Tú
me ha llovido tan adentro
que hoy soy puro lamento,
un grito que acepta tu Cruz.
que a fuerza de mil tropiezos,
esbozan sólo comienzos
para seguir siendo noche.
para cuándo esa tu gracia
que me haga ser como eres Tú.
Clavado en este madero,
con lágrimas en el alma
tu misericordia espero.
Pablo
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