Nelson Rolihlahla Mandela (IPA: [roli'ɬaɬa])
(Mvezo, Unión de
Sudáfrica, 18 de julio
de 1918 - Johannesburgo, Gauteng, Sudáfrica, 5 de diciembre de 2013[1] [2] ), conocido en su país, Sudáfrica,
como Madiba (título honorífico otorgado por los ancianos del clan de
Mandela; también era llamado Tata) fue un político y abogado sudafricano. Tras estar preso
por más de 27 años cumpliendo una condena que era de por vida, Nelson Mandela
fue liberado, recibió el Premio Nobel de la Paz y fue elegido
democráticamente como presidente de su país.[3]
Antes de estar preso había sido líder de Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA). En
1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena
perpetua. La mayoría de los más de 27 años que estuvo en la cárcel los pasó en
la prisión-isla de Robben Island.
Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela trabajó en conjunto con el entonces presidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk, liderando a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994, con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Por su trabajo en conjunto, tanto Nelson Mandela como Frederik Willem de Klerk recibieron el Premio Nobel de la Paz de 1993.[4] Posteriormente Mandela ganó las elecciones y fue presidente de Sudáfrica desde 1994 hasta 1999. Su prioridad estuvo frecuentemente en la reconciliación nacional.
Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela trabajó en conjunto con el entonces presidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk, liderando a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994, con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Por su trabajo en conjunto, tanto Nelson Mandela como Frederik Willem de Klerk recibieron el Premio Nobel de la Paz de 1993.[4] Posteriormente Mandela ganó las elecciones y fue presidente de Sudáfrica desde 1994 hasta 1999. Su prioridad estuvo frecuentemente en la reconciliación nacional.
Muere Nelson Mandela a los 95 años tras un prolongado proceso
degenerativo, que le mantuvo hospitalizado desde el pasado mes de junio.
«Hemos perdido al más grande de nuestros hijos», confirmaba el presidente
sudafricano, Jacob Zuma en un mensaje a la
nación.
Zuma, visiblemente emocionado, ha recordado ante
el pueblo sudafricano a un hombre con una «increíble determinación por vivir».
El líder antiapartheid «nos
unió a todos y todos juntos le vamos a despedir». «Le amaremos siempre,
que su alma descanse en paz, Dios bendiga a África», ha concluido.
El presidente sudafricano ha ordenado que las
banderas ondeen a media asta para rendir homenaje a uno de los grandes iconos del siglo XX. Además, ha
anunciado que en los
próximos días se celebren funerales de Estado.
Toda la familia reunida
«Murió en paz, rodeado de su familia», explicó
en su discurso el presidente Jacob Zuma. Idas y venidas en casa de los Mandela levantaban esta noche la señal de alarma en Sudáfrica.
Según informó la agencia France Presse, varios familiares de la familia de Nelson Mandela y otras personas cercanas al exdirigente
africano se estaban reuniendo en su domicilio de Johannesburgo, donde el anciano
presidente sudafricano de 95 años de edad se encontraba en cuidados intensivos y
en un estado crítico.
La intranquilidad se palpaba en la capital de Sudáfrica, donde algunos hablaban de la llegada de
ambulancias y de varios miembros del Gobierno.
En concreto dos hijas pequeñas de Mandela y un hombre cercano a la familia, Bantu Holomisa
habían sido vistos entrando en la casa, a la que estaban llegando decenas de
coches.
La hija mayor de Mandela se atrevió a decir recientemente que su padre «estaba
en su lecho de muerte» a pesar de seguir «tan combativo como siempre».
«Con nosotros siempre»
«Tata (su padre) estará con nosotros siempre, el
es muy fuerte, tiene mucho coraje. A pesar de que se encuentra en su lecho de
muerte todavía nos da lecciones de paciencia, amor y tolerancia», aseguró en una
entrevista en la televisión pública el martes pasado.
«Mi padre está bien. Tiene 95 años y es más frágil que nunca, pero esperamos que de
momento se quede con nosotros», declaraba otra de sus hijas.
Madiba «lleva en un estado crítico desde
los últimos cinco meses, a pesar de que sigue respondiendo bien a los
tratamientos», según aseguró la Presidencia sudafricana en su último comunicado.
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