El ayuno es un camino que nos
propone la Iglesia para llegar a la
conversión en la Cuaresma. Pero no se trata de cualquier clase de ayuno , no se
trata de ayunar alimentos, que es fácil cuando sabemos que al poco tiempo nos
vamos a hartar; (más difícil les resulta a los que no pueden comer todos los
días). El ayuno que se nos pide es para limpiar nuestro corazón de cosas y
llenarlo de valores , es decir:
· Ayunar de
juzgar a los demás, para descubrir que Dios está en ellos.
· Ayunar de
maldecir (decir mal, hablar mal de los demás), para ser personas de
bendición (decir bien, hablar bien de
los demás).
· Ayunar de
intereses, para ser personas gratuitas.
· Ayunar de
pesimismos, para ser personas de esperanza.
· Ayunar de
las preocupaciones, para llenarnos de la bondad de Dios.
· Ayunar de
estar siempre quejándonos de todo, de llenarnos de admiración y aprecio por lo
maravilloso que es vivir la vida.
· Ayunar de darnos
importancia y de querer sobresalir en
todo, para llenarnos de los demás y de sus necesidades.
· Ayunar de
toda clase de odio y rencor, para ser personas de amor.
· Ayunar de
todo lo que nos puede separar de Dios y de los demás, para llenarnos de todo lo
que nos puede acercar a Él y a los otros.
Solamente el ayuno de alimentos no
puede limpiar nuestro corazón de tantas cosas que no sirven para nada, pero este
sí, lo llenará de Dios y de los demás y sobre todo nos hará resucitar.
Ojalá que esta Cuaresma, nos ayude,
a través del auténtico ayuno, a resucitar con Cristo, el Sábado de Gloria en
la Vigilia Pascual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario