«Se habrá enterado usted del follón del obispo en TVE. Le resumo a usted el
episodio: en la misa de Viernes Santo, retransmitida por La 2, el obispo Reig
Pla leyó una homilía que determinados sectores han considerado “homófoba”. La
oposición se ha apresurado a explotar el episodio y ha exigido la censura de esa
homilía en la web de RTVE porque “ofende a los ciudadanos y viola los principios
constitucionales”.
»El miércoles se celebraba una reunión del Consejo. Cuando la presidenta de turno, que es una señora de Izquierda Unida, quiso someter a votación una condena al obispo, los representantes del PP y de CiU se marcharon. Sin quórum en el Consejo, no se pudo decidir nada sobre la cuestión. Asunto cerrado, en fin. Y para usted y para mí, que estamos pagando el sueldo de esos señores, la pregunta que surge es esta: ¿De verdad el asunto merecía tanto ruido? Uno ve el tipo de juicios que este episodio ha generado y alucina en colores, porque da la impresión de que nadie sabe qué dijo de verdad el obispo.
»Lo que dijo el obispo fue, literalmente, esto: “Quisiera decir una palabra a aquellas personas que hoy, llevadas por tantas ideologías que acaban por no orientar bien sobre lo que es la sexualidad humana, piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las personas de su mismo sexo, y a veces para comprobarlo se corrompen y se prostituyen, o van a clubs de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno. ¿Vosotros pensáis que Dios es indiferente ante el sufrimiento de todos estos niños?”.
»Usted podrá contestar a la pregunta como desee, y podrá estar de acuerdo o no con la posición tradicional de la Iglesia, pero, objetivamente, estas palabras ni discriminan ni marginan a nadie (salvo a los gerentes de clubes nocturnos, claro), ni “violan los principios constitucionales”. Y entonces… ¿a qué estamos jugando? Pues estamos jugando a lo de siempre: a convertir el canal público en una prolongación de las querellas barriobajeras de los partidos políticos. Y al final son estas cosas las que han terminado llevando a TVE al borde del abismo. Feo».
José Javier Esparza
»El miércoles se celebraba una reunión del Consejo. Cuando la presidenta de turno, que es una señora de Izquierda Unida, quiso someter a votación una condena al obispo, los representantes del PP y de CiU se marcharon. Sin quórum en el Consejo, no se pudo decidir nada sobre la cuestión. Asunto cerrado, en fin. Y para usted y para mí, que estamos pagando el sueldo de esos señores, la pregunta que surge es esta: ¿De verdad el asunto merecía tanto ruido? Uno ve el tipo de juicios que este episodio ha generado y alucina en colores, porque da la impresión de que nadie sabe qué dijo de verdad el obispo.
»Lo que dijo el obispo fue, literalmente, esto: “Quisiera decir una palabra a aquellas personas que hoy, llevadas por tantas ideologías que acaban por no orientar bien sobre lo que es la sexualidad humana, piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las personas de su mismo sexo, y a veces para comprobarlo se corrompen y se prostituyen, o van a clubs de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno. ¿Vosotros pensáis que Dios es indiferente ante el sufrimiento de todos estos niños?”.
»Usted podrá contestar a la pregunta como desee, y podrá estar de acuerdo o no con la posición tradicional de la Iglesia, pero, objetivamente, estas palabras ni discriminan ni marginan a nadie (salvo a los gerentes de clubes nocturnos, claro), ni “violan los principios constitucionales”. Y entonces… ¿a qué estamos jugando? Pues estamos jugando a lo de siempre: a convertir el canal público en una prolongación de las querellas barriobajeras de los partidos políticos. Y al final son estas cosas las que han terminado llevando a TVE al borde del abismo. Feo».
José Javier Esparza
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