Omar ibn Hafsum
No reconoce con exactitud la fecha
de nacimiento de nuestro protagonista y se especula sobre el lugar; la historia
oficial lo fija en Parauta, un pueblo cercano a Ronda, pero también cabría la
posibilidad de asimilarlo a Iznate, cerca de Vélez, en la axarquía
malagueña. Los escritos recuperados hablan de Hizn- Auta, es decir el castillo
de Auta y aparentemente la etimología puede referirse tanto a un lugar como a
otro, pero Omar demostró, a lo largo de su vida, tal apego a la Axarquía que me
atrevo a inclinarme por la adjudicación a Iznate como lugar de nacimiento, Dozy (1) también lo cree.
Aunque nacido musulmán su ascendencia era cristiana y
noble, su abuelo abjuró de la religión cristiana y abrazó el islamismo por
razones que tampoco están claras, se dice que por ahorrarse impuestos, me
parece un motivo muy discutible, y también que era arriano y por lo tanto
consideraba al nuevo cristianismo surgido del concilio de Nicea y refrendada en
los siguientes de Constantinopla como una religión politeísta, mientras que el
Islam le ofrecía una monoteísta y, en cierta manera, no muy alejada del
cristianismo que el profesaba.
Se sabe que tuvo dos hermanos: Ayyub y Shafar, no se
sabe si tuvo hermanas pues las mujeres no pasaban a las crónicas, seguramente
las tendría. Sí se sabe que tuvo cuatro hijos: Shafar, Suleyman, Abdel y
Hafs y una hija Argentea.
Para la nueva casta dominante Omar era un muladí, un
cristiano convertido al islam, y aparentemente era ésta una categoría social
que ellos despreciaban. Realmente despreciaban a cualquiera que no fueran
de su misma casta. En aquellos tiempos la gran mayoría de las tropas musulmanas
de elite que ocupaban la península Ibérica eran yemeníes y bereberes, ellos
ocupaban el poder y ellos imponían las condiciones. En igual circunstancia
social estaban los mozárabes, los demás musulmanes e incluso los mismos
bereberes que no formaban parte de la elite dominante.
En este caldo de cultivo creció el impulsivo Omar,
quien, según cuentan, era iracundo y temerario, peleón y chulesco, estaba en
todas las grescas y más de una vez tuvieron que volverle a casa entre varios,
magullado y sangrante.
Ocurrió lo que, según se decía, era inevitable, en una
de esas peleas Omar mató a una persona y esta persona debía de ser principal o
pariente de alguien principal, pues su padre rápidamente lo quitó de en medio,
llevándolo a la tierra de sus abuelos, que esa sí era la zona de Ronda y allí,
en los Altos del Guadalhorce, un tio suyo, de nombre Mohadir, se hizo cargo de
él.
Tendría Omar por aquellas fechas entre catorce o
quince años y, seguramente debió de sentirse solo y abandonado por su padre y
su familia, pues el tío apenas se ocupó afectivamente de él.
Empezó vagabundeando por las sierras del entorno, allí
se encontró con bandoleros y salteadores, se hizo amigo de ellos y colaboró en
los asaltos. Su genio e iniciativa se fueron imponiendo y pronto, con dieciséis
o dieciocho años, fue el jefecillo de una de estas partidas de bandoleros.
Llegó a ser conocido y perseguido, para no ser encontrado su tio le reveló la
existencia de un lugar remoto en las cumbres donde nadie podría llegar, así
descubrió el castro romano que posteriormente se convertiría en su baluarte infranqueable:
las ruinas del Municipium Sigiliense Bobrastrense, Bobastro.
Tanta fama adquirió en sus aventuras bandoleras que el
propio walí de Málaga pidió su captura y así fue. Cayó en una trampa y fue
apresado y trasladado a la capital de la cora. El walí, su gran enemigo a lo
largo de su existencia, no lo asoció al crimen de Iznate y lo azotó, lo expuso
en la picota pública y le prohibió la estancia en la cora de Rayya. Omar
temeroso de que en una nueva captura investigara más sobre él y se descubriera
su turbio pasado, y también valorando el hecho de que su banda había sido
deshecha, opta por cruzar el mar y se traslada al vecino país del Magreb, allí
en una humilde población llamada Tahart trabaja de aprendiz de sastre, en el
taller de otro muladí que le acoge. Al parecer recibe la sorprendente visita de
un santón, que le reconoce como Omar hijo de Hafsun y le profetiza que él es el
encargado de liberar del yugo de esclavitud a que someten las castas dirigentes
a sus hermanos muladíes. Omar lo cree y en la primera ocasión se escapa de
Tahart y emprende la vuelta a Rayya, desembarca en Málaga y ejerciendo trabajos
ocasionales logra volver a las tierras de los Altos del Guadalhorce, se
reencuentra con su tío Mohadir y este le proporciona cobijo y sustento, hasta
que se instala definitivamente en las ruinas de Bobastro. Vuelve a reconstruir
su banda de salteadores, pero ya tiene metida en la cabeza que su objetivo es
otro.
Nuevamente sus actividades delictivas hacen que se le
busque por las tropas del waliato malagueño, a las que da esquinazo fácilmente,
apoyándose en las dificultades del terreno, hasta tal punto crece su fama y son
notables sus aventuras que el propio califato cordobés se ve involucrado en la
captura de Omar y sus seguidores, que ya no se contentan con asaltar a los
viajantes, ya entran en los pueblos y los saquean, sobre todo centrándose en
los prohombres de las castas yemeníes y bereberes, los miembros más conspicuos
de cada pueblo. Lo primero que hace Córdoba es destituir al walí malagueño y
nombrar uno nuevo, pero éste en sus contactos con las huestes de Omar les toma
tanta prevención que acaba negociando una tregua. Tregua que Omar incumple en
el mismo momento en que el gobernador malagueño se da la espalda y continúa con
sus correrías. La situación alarma a Córdoba y manda a tropas escogidas a
terminar con esa situación. Pero Omar nuevamente haciendo gala de una osadía
suicida los engaña, sorprendido en la campiña antequerana les hace creer que se
rinde para a continuación huir a refugiarse en su Bobastro inaccesible,
finalmente es el propio primer ministro cordobés Hachín quien se ve involucrado
en la aventura, con unas fuerzas desproporcionadas a la tarea de terminar con
un bandolero, sitia Bobastro y finalmente Omar se entrega y, prisionero, es
llevado a Córdoba. El emir Muhammad I le hace una proposición sorprendente,
conocedor de las excelentes cualidades de Omar le propone alistarse en su
ejercito, la alternativa son las galeras, así que Omar no lo duda.
Fue realmente una proposición que marcó para siempre a
Omar y su gente, pues sus mejores compañeros también ingresaron en el ejército
del emir. Aprendió disciplina y tácticas militares, a manejar armas y a
organizar hombres, llegando a ocupar puestos de mando. Se distinguió en la
lucha contra el propio rey de León y especialmente en la batalla de Pancorbo,
contra los rebeldes que dirigía Muhammad López, de la tribu de los Banu Cassi,
allá por tierras aragonesas.
Pero Omar no era tratado con el respeto que sus
meritos le hacían acreedor, antes al contrario, los desprecios fueron continuos
y las vejaciones insoportables para el levantisco carácter de nuestro
protagonista. Cuando fue a quejarse a su protector Hachín, este le hizo ver que
recibía el trato acorde con sus orígenes y su persona, esto sublevó a Omar y,
junto con sus amigos y cuantos soldados logró convencer, huyó de los cuarteles
cordobeses y volvió a sus tierras del sur.
Reconquistó su castillo de Bobastro, haciendo huir a
sus confiados ocupantes que no esperaban ser atacados, tan apresuradamente
huyeron que el capitán de la guarnición de dejó allí a la que sería después la
compañera de Omar, Columba, una muchacha capturada en una algara reciente y que
ejercía de favorita del capitán de la guarnición.
Y aquí comienza la verdadera historia de Omar ibn
Hafsun, que sería llamado “el rey del Mediodía”.
Utilizando argumentalmente su experiencia reciente
como soldado del emir y haciendo patente los desprecios sufridos y el trato
recibido hizo uso de estos conocimientos para trasladar a personas que, como
él, sufrían de vejaciones y malos tratos por parte de los cargos dirigentes,
instándoles a rebelarse, unirse a él y luchar todos juntos por zafarse del yugo
a que les tenían sometidos los responsables del gobierno que desde Córdoba
impartía las directrices por todo el ámbito del emirato.
Él y sus hombres garantizan la seguridad de sus
seguidores y de todos aquellos que se pusiesen bajo su protección.
Tuvo ocasión de probar sus palabras pronto. Al
Mundhir, hijo y posible heredero del emir gobernante, atacó la ciudad de
Alhama, cuyo señor era uno de los aliados de Omar, éste no lo dudó, corrió en
su ayuda y, con sus hombres se encerró en Alhama apoyando al señor de la ciudad
contra las tropas de Al Mundhir que la rodeaban. Dos meses estuvo compartiendo
el cerco a la ciudad, durante los cuales colaboró activamente en la defensa de
la ciudad, hizo varias salidas con la intención de romper el cerco, luchó
cuerpo a cuerpo con los sitiadores, fue herido y perdió algunos dedos de la
mano derecha, pero mantuvo a la ciudad libre de asaltantes. Cuando los
alimentos empezaban a escasear y la situación se volvía insostenible Al Mundhir
hubo de levantar el asedio, su padre había muerto y era convocado a Córdoba
para hacerse cargo del emirato.
Está actuación le atrajo a Omar
muchos “clientes” que confiaron en él, varios pueblos se pusieron bajo su
protección y naturalmente sus enfrentamientos con el emirato cordobés fue
incrementándose, Omar ya era un potencial enemigo. Al Mundhir era un buen
guerrero y los encuentros fueron múltiples, pero Omar ya tenía un nombre, un
ejército y un territorio.
En los comienzos de 888 el propio emir encabezó una
potente expedición contra Bobastro. Omar seguro de la inexpugnabilidad de su
enclave no se preocupó al ver a miles de tropas cordobesas cercando los altos
de Villaverde. En alarde de cinismo propuso al emir rendirse si le aceptaba en
la corte: “sería un súbdito obediente y sus hijos también serían fieles al
emir” se proponía para el cargo de general del ejército del emir, no quería que
nadie le mangonease en sus capacidades militares. Al Mundhir picó el anzuelo y
aceptó la oferta de Omar. Omar bajó al campamento del emir y firmó los
documentos que los cadíes habían redactado. Allí mismo pidió a Al Mundhir una
recua de cien mulos para transportar sus enseres, los de su familia y sus
allegados hasta Córdoba y el emir aceptó, mientras Omar permanecía en el
campamento del emir en señal de confianza, cuando llegaron las cabalgaduras a
las que el emir había añadido una centena de caballos para uso de los propios
miembros de la familia de Omar, este huyó llevándose los mulos, los caballos e
incluso a los almocacenes que los custodiaban y rápidamente se refugio tras las
murallas de Bobastro.
Al Mundhir montó en cólera al conocer el engaño y
cercó violentamente la fortaleza de Omar, éste solicitó un combate entre
caballeros y el emir aceptó, se enfrentaron y tras un día de lucha ambos se
retiraron heridos, aunque ninguno de los dos parecía tener heridas de gravedad.
Al Mundhir murió y secretamente fue avisado su hermano
Abdallah, a quien correspondía ser nombrado nuevo emir. Existen conjeturas de
que realmente Al Mundhir fue asesinado, a indicación de su propio hermano, por
los médicos que atendieron sus heridas, pero naturalmente no están confirmadas,
lo cierto es que sorprendentemente en dos días Abdallah se hallaba también
frente a Bobastro, las tropas de Omar intentaron atajarles pero ellos les
comunicaron que no venían en son de guerra, sólo querían llevarse el cuerpo del
emir fallecido. El sitio fue levantado, con gran contento de todos, y un nuevo
emir apareció en escena.
Parece que el nuevo emir no gustaba en exceso, tuvo
enormes problemas con todos y en todas partes.
Se ha analizado mucho la figura de Omar ibn Hafsun, se
han llegado a decir ciertas figuras excesivamente emocionales, unos le tachan
de un aventurero, otros de un bandolero a gran escala y otros como un gran
caudillo, precursor de grandes adalides y poseedor de las cualidades de raza
que enaltecen a quien las posee. Personalmente creo que ni lo uno ni lo otro,
en aquellos tiempos el absurdo comportamiento de los miembros de la
aristocracia andalusí, su patente desprecio hacia cualquiera que no formara
parte de su casta, los innumerables abusos cometidos por ellos y sus seguidores
y el pobre poder generador de sentimientos colectivos que emanaba de Córdoba
hacia que proliferasen los personajes como Omar por todo el territorio del
emirato, incluso los muchos cristianos que aún quedaban por las tierras
andalusíes estaban en eterna lucha contra los musulmanes. Desde las tierras de
Zaragoza donde los banu Cassi seguían luchando contra las tropas cordobesas y
eran aliados de los reyes cristianos de Asturias y León, hasta la Extremadura
donde ibn Marwan también estaba en pie de guerra contra Córdoba, hasta Murcia y
Lorca o en las montañas de Priego donde ibn Mastana también luchaba junto con
sus seguidores contra la opresión de los poderes establecidos. Por cierto ibn Mastana
fue el gran amigo de Omar, fiel hasta el último momento y aliado suyo en todas
las circunstancias.
Omar fue uno más de entre ellos, quizás fue el que
tuvo mayor visión de conjunto, el que supo organizarse y darle una entidad
propia a las tierras que estaban bajo su protección y quizás eso le hace
diferente, pero acciones de rebeldía las había por todas partes.
Fue conocido como “rey del Mediodía” y sus terrenos
abarcaban desde Écija hasta Jaén y con Málaga por el sur.
Su presencia en Málaga capital no fue muy intensa, sin
embargo en la cora de Rayya si fue un valor predominante, tanto fue así que la
capitalidad de la cora, que era Archidona, pasó a ser Málaga, por ser una
ciudad fiel al emirato cordobés mientras que Archidona se decantaba claramente
por situarse bajo la protección de Omar.
Por su nacimiento en la axarquía Omar apreciaba
mucho esa zona de la cora de Rayya y se cita la ciudad de Qamara como su
emplazamiento en esta zona, esta ciudad nunca se ha encontrado, sin duda
existió, pero debió de ser absolutamente destruida por Abd al-Rahmãn III, con
la misma inquina con la que hizo desenterrar los cadáveres de Omar y sus hijos
y quemarlos. Particularmente creo que los restos de esa ciudad se encuentran
cerca del pueblo de Comares, en la meseta de Mazmullar, donde por un tiempo se
creyó que estaba realmente Bobastro, pues se encontraron planos que se creían
de que eran de ese enclave, pero pienso que realmente eran de Qamara.
Quiso Omar oficializar su reino buscando el
reconocimiento al otro lado del mar, pero fracaso en ese intento, pues su historia
era de dudosa “islamidad” y sus enemigos políticos azuzaron a los bereberes de
Tremecén (3) para que no reconocieran al infiel Omar como sultán de un
territorio que pertenecía al emirato de Córdoba.
Tras la inexplicable derrota de Polei (4), en la que
él pensaba terminar definitivamente con el emirato cordobés, Omar empieza a
declinar y entonces comete uno de los mayores errores de su vida o al menos el
más inexplicable: en el año 899 anuncia su conversión al cristianismo, la suya,
la de su familia y muchos de sus seguidores, se cambia de nombre, a partir de
ese momento se llamará Samuel, y presenta sus respetos al rey cristiano de
Asturias, Alfonso III (6), que lo acoge fríamente. Esta conversión es
hábilmente utilizada desde Córdoba desde donde le declaran la “guerra santa” y
empieza a perder aliados y por lo tanto poder.
Se refugia en Bobastro y desde allí intenta salvar los
restos de su reino que se desmorona. La llegada al emirato de Abd al-Rahmãn III
es el golpe de gracia de Omar, le pilla viejo y cansado y no puede con el
empuje del nuevo emir, joven y fuerte. No obstante le hace frente, pero
finalmente es derrotado. Abd al-Rahmãn III consigue la unidad de las tierras
del emirato y se siente tan fuerte que se nombra califa independiente alejándose
de Damasco.
Empieza una nueva etapa en la España
musulmana.
José Manuel Gutiérrez
Moreno
EN RESUMEN
No se sabe fecha de nacimiento.
Se cree que nació en Hizn-Auta (Parauta)
Serranía de Ronda o en Iznate (Axarquía).
Nacido musulmán
Ascendiente cristiana
Su abuelo abjuró del arrianismo.
Tuvo dos hermanos: Ayyub y Shafar.
Tuvo cuatro hijos: Shafar, Suleyman,
Abdel y Hafs.
Tuvo una hija Argentea
Los dominantes en el Emirato
eran los yemeníes bereberes y tanto muladíes como mozárabes estaban
descontentos
Fruto de la vida pendenciera,
mató a un vecino, por lo que su padre le llevó a refugiarse con su tío Mohadir
en el Guadalhorce, entrando en contacto así con el lugar que sería su solar
"Bobastro". Y la vida d asaltador de caminos.
Fue capturado por el gualí de Málag y ras
ser azotado y vilipendiado, también fue desterrado de Rayya.
Se va al Magreb a Tahart donde trabaja de
aprendiz de sastre hasta que un santón le profetiza su espléndido futuro como
líder de os muladíes (renegados).
Vuelve a los altos el Guadalhorce con su
to Mohadir.
Se convierte en bandolero como medio de
extracción económica y líder muladí como agente político-militar.
Tras diversas negociaciones y traiciones
al gualí de Málaga llega a ser necesario el concurso de del Hashin cordobés.
Hecho reso Muhammad I le ofrece enrolarse
en el ejercito o galeras. Se enrola.
Se enroló en el ejercito emiral donde
aprendió las tácticas y técnicas de la guerra.
Participó en la batalla de Pancorbo
contra los rebeldes de Bani Cassi de Zaragoza , aliados de León.
Sintiéndose maltratado, se fue de Córdoba
a Bobastro donde encontró a su compañera "Columba".
Lideró a todos los descontentos del
Emirato. Tanto muladíes (renegados) como mozárabes a quienes con su ejército
daba protección.
Al-Mundir ataca Alhama, "vasallo de
Omar" y pone cerco 2 meses. Omar ibn Hafsum corre en su ayuda y la salva.
Coincide con la muerte del padre de al-Mundir, el emir Mohammed.
La actuación de Omar en Alhama le hace
célebre y líder de los descontentos del emir.
Al-Mundir en el 888 ataca Bobastro en los
altos de Villaverde.
Omar le propone un trato que incluía ser
general del ejército del emir, a cambio de reatas de mulos, caballos etc. Se
quedó con todo y traicionó a al-Mundir.
Después pidió combate entre caballeros
que quedó en tablas.
Al-Mundir murió, y fue avisado su hermano
Abdallah, quien fue sospechoso de haber promovido su asesinato.
Abdallah levantó el cerco a Bobastro y se
llevó el cadáver de al-Mundir a Córdoba.
Omar ibn Hafsum es producto de su tiempo,
fue uno de los personajes más poderosos de la época, pero no el único y se
encuadra en el panorama global del Emirato.
Principales rebeldes al poder cordobés
del siglo IX:
- Omar ibn Hafsum
- Banu Cassi
- Ibn Marwan
- Ibn Mastana
En Rayya, Zaragoza, Badajoz y Murcia
respectivamente.
Fue llamado "rey del Mediodía"
conquistando y dominando un territorio vastísimo desde Écija a Jaén y a Málaga.
Llegó a ser tan poderoso que el Emirato
trasladó la capitalidad de la Cora de Rayya de Archidona, dominada por
Omar, a Málaga, fiel al emir.
Su asentamiento en la Axarquía fue la no
encontrada ciudad de Qamara, cerca de Comares en la meseta de Mazmullar (5).
No fue aceptado por el poder magrebí de
Tremacén.
Derrotado en su castillo de Polei en la
batalla en la que se enfrentó con el Emirato de Córdoba, entonces bajo el
gobierno de Abdallah. Tan convencido estaba de su poder que dijo a su amigo y
otro muladí rebelde Mastana: "Esto es una bravata de la boyada!(1)
Omar se convierte al cristianismo en el
899, pasa a llamarse Samuel.
Se ofrece a Alfonso III "el
Magno" y Córdoba le declara la Yihad.
Deterioro progresivo hasta su muerte e
917, siendo enterrado en Bobastro como cristiano, siendo emir Abd al-Rahmãn
III.
La muerte de Omar ibn Hafsun pone fin a
la época de las insurrecciones o "fitna del Emirato" (1), en 924 ce
Zaragoza de los banu Cassi, 928 Bobastro con el hijo de Omar, Toledo en el 932,
ya siendo califa Abd al-Rahmãn III. 937 Argentea es martirizada y siendo santa
cristiana.(1).
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