Silvano (en latín
Silvanus, ‘de los bosques’) era, en la mitología romana, el espíritu tutelar de
los campos y bosques, un genius loci a quien se dice que en tiempos muy
remotos los pelasgos tirrenos habían
dedicado una arboleda y un festival.[1] Aparentemente heredado del etrusco Selvans, no
tiene relación con el griego Sileno. El dios celta Sucellos fue asimilado a Silvano, y el dios eslavo Borevit
tenía similitudes con él.
Se le describe como un dios que preside sobre los campos y los granjeros, y
también se le consideraba protector de las fronteras de los campos.[2]
Higinio Gromático[3]
cuenta que Silvano fue el primero en poner piedras para señalar los límites de
los campos y que cada estado tenía tres Silvanos: un Silvanus domesticus
(llamado en inscripciones Silvanus Larum y Silvanus sanctus sacer
Larum), un Silvanus agrestis (también llamado salutaris) que
era adorado por los pastores, y un Silvanus orientalis, esto es, el dios
que presidía sobre el punto en el que comenzaba el estado. Por esto a menudo se
aludía a los Silvanos, en plural (Silvani).
En relación con los bosques (sylvestris deus) presidía especialmente
sobre las plantaciones y disfrutaba de los árboles que crecían salvajes,[4]
por lo que se le representa llevando el tronco de un ciprés (δενδροφόρος).[5]
Respecto al ciprés, sin embargo, se cuenta la siguiente historia: Silvano, o
según otras fuentes Apolo,[6]
estaba enamorado del joven Cipariso
y una vez mató por accidente una cierva que pertenecía a éste. Cipariso murió de
pena por ello y fue transformado en ciprés.[7]
También se le describe como la divinidad protectora de los rebaños de ganado,
a los que guarda de los lobos y cuya fertilidad promueve.[8]
Siendo el dios de los bosques y los rebaños, también se le describe como
apasionado de la música: la siringa estaba consagrada a
él[9]
y se le menciona junto con los Panes y las Ninfas.[10] Especuladores posteriores incluso
identificaban a Silvano con Pan, Fauno, Inuus y Égipan.[11]
Catón el
Viejo[12]
le llama Mars Silvanus, por lo que queda claro que debe haber estado
relacionado con el Marte italiano, y también se afirmaba
que su relación con la agricultura era sólo con las labores realizadas por los
hombres, siendo excluidas las mujeres de su culto.[13]
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