan de Mairena aparece bajo el nombre de Guiomar. La seguirá evocando en nuevos versos hasta el final de su vida aun estando separados por la guerra; los últimos renglones que escribió antes de morir reproducen una de las canciones que le dedicó.[3]
Continuaría en Segovia hasta 1932, año en que obtuvo la cátedra de Francés del Instituto Calderón de la Barca de Madrid y en 1935 la del Cervantes.
Escribió textos en prosa que luego serían recogidos en los dos apócrifos Juan de Mairena y Abel Martín. Sentía un gran interés por la Filosofía y se licenció a trancas y barrancas en esta materia en la Universidad Central.
Con el estallido de la Guerra Civil Española marchó a Valencia. Vivió en la localidad de Rocafort desde noviembre de 1936 hasta abril de 1938 en que fue evacuado a Barcelona. En 1937 publicó La guerra. Entre 1937 y 1939, Machado publicó un total de 26 artículos en La Vanguardia[4] (que en aquella época era el órgano de expresión del gobierno de la República y recogía firmas de los más destacados intelectuales y escritores que apoyaron la causa republicana).
A finales de enero de 1939, y ante la inminente ocupación de la ciudad, salió de Barcelona viajando con Joaquín Xirau Palau en una ambulancia que les fue proporcionada por José Puche Álvarez, Director General de Sanidad. Tras unos primeros días en Raset (Gerona), pasó su última noche en España, la del 26 al 27 de enero, en Viladasens. En la tarde del día 28 llegó finalmente a Colliure (Francia), en donde murió el día 22 de febrero en el Hotel Bougnol-Quintana. A los tres días, falleció su madre, Ana Ruiz Hernández. En el bolsillo de su abrigo se encontró un papel garabateado a lápiz con la frase de Hamlet «ser o no ser», un último verso original: «Estos días azules y este sol de la infancia» y finalmente una de sus canciones a Guiomar.[3] [5]
En febrero de 2010 la especialista en Machado, Monique Alonso, hizo público que, poco antes de morir el poeta, la Universidad de Cambridge le había enviado una carta ofreciéndole un puesto en su rectorado. La carta llegó a Colliure al día siguiente de su entierro.[6] Machado fue expulsado post mortem del cuerpo de catedráticos de Instituto y hubo de esperarse hasta 1981 para que fuera rehabilitado post mortem como profesor del instituto Cervantes, de Madrid, en memorable orden ministerial de Federico Mayor Zaragoza.
Obra
Su obra poética se inicia con Soledades (1903), que fue escrita entre 1901 y 1902. En el breve volumen notamos ya muchos rasgos personales que caracterizarán su lírica posterior.
En Soledades, Galerías y otros poemas (octubre de 1907) la voz del poeta se alza con personalidad propia. En este mismo año, se instala en la ciudad de Soria para enseñar francés. En esta ciudad conocerá a la que será su esposa, Leonor. Quizá lo más típico de esa personalidad sea el «tono» nostálgico, suavemente melancólico, aun cuando hable de cosas muy reales o de temas muy de la época: jardines abandonados, parques viejos, fuentes, etcétera; espacios a los cuales va aproximándose a través del recuerdo, del sueño o de las ensoñaciones.
A un olmo seco (una obra)
Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
[...]
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que, rojo en el hogar, mañana
ardas, de alguna mísera caseta
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hacia la mar te empuje,
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio Machado
En lo fundamental este intimismo nunca desaparece, aunque en la entrega siguiente, Campos de Castilla (1912), Antonio Machado explore nuevos caminos (no en vano, es su libro noventayochista). En la colección de 1912 el poeta mira, sobre todo, al espacio geográfico que le rodea —las tierras castellanas— y a los hombres que lo habitan. A la sección Campos de Castilla que figura en la edición de Poesías completas (1917) se añadirán nuevos textos que no figuran en la de 1912:
a) un grupo de poemas escritos en Baeza tras la muerte de su mujer Leonor en los que la memoria tiene un papel fundamental,
b) una serie de poemas breves, de carácter reflexivo, sentencioso, que el poeta llamará «Proverbios y cantares» y
c) unos cuantos textos muy críticos: crítica social y crítica a la España de aquel momento.
a) un grupo de poemas escritos en Baeza tras la muerte de su mujer Leonor en los que la memoria tiene un papel fundamental,
b) una serie de poemas breves, de carácter reflexivo, sentencioso, que el poeta llamará «Proverbios y cantares» y
c) unos cuantos textos muy críticos: crítica social y crítica a la España de aquel momento.
El libro Nuevas canciones (1924), escrito parcialmente en Baeza, recuerda en alguna de sus partes el tono nostálgico del primer Machado. Hay una presencia de las tierras sorianas, evocadas desde lejos; la hay, también, de la Alta Andalucía, espacio geográfico real y mítico a la vez; continúa, además, en el nuevo libro, la línea sentenciosa (proverbios y cantares) que ya iniciara en Campos de Castilla.
Las ediciones de Poesías completas de 1928 y 1933 presentan novedades dignas de ser destacadas. Especialmente, hay que reseñar la aparición de dos importantes apócrifos, «Juan de Mairena» y «Abel Martín» —maestro de Mairena—, más un tercero, que lleva el mismo nombre que el poeta. Son, todos ellos, autores de los poemas añadidos a estas nuevas ediciones. Juan de Mairena es, además, autor de comentarios en prosa: de éste ha de decir Machado algunos años más tarde que es su «yo filosófico». Entre los textos que a dichos personajes se atribuyen destacaremos, por una parte, los de carácter filosófico (filosofía impregnada de lirismo); por otro lado, unos cuantos poemas eróticos de 1926. También se incluyen en la edición de 1933 las primeras Canciones a Guiomar inspiradas por Pilar de Valderrama, su último amor, a quien conoció en 1928.
En 1936, ya en vísperas de la Guerra Civil, publica un libro en prosa: Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo. Se trata de una reunión de ensayos que venía publicando en la prensa madrileña a partir de 1934. Este volumen muestra que su autor es uno de los más originales prosistas de nuestro siglo. A través de esas páginas Machado-Mairena habla sobre la sociedad, la cultura, el arte, la literatura, la política, la filosofía. Usa una gran variedad de tonos, que va desde la aparente frivolidad hasta la gravedad máxima, pasando por la ironía, la gracia o el humor.
Durante la contienda civil marcha con su familia a Valencia. Uniéndose al movimiento Alianza de Escritores Antifascistas participando activamente en el II Congreso Internacional celebrado en la ciudad de Valencia. Machado escribió unos pocos textos en verso y muchos en prosa. Algunos, verso y prosa, se recogen en su último libro, La guerra (1937, con ilustraciones de José Machado). Si buena parte de la escritura última debe verse como puramente testimonial, hay, no obstante, ciertos textos de grandísima calidad literaria. Entre ellos, El crimen fue en Granada.
Durante la década del veinte y los primeros años de la década del treinta, escribe teatro en colaboración con su hermano Manuel. Ambos estrenan en Madrid las siguientes obras: Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), Juan de Mañara (1927), Las adelfas (1928), La Lola se va a los puertos (1929), La prima Fernanda (1931) y La duquesa de Benamejí (1932).
Poética
La poesía de Machado se aleja de la concepción modernista de que ésta es meramente forma y la suma de las artes. No importa tanto la forma, la musicalidad, la buena rima, si no se cuenta nada íntimo y personal. El verbo es lo más importante, porque expresa el tiempo, la temporalidad que él considera esencial. «El adjetivo y el nombre / remansos del agua limpia / son accidentes del verbo / en la gramática lírica / del hoy que será mañana / del ayer que es todavía». Pero no desdeña algunos de los ropajes modernistas, aunque sin abusar de los mismos, usa una compleja red de símbolos personales (el viajero, el camino, la fuente, la luz, la tarde, las abejas, las moscas, las galerías, el agua que fluye, la noria...) y aporta una nueva estrofa, la silva arromanzada, compuesta por versos imparisílabos de arte mayor y menor, incluidos alejandrinos de 7 + 7, con rima asonante en los pares.
La poesía, «una honda palpitación del espíritu», es la expresión íntima del sentimiento personal del poeta, pero, aunque íntima, pretende ser universal: es «el diálogo del hombre, de un hombre, con su tiempo». La poesía es un diálogo de un hombre con el tiempo de cada uno. El poeta pretende eternizar ese tiempo objetivo para que permanezca vivo el tiempo psíquico del poeta, para que sea universal.
También le da mucha importancia al sentimiento que ha de impregnar la imagen. Las imágenes que no parten del sentimiento, sino sólo del intelecto, no valen nada. También rechaza la poesía surrealista, porque no tiene estructura lógica. Para él esto es una deshumanización, que no comparte. La poesía debe hablar con el corazón.
Cronología de publicaciones
Poesía
- 1903 - Soledades: poesías
- 1917 - Páginas escogidas
- 1917 - Poesías completas
- 1917 - Poemas
- 1918 - Soledades y otras poesías
- 1919 - Soledades, galerías y otros poemas
- 1924 - Nuevas canciones
- 1928 - Poesías completas (1899-1925)
- 1933 - Poesías completas (1899-1930)
- 1933 - La tierra de Alvargonzález
- 1936 - Poesías completas
- 1937 - La guerra (1936-1937)
- 1937 - Madrid: baluarte de nuestra guerra de independencia
- 1938 - La tierra de Alvargonzález y Canciones del Alto Duero
Prosa
- 1936 - Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)
Teatro
- 1931 - La prima Fernanda
Reconocimientos
En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española, si bien nunca llegó a tomar posesión de su sillón.
En 2007 se instaló en la Biblioteca Nacional de España en Madrid un busto de Antonio Machado realizado por el escultor Pablo Serrano en el año 1966 y que también se encuentra en el Centre Georges Pompidou de París y en el MOMA de Nueva York.
En su álbum Dedicado a Antonio Machado, poeta, lanzado en 1969, el artista Joan Manuel Serrat contribuyó a la distribución y popularización del poeta. Los poemas incluidos en este álbum son: La saeta, Cantares, He andado muchos caminos, Retrato, Llanto y coplas, Españolito, Las moscas, A un olmo seco, Parábola, Del pasado efímero, He andado muchos caminos, y En cotlliure.
El poeta Ángel González incluyó en su tercer libro Grado Elemental, de 1962, un poema en el que rinde homenaje a Machado titulado «Camposanto en Colliure»:
El Café Comercial, local que el poeta frecuentaba a menudo, le dedicó un espacio llamado "Rincón de Don Antonio".
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