TRADUCCIÓN

viernes, 18 de febrero de 2011

SOLI DEO HONOR ET GLORIA

La película De dioses y hombres está de actualidad. Trata el asesinato de siete monjes cistercienses  del monasterio de Nuestra Señora del Atlas en Tibhirine en Argelia en la primavera del noventa  y seis . Dejo, seguidamente un interesante artículo que nos puede ayudar a esclarecer los hechos:

1. El contexto:

En 1996 siete monjes cistercienses fueron secuestrados y asesinados en Argelia. Aunque el Grupo Islámico Armado (GIA) reivindicó el crimen, pronto surgieron insinuaciones que atribuían la responsabilidad al Ejército argelino. Ahora, un general de los servicios secretos franceses acusa al Ejército argelino de matar por error a los monjes. La prensa marroquí próxima al Majzén acusa a Argelia de masacrar a los monjes. Años antes, un periodista francés que investigó el papel de los servicios secretos franceses y argelinos en este asunto murió en un extraño "suicidio". ¿Cuál fue el comportamiento de los servicios secretos franceses? ¿Manipulaba alguien al grupo islamista?.

El asunto ha merecido la atención de El País y del ABC.

En un artículo a cinco columnas en El País[1], publicado después de las primeras declaraciones de Sarkozy acusando a las autoridades argelinas de mentir en este asunto (7-VII-2009), se dice esto:

Poco a poco la omertà que rodea el secuestro y asesinato en 1996 de los siete monjes cistercienses del monasterio de Tibéhirine, en Argelia, se resquebraja.

Pero las revelaciones que afloran, y que exculpan a los terroristas islamistas y apuntan al Ejército argelino, corren el riesgo de tensar las ya de por sí delicadas relaciones entre París y su principal ex colonia norteafricana.

No debiera extrañarnos demasiado que El País se haga eco de esto porque en el pasado fue el diario que más difundió en España la tesis del Qui tue qui? (¿quién mata a quien?)[2], según la cual buena parte de los crímenes atribuidos a los islamistas argelinos eran obra del Ejército y los servicios secretos argelinos, tesis de la que fue el principal propagador en España.

Es más, alguna de las principales propagandistas de esta tesis, como Gema Martín Muñoz[3], ha sido bien recompensada con el nombramiento de directora de la Casa Árabe en España.

Más interesante, y preocupante, es que el ABC publique un artículo de Juan Pedro Quiñonero titulado “Sarkozy desentierra el escándalo de los monjes asesinados en Argelia”[4]. Y digo que resulta preocupante porque este artículo se publica el día 12 de julio, tres días después de que, el 9 de julio, en sus segundas declaraciones sobre el asunto Sarkozy se desdijera de sus palabras dichas dos días antes y, a pesar de ello, no hay la más mínima alusión a la rectificación pública de Sarkozy.

No es ocioso tampoco recordar que la "resurrección" de la tesis del "Qui tue qui?" ha sido recibida con indisimulado gozo en medios cercanos a Marruecos[5] y en los propios medios marroquíes[6]. Sin embargo, un análisis objetivo de los hechos permite a su vez cuestionar muy seriamente esas acusaciones. Intentaré mostrar por qué.

2. Los hechos

El relato de los hechos, lo más aséptico posible, sería el siguiente:

1. Christian de Chergé, Paul Dochier, Paul Favre-Miville, Michel Fleury, Célestin Ringeard, Christian Lemarchand y Christophe Lebreton, monjes cistercienses que se encontraban en el monasterio de Tibehirín, fueron secuestrados en la noche del 26 al 27 de marzo.

2. El secuestro fue reivindicado por el GIA (Grupo Islámico Armado) mediante su comunicado nº 43, datado el 18 de abril, firmado por su "emir" Yamil Zituni, y publicado el 26 de abril en el diario arabófono "Al Hayat", editado en Londres[7].

En dicho comunicado se reivindica el secuestro y para liberar a los monjes se exige al gobierno argelino que libere a Abdelhak Layada, uno de los fundadores del Grupo Islámico Armado, en prisión en Argel desde 1994 (y que implicó a Marruecos en el apoyo al terrorismo islamista[8]).

3. En un nuevo comunicado, el nº 44, fechado el 21 de mayo, el GIA anuncia que ha "ejecutado" a los monjes.

4. El 31 de mayo las autoridades argelinas anuncian el descubrimiento de los cadáveres. Sólo se conservan, sin embargo, las cabezas cortadas de los monjes.


3. Primeras investigaciones y primeras sospechas

A pesar de que el atentado fue reivindicado por el GIA, poco tiempo después empezaron a publicarse trabajos, de investigación o intoxicación, que cuestionaban en todo o en parte, la autoría y responsabilidad del GIA.

De hecho, antes del asesinato, se cuestionó la autoría a la semana del secuestro con los argumentos que luego se repetirían por los partidarios de la tesis del “Qui tue qui?”.[9]

Las tesis, básicamente, son cuatro:

1. La primera, que atribuye una responsabilidad al GIA y a Francia. Según esta tesis, defendida por el escritor cristiano René Guiton en un libro reeditado en marzo de 2009[10], hubo una negociación de Francia con el GIA, a espaldas de Argelia. El fracaso de la misma trajo como consecuencia el asesinato. Que esa negociación existió parece probado[11].

2. La segunda, que carga la responsabilidad al gobierno de Argelia.

Esta versión tiene dos variantes.

Según la primera, patrocinada por el periodista John W. Kisserlos monjes habrían sido muertos por el Ejército en una acción contra los islamistas desde un helicóptero.

Según la segunda, difundida por el periodista Jean-Baptiste Rivoire y cuya fuente sería un individuo con el nombre en clave de Abdelkader Tigha, antiguo agente del servicio secreto argelino DRS, fue el propio DRS el que secuestró a los monjes para "obligarles a abandonar el país" pero no pretendía matarles. Es la tesis del "Qui tue qui?" (¿quién mata a quien?).

3. La tercera tesis sería la defendida por Armand Veilleux, el procurador de la orden cisterciense, que en un artículo publicado en Le Monde el día 24 de enero de 2003[12], alimenta la hipótesis de una responsabilidad compartida entre el GIA (que realizó el secuestro), los servicios secretos franceses que negociaron mal la liberación y el Ejército argelino que los habría matado accidentalmente en un ataque contra una base islamista.

4. La cuarta atribuye la responsabilidad en exclusiva del crimen al Grupo Islámico Armado (GIA). Los documentos escritos por los propios monjes antes de su secuestro muestran que eran conscientes de que eran un objetivo del GIA que queria liquidar a “judíos, cristianos y descreídos en tierra del Islam”[13]. Es la tesis que defendió Didier Contant. Este periodista murió en un extraño "suicidio" en el año 2004 que sigue siendo investigado por la justicia francesa[14]. Didier Contant fue quien desmontó con más éxito en Francia las tesis del "qui tue qui?"

4. La investigación judicial en Francia

Las sombras y sospechas sobre la conducta de los poderes públicos franceses, llevaron a que el procurador de la orden cisterciense, Armand Veilleux y la familia de uno de las víctimas, presentaran una denuncia en los tribunales franceses en diciembre de 2003. El 10 de febrero de 2004, el juez anti-terrorista Jean-Louis Bruguière abre un sumario por la causa.

En este contexto, cinco años después de iniciada la causa se producen las declaraciones del general François Buchwalter.

El general de los servicios secretos que era agregado militar de Francia en la embajada francesa en Argel cuando se produjo el crimen, declaró el 25 de junio ante el juez Ramael[15] que se ha hecho cago del caso después del juez Bruguière. Le Figaro [16]publicó la noticia el día 6 de julio.

La agencia EFE [17] transmitió lo esencial de su declaración:

Un general francés declaró a los jueces que investigan la matanza de siete monjes franceses en 1996 en Tibéhirine (sur de Argelia), que el suceso fue un error del ejército argelino, según desvela hoy el diario "Le Figaro" (…) El general François Buchwalter, destinado en Argelia cuando sucedieron los hechos y hoy ya retirado, declaró el pasado 25 de junio que esos "asesinatos" fueron el resultado de un "terrible" error de los soldados argelinos que, de acuerdo con su versión, confundieron a los monjes con un grupo yihadista armado.

"Los cuerpos de los monjes estaban acribillados a balazos", relató el oficial, quien además desveló que sus superiores le pidieron que guardara silencio para evitar que se enturbiaran las relaciones entre Francia y Argelia, añade el diario.

Lo más sorprendente es que el presidente Sarkozy, tras hacerse públicas estas declaraciones, las asume el martes 7 de julio acusando a Argelia de mentir. Sarkozy dijo que las relaciones entre países deben basarse en la verdad y que desclasificará los documentos que le pida el juez.

Sin embargo, pronto se sucedieron los desmentidos. En primer lugar, sólo dos días después, el 9 de julio, el del propio Sarkozy que se desdijo y defendió que el crimen fue obra del GIA, tal y como se reconoce en su comunicado nº 44 y como sostiene Argelia[18].

En segundo lugar, el 13 de julio, el embajador de Francia en Argelia, Xavier Driencourt, declaró que “la posición del gobierno francés no es la de este oficial retirado”[19].

En tercer lugar, el 15 de julio, expresan sus desmentidos los ministros franceses de Defensa actual y del momento de los hechos.

El actual, Hervé Morin, declaró que aún no se ha encontrado ninguna nota del general Buchwalter sobre la muerte de los trapenses. Y lo mismo el de la época, Charles Millon[20].

En cuarto lugar, también desmintieron al general el entonces ministro de Exteriores, Hervé de Charrette y el entonces jefe del servicio de contra-espionaje (DST), Yves Bonnet[21].

A pesar de estos desmentidos, cuando se publican estas líneas, ni El País ni ABC han rectificado su información ni ofrecido los nuevos elementos necesarios para evitar que sus lectores sean intoxicados.

5. las declaraciones de Buchwalter

Las declaraciones del general Buchwalter han sido ampliamente desacreditadas por la prensa argelina.

Los argumentos son variados:

-De entrada, la versión de Buchwalter, militar, ha sido desautorizada desde el punto de vista de la técnica de un operativo militar[22].

-Buchwalter no fue un testigo directo, sino que habría dado una versión de "tercera mano": él dijo lo que le dijo un oficial argelino según lo que a su vez le dijo el hermano de éste....

-No hay explicación razonable al hecho de que Francia haya podido haber ocultado desde hace 13 años que se trataba de un error del ejército argelino dice La Tribune[23].

Si realmente hubo un "error" del Ejército argelino (y no, por tanto, una actuación premeditada), Francia tendría que explicar por qué ha ocultado esto durante tantos años.

-Si hubo una operación militar con helicópteros, ¿por qué no oyeron aproximarse a los mismos los islamistas y se dispusieron a resistir? y ¿cómo es posible que ni una sola bala afectara a las cabezas de los monjes? se pregunta La Tribune[24].

-La práctica de la decapitación existió antes y después del crimen contra los monjes[25].

-Buchwalter sería conocido por sus excesos en el servicio secreto francés[26].

-El general Buchwalter tiene un amplio historial de operaciones de desinformación e intoxicación para justificar las pruebas nucleares en el Pacífico y el colonialismo francés en Guyana y en la Polinesia, argumentan Le Matin[27] y Le Soir d'Algérie[28].

-Y, por último, ¿por qué esta escandalera ante unas “revelaciones” que repiten una de las versiones que se dieron antes (la de John W. Kiser y Armand Veilleux)?

No obstante, estas declaraciones han sido aprovechadas por algunos para intoxicar. La palma se la lleva la prensa marroquí. El diario oficioso del majzén marroquí (Aujourd’hui le Maroc), que ha corrido a considerar como definitiva la versión de Buchwalter[29].

Este periódico, dando a entender que la muerte fue un crimen premeditado, dice:

Los monjes franceses de Tibehirín, muertos en 1996 (...) no fueron víctimas del GIA como la leyenda oficial tiende a hacer creer sino que fueron masacrados por el Ejército argelino.

Pero más grave es lo que dice un semanario del entorno del majzén (Maroc Hebdo) [30]:

El general Smail Lamari (…) pone a punto la operación de secuestro. (…) Los generales degolladores: culpables por tanto y responsables.

Por si fuera poco, las declaraciones de Buchwalter han sido desmentidas por uno de los protagonistas indirectos de los hechos, el terrorista argelino Abdelhak Layada.

Según unas declaraciones recogidas por el diario El Jabar el crimen es resultado de una doble traición de los servicios secretos franceses[31]:

Según Layada, la doble traición de la inteligencia francesa afecta, por un lado, al puenteamiento hecho por los franceses a las autoridades argelinas, y, por otro, a haber negociado directamente con una organización armada y no haber respetado el acuerdo subsiguiente a la negociación.

Layada denuncia, igualmente, que al ser entrevistado por la cadena francesa France 24 a propósito de las declaraciones de Buchwalter, la comunicación se interrumpió, cosa que él atribuye a la acción del servicio secreto francés[32].

No ha sido la única revelación de Layada, como veremos.

6. ¿Qué hay detrás de todo esto?

Según una primera tesis, estas declaraciones tienen un interés “franco-francés”. La publicidad y el escándalo serían un arma para la política doméstica francesa y, más concretamente, en beneficio de Sarkozy.

Sólo aparentemente serían una provocación en las relaciones entre Francia y Argelia.

¿Por qué pueden beneficiar a Sarkozy?

Pues porque los hechos se produjeron en la etapa de Chirac. Si, como ha dicho Sarkozy, él está dispuesto a desclasificar los documentos que le pida el juez... la consecuencia es que aparecerán los documentos de cómo los servicios secretos negociaron con el GIA de forma torpe y cómo ello se ocultó a la opinión pública y cómo la rivalidad entre los distintos servicios secretos franceses pudo haber desencadenado la catástrofe.

Esta es al menos la hipótesis que manejan los diarios argelinos Liberté[33] y Le Quotidien d'Oran[34].

Igualmente, esta "puesta en escena" podría beneficiar los proyectos de Sarkozy de unificar los servicios de inteligencia interior y exterior, como apunta El Watan[35].

Se argumentaría el caso de los monjes como prueba de los efectos perniciosos de la rivalidad entre ambos servicios. Según una segunda tesis esto sería resultado de un “arreglo” entre Sarkozy y Buteflika para beneficiar a este último o a ambos. Por una parte, porque en su pugna por el poder en Argelia el gran adversario de Buteflika, un civil, es precisamente el Ejército.

Toda información desacreditando al Ejército redunda en favor de Buteflika.


Esa es la tesis de la publicación electrónica francesa Bakchich[36]. Pero además, esta operación afectaría a las posibilidades de los dos respectivos eventuales adversarios de Sarkozy y Buteflika, Alain Juppé y Ahmed Uyahia, que eran los primeros ministros cuando se produjeron los hechos[37].

Otros sostienen que se trata de una muestra de la tensión franco-argelina. El eco que dio Sarkozy a las declaraciones de Buchwalter formaría parte de una campaña más amplia para presionar o castigar a Argelia en otros temas.

El Jabar sostiene que este asunto del asesinato de los monjes podría ser utilizado doblemente. Por un lado, para "castigar" a Argelia por no haber concedido a Francia algunos importantes contratos.

Y, por otro lado, para justificar el abandono por Francia de la posibilidad de pedir perdón por los crímenes de la colonización, como exige Argelia[38].

En este sentido se ha publicado, no más el 11 de julio, que una filial de la constructora francesa Bouygues acaba de perder un contrato en Argelia de 40 millones de euros en el sector del ferrocarril[39]. Igualmente se ha dicho que al cuestionar al Ejército argelino se le está chantajeando para que conceda contratos de compra de armas a empresas francesas[40].

Una variante de esta posibilidad, que no he visto planteada, es que el asunto forme parte del pulso que Francia y Argelia sostienen a propósito del Sahara Occidental.

Como es notorio, el conflicto marroco-saharaui, podría ser considerado como un conflicto entre Francia (padrino de Marruecos) y Argelia (padrino del Frente Polisario).

La reciente evolución del conflicto, donde se apunta una convergencia entre las posiciones de USA y Argelia podría estar detrás de esta tensión.


No se olvide que las declaraciones de Buchwalter, curiosamente, se producen el 25 de junio, esto es, después de que el Enviado Personal del Secretario General de la ONU se entrevistara con Buteflika y dejara traslucir la proximidad de sus posturas, algo que disgustó grandemente a Marruecos y a Francia[41].

Otra variante de la tesis anterior es la de quienes ven detrás de esta tensión una acción del lobby anti-argelino en Francia, preocupado ante la perspectiva de un eventual acercamiento entre ambos países.

Según esta opinión, defendida por el almirante francés, cada vez que hay un inminente acercamiento entre ambos países alguien, en uno de los dos países provoca algún conflicto para bloquear esta reconciliación[42].

7. ¿Qué papel juegan los servicios secretos?

Pero junto a estas hipótesis, al final, lo más inquietante es que se ha cuestionado si los grupos terroristas "yihadistas" eran realmente tales o eran instrumentos de los servicios secretos, de los Estados en definitiva. Y las sospechas caen tanto sobre los servicios secretos argelinos como sobre los franceses.

En primer lugar, el abogado de las víctimas, Patrick Baudouin, ha dejado caer esta sospecha sobre los servicios secretos argelinos en una entrevista para Le Point[43], dijo estas cosas:

Le Point.fr: Sin embargo, el Grupo Islámico Armado (GIA) ha reivindicado los asesinatos de los monjes el 23 de mayo de 1996, casi dos meses después de haberlos secuestrado...

Patrick Baudouin: Todos saben que la credibilidad de los comunicados del GIA es profundamente dudosa. Por otro lado, varias cuestiones subsisten en este asunto. ¿Quien ha secuestrado a los monjes? Sin duda grupos armados o islamistas. Pero estos islamistas, ¿estaban manipulados o infiltrados por los servicios argelinos? ¿Qué han hecho las autoridades argelinas y francesas durante los dos meses de secuestro de los religiosos?

Le Point.fr: ¿Qué va a hacer usted a partir de ahora?

Patrick Baudouin: Exigimos la desclasificación de los documentos pertinentes para obtener los informes escritos en los que el general François Buchwalter dice haber dado cuenta del ametrallamiento de los monjes.

Queremos también la comparecencia ante el juez de varios responsables franceses como Michel Levêque, entonces embajador de Francia en Argel, Hervé de Charrette, entonces ministro de Asuntos Exteriores y también del responsable de la DGSE (Servicio de inteligencia exterior) en aquel momento, Jacques Dewatrey, finalmente, del general Rondto, responsable de la DST (servicio de inteligencia interior).

Ahora bien, el primer juez que se encargó del caso, Jean-Louis Bruguière, ha cuestionado la honestidad profesional de este abogado así como la sinceridad del general Buchwalter en una entrevista a L’Express[44]:

No puedo callarme ante las declaraciones mentirosas e injuriosas del letrado Baudouin (...) Quiero recordar que el general Buchwalter podía haberme contactado en cualquier momento (...)

En realidad, desde el comienzo, este abogado quiere demostrar que los servicios argelinos están implicados en estos asesinatos con la participación de Francia; la derecha, entonces en el poder, sería evidentemente cómplice... El abogado Baudouin no defiende los intereses de las víctimas haciéndose publicidad con una polémica puramente ideológica.

Pero la manipulación del terrorismo “yihadista” no sólo pudo ser hecha por Argelia… sino también por Francia. Esta es la gravísima revelación que acaba de hacer el antiguo jefe del GIA, Abdelhak Layada, en la prensa argelina del día 13 de julio.

En unas declaraciones que recoge Le Jour d’Algérie, Layada dice esto:

Preparábamos un golpe de Estado para derribar al gobierno en 24 horas con ayuda de Francia. Este golpe fracasó por causa de la muerte de Mohamed Budiaf (presidente argelino asesinado). (...)

Recibíamos (en aquella época) armas y teníamos una publicación llamada "El Criterio" que se publicaba y difundía a razón de 500 ejemplares en Francia, a la vista de las autoridades de ese país (...)

El GIA tenía todas las facilidades así como libertad de movimiento y ayuda por parte de Francia. Sólo después de los atentados de 11 de septiembre de 2001 cambiaron las cosas. (...) Que las autoridades francesas expliquen los motivos del desplazamiento de islamistas de ese país hacia Burkina Fasso y su posterior retorno a Francia.


8. Conclusión

El asunto del asesinato de los trapenses en Argelia ha suscitado gravísimas dudas. Y no es para mí la menor, la de saber si realmente los grupos terroristas islamistas estaban o no manipuladas por los servicios secretos.

No es bueno que estas dudas existan en una sociedad y, mucho menos, en una sociedad democrática. Los servicios secretos deben estar para evitar amenazas a la seguridad… no para provocar amenazas a esa seguridad.

Las acusaciones son graves y exigen una urgente clarificación. Si hay documentos secretos deben ser desclasificados.


Tomemos la (primera) palabra al presidente Sarkozy. Que se haga la verdad, toda la verdad, sobre el asesinato de los trapenses en Argelia y sobre todo lo que rodea este hecho. Pero ¿le conviene al Gobierno francés que se conozca toda la verdad?


**Carlos Ruiz Miguel es Analista del GEES en el área de Magreb y en temas de Derecho Constitucional


TESTAMENTO ESPIRITUAL

DEL P. CHRISTIAN-MARIE CHERGÉ

"Si un día me aconteciera -y podría ser hoy- ser víctima del terrorismo que actualmente parece querer alcanzar a todos los extranjeros que viven en Argelia, quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recordaran que mi vida ha sido donada a Dios y a este país. Que aceptaran que el único Señor de todas las vidas no podría permanecer ajeno a esta muerte brutal. Que rezaran por mí: ¿cómo ser digno de semejante ofrenda? Que supieran asociar esta muerte a muchas otras, igualmente violentas, abandonadas a la indiferencia y el anonimato. Mi vida no vale más que otra. Tampoco vale menos. De todos modos, no tengo la inocencia de la infancia. He vivido lo suficiente como para saber que soy cómplice del mal que ¡desgraciadamente! parece prevalecer en el mundo y también del que podría golpearme a ciegas. Al llegar el momento, querría poder tener ese instante de lucidez que me permita pedir perdón a Dios y a mis hermanos en la humanidad, perdonando al mismo tiempo, de todo corazón, a quien me hubiere golpeado. No podría desear una muerte semejante. Me parece importante declararlo. En efecto, no veo cómo podría alegrarme del hecho de que este pueblo que amo fuera acusado indiscriminadamente de mi asesinato. Sería un precio demasiado alto para la que, quizá, sería llamada la gracia del martirio, que se debiera a un argelino, quienquiera que sea, sobre todo si dice que actúa por fidelidad a lo que supone que es el Islam. Sé de cuánto desprecio han podido ser tachados los argelinos en su conjunto y conozco también qué caricaturas del Islam promueve cierto islamismo. Es demasiado fácil poner en paz la conciencia identificando esta vía religiosa con los integralismos de sus extremismos. Argelia y el Islam, para mí, son otra cosa, son un cuerpo y un alma. Me parece haberlo proclamado bastante sobre la base de lo que he visto y aprendido por experiencia, volviendo a encontrar tan a menudo ese hilo conductor del Evangelio que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primera Iglesia inicial, justamente en Argelia, y ya entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes. Evidentemente, mi muerte parecerá darles razón a quienes me han tratado sin reflexionar como ingenuo o idealista. Pero estas personas deben saber que, por fin, quedará satisfecha la curiosidad que más me atormenta. Si Dios quiere podré, pues, sumergir mi mirada en la del Padre para contemplar junto con Él a sus hijos del Islam, así como Él los ve, iluminados todos por la gloria de Cristo, fruto de su Pasión, colmados por el don del Espíritu, cuyo gozo secreto será siempre el de establecer la comunión y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias. De esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos, doy gracias a Dios porque parece haberla querido por entero para esta alegría, por encima de todo y a pesar de todo. En este "gracias", en el que ya está dicho todo de mi vida, los incluyo a ustedes, por supuesto, amigos de ayer y de hoy, y a ustedes, amigos de aquí, junto con mi madre y mi padre, mis hermanas y mis hermanos y a ellos, ¡céntuplo regalado como había sido prometido! Y a ti también, amigo del último instante, que no sabrás lo que estés haciendo, sí, porque también por ti quiero decir este gracias y este a-Dios en cuyo rostro te contemplo. Y que nos sea dado volvernos a encontrar, ladrones colmados de gozo, en el paraíso, si así le place a Dios, Padre nuestro, Padre de ambos. Amén. Inchalá".

También recordamos que:

El 8 de rnayo de 1994 Sor Paule-Hélène Saint-Raymond y el hermano Henri Vergès fueron asesinados en la biblioteca que habían organizado para los jóvenes de un barrio popular de Argelia. El 23 de octubre del mismo año, Sor Esther Paniagua y Sor Caridad María Álvarez fueron muertas delante de la capilla de Bab-el-Oued. El 27 de diciembre, siempre del mismo año, cuatro Padres Blancos fueron asesinados en su casa, en Tizi-Ouzou eran los PO. Alain Dieulangard, Charles Deckers, Jean Chivillard y Cristián Chessel. El 3 de septiembre de 1995, Sor Denise Leclercq y Sor Jeanne Littlejohn fueron heridas de muerte en Belcourt con dos balas en la cabeza. En fin, el 10 de noviembre de 1995, Sor Odette Prévost fue muerta y Sor Chantal Galicher quedó herida al salir de su domicilio, en el barrio de Kouba.

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