PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
Su intervención versó sobre la alegría del cristiano, porque "el mensaje
cristiano se llama evangelio, es decir, buena noticia, un anuncio de alegría
para todo el pueblo". La Iglesia, añadió "no es un refugio para gente
triste, es la casa de la alegría, y quienes están tristes encuentran en
ella la verdadera alegría".
¿Cuál es la raíz de esa alegría? "El amor de
Dios. Él está siempre con nosotros, nos ama y por eso está con nosotros. Aunque
sean grandes nuestros límites y nuestras desviaciones, no podemos
permitirnos ser débiles y vacilantes ante las dificultades y nuestras
debilidades. Al contrario, estamos invitados a fortalecer nuestras
manos, a tener valentía y no temer, porque nuestro Dios se muestra siempre en la
grandeza de su misericodia. Él nos da la fuerza para seguir adelante. Siempre
está con nosotros para ayudarnos a seguir adelante. ¡Él nos quiere tanto! Nos
ama y por eso está con nosotros para ayudarnos y fortalezarnos y seguir
adelante. Coraggio, eh?, Sempre avanti!, pidió
Francisco.
Siempre
estamos a tiempo de recomenzar de cero
Luego insistió, separándose en
algunos momentos del texto que llevaba escrito para darle más énfasis a sus
palabras, en la posibilidad permanente de la conversión, porque
gracias a la ayuda de Dios "siempre podemos recomenzar de
nuevo".
"Alguien puede decirme: ´No, padre, he hecho tantas... Soy un
gran pecador, soy una gran pecadora, yo no puedo empezar de nuevo´. ¡Te
equivocas! Sí puedes recomenzar de cero ¿Por qué? Porque Él te espera,
Él está cerca de ti, Él te ama, Él es misericordioso, Él te perdona, Él te da la
fuerza para empezar de nuevo. ¡A todos! Seamos capaces de reabrir los
ojos, superar la tristeza y el llanto y entonar un canto nuevo", pidió el
Papa.
"Esta alegría cristiana verdadera se mantiene en la prueba y el
sufrimiento porque no es una alegría superficial, sino que, como la
esperanza, tiene su fundamento en la fidelidad de Dios, en la certeza
de que Él mantiene siempre sus promesas", proclamó.
Y recordó que
"cuantos han encontrado a Jesús a lo largo del camino experimentan en el corazón
una serenidad y una alegría de la que nada ni nadie podrá
privarles. Nuestra alegría es Jesucristo, y su amor fiel es
inagotable".
No le
dejéis solo...
Invitó luego a no perder de vista el sentido
comunitario de la vida de los cristianos: "Cuando un cristiano se
entristece, es que se ha alejado de Jesús. Pero no hay que dejarlo
solo, debemos rezar por él y hacerle sentir el calor de la comunidad".
Y
siempre con el recurso a la madre de Dios: "La Virgen María nos ayuda a acelerar
el paso y a encontrar el niño que ha nacido para nuestra la salvación y para la
alegría de todos los hombres. Que ella haga vivir la alegría del Evangelio en la
familia, en el trabajo, en la parroquia: una alegría íntima, hecha de
maravilla y de ternura, la que experimenta una madre cuando mira a un
niño nada más nacer y ve que es un don de Dios, un milagro que hay que
agradecerle".
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