A continuación
van algunas frases típicas de San Ignacio que ayudaría mucho que entren en
nuestro lenguaje… y posteriormente en nuestra espiritualidad. Los números son de los Ejercicios
Espirituales (EE.EE)
o Todo buen cristiano ha de inclinarse más a salvar la
proposición del prójimo que a condenarla. 22
o
No satisface el
saber mucho, sino el sentir y gustar internamente de las cosas.
2
o
Al final tendrá
parte conmigo en la victoria como la ha tenido en los trabajos.
95
o
No sólo hay que
resistir al enemigo, sino también vencerlo. 14 (Agere contra = hacer lo
contrario. 325).
o
Reconocer que
todo nos viene de Dios.
o
En cosa ajena no
pongamos nido. 322
o
Encontrar a Dios
en todas las cosas.
o
Solamente
deseando y eligiendo lo que más conduce para el fin que somos creados.
23
o
Que no sea sordo
a su llamado. 91
o
Dame tu amor y
gracia que ésta me basta. 234
o
El amor se ha de
poner más en las obras que en las palabras. 230
o
Cuanto más
nuestra alma se despegue de las cosas, más cerca estará de nuestro Creador.
22
o
En tiempos de
desolación, nunca hacer cambios. 318
o
Poner todos los
medios como si todo dependiese de uno, pero confiando totalmente en Dios, porque
todo depende de él.
o
El hombre ha
sido creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor.
23
o
Hay que buscar y
hallar la voluntad de Dios. 1
o
En todo amar y
servir. 233
o
Amar a Dios en todas la cosas, y a todas las cosas en
El
o
¿Qué he hecho
por Cristo, que hago por Cristo, qué debo hacer por Cristo?
53
o
Que la Virgen
nos ponga con su Hijo.
o
A
la Mayor
Gloria de Dios. (MAGIS)
o
MAGIS. (Búsqueda de MÁS … servir donde hay MÁS
necesidad, donde el bien sea MÁS universal … metas grandes
)
o
Entramos para
aprender, salimos para servir.
o
Ser hombre y
mujeres para los demás
o
Ser
contemplativo en la acción
- Dios me ama más que yo a mí mismo.
- ¡Siguiéndoos, Jesús, no me puedo perder!
- Dios proveerá lo que le parezca mejor.
- ¡Señor, soy un niño! ¿A dónde me lleváis?
- ¡Jesús, por nada del mundo te dejaría!
- ¿Qué queréis, Señor, de mí?
- ¡Señor, sostenedme con vuestra gracia!
- ¡No merezco, Señor, cuanto recibo!
- ¡Dadme, Señor, vuestro amor y gracia, éstas
me bastan!
- Jesús, sé mi guía, condúceme
El fin específico de los
Ejercicios es llevar al hombre a un estado de serenidad y despego
de las cosas pasajeras para que pueda elegir "sin dejarse llevar del
placer o la repugnancia, ya sea acerca del curso general de su vida, ya acerca
de un asunto particular. Así, el principio que guía la elección es únicamente la
consideración de lo que más conduce a la gloria de Dios y a la perfección del
alma".
Como lo dice Pío XI, el
método ignaciano de oración "guía al hombre por el camino de la propia
abnegación y del dominio de los malos hábitos a las más altas cumbres de la
contemplación y el amor divino".
Los Ejercicios Espirituales son el instrumento del que ha servido El
Señor para comunicar su Espíritu a innumerables personas y
llevarlas a la santidad.
Comienzan reflexionando sobre el
"Principio y Fundamento" de todas las cosas. Nos enseña la
verdad fundamental en la que debemos edificar nuestra vida:.
¿Cuál es el origen de esta
existencia?, ¿Cuál es su sentido?, ¿Cuál su valor? Esta es la pregunta capital
que me debo preguntar. La respuesta nos la da Dios: Génesis 1: 26 "Y dijo Dios:
«Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra" Y como Dios es
amor (1Juan 4:16), el hombre que es su imagen, ha sido creado para amar con su
corazón, que es como el de Dios. Dios creó al hombre para amar con todo su
corazón, toda su mente y toda su fuerza (Deut. 6:4-9).
El hombre ama a Dios ante todo
alabándole, adorándole y sirviéndole. En esta línea debo ordenar mi existencia.
Pero el amor es más que esto. Por su propia naturaleza, el amor busca unión.
Dios nos creó para ser sus hijos adoptivos en Jesucristo y por
Jesucristo.
El plan de Dios consiste en hacernos
partícipes en la tierra (por medio de la fe y la gracia) y por toda la eternidad
de la vida de la Trinidad que es amor.
El principio y fundamento de nuestra
vida es este: Hemos sido creados para Alabar y Servir a Dios y mediante
esto salvar nuestra alma.
Conociendo este principio y
ordenando toda nuestra vida en El, podremos construir sobre roca para que las
tormentas no destruyan nuestra casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario