Todos los bancos remitieron el pasado 27 de julio a Oliver Wyman la información completa sobre sus planes de negocio para los ejercicios 2012, 2013 y 2014. Estos planes, en los que se incluyen sus necesidades de capital para realizar su actividad en los próximos años a través de la absorción de pérdidas, serán discutidos con las entidades, auditoras y Banco de España entre finales de agosto y mediados de septiembre. De momento, el Ministerio de Economía tiene desde hoy en sus manos estos datos, lo mismo que la institución supervisora.
Todas las fuentes consultadas aseguran que los tres grandes bancos españoles, Santander, BBVA y Caixabank no necesitan inyectar capital extra para reforzar su solvencia, como ya explicó Bruselas en el memorándum que se aprobó el pasado 20 de este mes. Bankinter también estaría en el mismo caso. No necesita capital extra.
Popular y Sabadell sí tendrían que hacer ciertos ajustes en su capital, pero que serán asumibles por las propias entidades. Responsables de Banco
Popular ya aseguraron el viernes pasado, de hecho, que en ningún caso acudirían a solicitar ayudas públicas. Antes reducirían el tamaño del banco, incluso dejarían de dar créditos si fuera necesario, todo antes que pedir dinero público. Popular, además, ya anunció que realizará en los próximos meses una ampliación de capital de 700 millones de euros, que está convencido que apoyará su consejo, que controla el 40% del capital, y sus accionistas minoritarios, que representan otro 30%.
Banco Sabadell tampoco necesitará capital público, según las mismas fuentes. Ya ha ampliado su capital, y por lo tanto su solvencia, desde febrero en 3.000 millones de euros, que se verá reforzado ahora otra vez tras el canje de acciones preferentes de CAM por acciones del banco. Y si necesita otro empujón de capital su accionariado, también fiel, estaría dispuesto a poner más fondos (sin pasarse) para evitar tener que dar entrada a Europa en su capital, aunque parece que no debe recurrir a ello.
A partir de ahí, y siempre, según fuentes solventes, las entidades necesitarían reforzar su capital con inyecciones de capital que en casi todos los casos tendrán que salir de las arcas europeas. Todas son cajas de ahorros, o antiguas cajas de ahorros.
A estas entidades el tirón de orejas es generalizado, a excepción de Kutxabank. El examen de Oliver Wyman se hace en paralelo y coordinadamente con las auditoras que están revisando el estado contable de la banca española.
De estos test de estrés saldrán las cifras definitivas e individualizadas de capital extra que necesita cada entidad financiera y por lo tanto, las ayudas públicas que debe reclamar España a Europa para sanear su sistema financiero, y que de momento, y según un primer examen realizado por Oliver Wyman y Roland Berger se elevan a 62.000 millones de euros.
Esta cifra está por debajo de la línea de crédito de 100.000 millones de euros que está dispuesta a facilitar Europa a la banca española.
Así, de los planes de negocio de la banca que desde hoy están en manos de Economía y del Banco de España, deberán aún pasar por el filtro de las auditoras de finales de agosto.
Angeles Gonzalo
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