3) DIOS
INTERVIENE EN MI HISTORIA
- A Dios le importa
la gran historia de los pueblos y mi pequeña historia personal. Dios si me
escucha, está atento e interviene (actúa), en mi vida. Dios no es insensible a
mi sufrimiento y cuando así conviene hace milagros. - Sin embargo, debo
también aceptar el "MISTERIO", es decir, que no todo lo que Dios permite en mi
vida tengo que entenderlo. Puedo preguntarme: Si Dios no es insensible a mi
sufrimiento, ¿por qué sufro?; si Dios interviene en la historia, ¿por qué a
veces parece que no interviene? - Aceptar el misterio, es aceptar que con mi
inteligencia no puedo entender todo con respecto a Dios y que esto es
normal. - Cuando te sientas así, dile a Dios: "A/o entiendo Señor, pero creo
en tu amor, creo en Ti".
4) DIOS ES
JUSTO Y MISERICORDIOSO
Dios da a cada uno
según su conducta. Dios premia a los buenos y castiga a los malos. - ¿Por qué
entonces, a veces veo que, los malos viven muy bien toda su vida, mientras que
los buenos viven pasándola mal? - Dios siempre premia a los buenos y castiga
a los malos, sólo que lo hace en la vida eterna: en el cielo o en el
infierno. - Nunca debo olvidar que Dios es también MISERICORDIOSO, esto
significa que durante mi vida, no importa lo malo que yo haya sido, siempre me
perdona, siempre me está esperando con los brazos abiertos, solo es necesario
"que yo quiera volver a El". Recuerda que si un alma va al infierno, no es
porque Dios sea malo, sino porque esa alma usando su "LIBERTAD", ella sola es
quien ha escogido la perdición, se ha negado a escuchar a Dios y sus
oportunidades de perdonarlo y acercarse a El.
CONSTRUIR
SOBRE ROCA:
- Sin estos cuatro
aspectos fundamentales de la fe, el edificio de mi relación con Dios no se puede
construir como debe ser. Tal vez durante años todo parezca que va bien, que soy
buen católico y hasta muy practicante; pero en un momento dado, ante la
aparición de alguna desgracia, la crisis puede sacudirme y la tentación puede
sugerirme que no existe nada, que todo es fruto de mi imaginación, que estoy
sólo ante mi destino, que Dios, en caso de existir, no tiene tiempo para
preocuparse de mi. El edificio de mi relación con Dios no estaba construido
sobre roca sino sobre arenas movedizas, y al estallar la tormenta se ha
derrumbado.
i QUE RAZÓN
TENIA DIOS !
- También en muchas
ocasiones he visto la mano protectora de Dios en mi vida, a veces realmente
extraordinaria, aunque después sea difícil probarlo como un milagro. A veces,
cuando creo que Dios no escucha mis oraciones, pasado el tiempo me doy cuenta de
que fue mejor así, pero en ese momento no entendía nada y me llenaba de dudas.
Quizá cuando esté en el Cielo y vea la historia completa, la mía o la de mis
seres queridos, podré decir: "Qué razón tuvo Dios al comportarse como lo hizo,
porque si no hubiera pasado esto, hubiera sido peor, o no hubiera venido después
esta bendición.
NADA TE
TURBE. NADA TE ESPANTE
- ¡Ay que difícil
es la vida! Casi siempre estoy nervioso, preocupado, angustiado porque creo que
todo depende de mí, que tengo que llegar a todos los sitios, tapar todos los
agujeros, dejar los problemas resueltos a mis hijos... al final, estoy inquieto
por tantas cosas. - Quiero tenerlo todo siempre controlado, y que Dios sea,
no mi Señor, sino mi criado y rápidamente cuando no me da lo que le pido,
empiezo a dudar y a pensar que me ha abandonado. Estropeo tantas cosas porque he
olvidado estos 4 principios de mi fe. - Debo estar tranquilo, recuperar la
paz, tener confianza. Dios existe y cuida de mí, está presente en mi vida. Me
moveré, trabajaré, lucharé pero con PAZ INTERIOR. Las cosas no dependen sólo de
mí, dependen sobre todo, de Dios. - Hay que trabajar, reflexionar mucho, para
meter en mi cabeza, en mi corazón y en mi vida diaria, estos 4 principios de mi
fe. Si lo logro, muchísimos de mis problemas habrán desaparecido: escucharé en
mi interior la voz del Espíritu Santo que me dice con ternura: "Quédate
tranquilo, Dios existe y cuida de ti".
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- Cuando tenga
dudas de fe, cuando en algún momento mi vida se ve zarandeada por cosas que no
entiendo, le pregunto a Dios el porqué, y el Señor y la Virgen me dicen: "Mira
la Cruz, ¿puedes tener dudas del amor de Dios hacia ti y hacia la humanidad
mirando la Cruz?. - Si te cura una enfermedad y tú te quedas tranquilo y
seguro de que Dios te quiere, mañana tendrás otra enfermedad; si te soluciona
este problema, mañana tendrás otro problema más, si consigues ahora un trabajo,
un premio..., mañana tendrás una necesidad distinta, que puede no ser de dinero
pero sí, por ejemplo, de salud, de afecto... Pero la muerte de Cristo en la cruz
y su resurrección, es la solución de todos los problemas, porque sabes que hay
otra vida, y al saberlo sabes que los problemas de aquí no son más que problemas
pasajeros y que incluso, la muerte, que es el gran problema, no es más que un
tránsito. - Esta es nuestra fe, una fe que nos debe llenar de paz, de
tranquilidad espiritual, de esperanza.
¿CÓMO ES EL
AMOR QUE DIOS ME TIENE?
A)
Un amor gratuito, un amor que ninguno merece, ni siquiera el más bueno entre los
hombres. - El cielo es un regalo de Dios, la salvación es un regalo de Dios:
la salvación es gratuita, gracia de Dios. Nosotros colaboramos en esa Salvación
con nuestras buenas obras y sin ellas, obviamente, no podemos acceder a la
Salvación, pero no son nuestras buenas obras las que nos salvan, sino la sangre
derramada por Cristo, el amor redentor de Cristo. B) Un amor
que permanece, que no desaparece cuando me porto mal. Dios es siempre fiel, me
sigue queriendo igual. Y gracias a ese amor que permanece, yo puedo cambiar;
saber que en cualquier momento puedo decir: "Padre perdóname". - Te imaginas
un Dios airado que dijera: "Sinvergüenza, toda la vida por ahí, ahora vienes,
cuando ya eres mayor , cuando tienes miedo de la muerte, cuando has gastado los
talentos que te di, cuando ya no tienes nada, cuando te queda media hora de
vida..." - Este no es el el Dios, en el que creemos, sino el que dice:
¿Vienes cuando tienes ochenta años y te queda un minuto de vida? ¡Bienvenido a
casa hijo mío! Eres efectivamente, un sinvergüenza, no te lo mereces, pero
tampoco se lo merece el otro. Te voy a recibir porque te amo y te perdono pues
que tú me lo pides. - Alguno puede decir que entonces, volverá a la fe en el
último minuto, pero corre el riesgo de no tener ese último minuto porque se le
presente la muerte por sorpresa. Además si vivo cerca de Dios, sabré que es así
como se vive de verdad contento y en paz y nunca sentiré envidia de los que
están fuera. C) Un amor que me sostiene en la lucha; cuando
he caído, cuando quiero cambiar. Este amor lo experimento cuando comulgo y
siento una fuerza nueva, cuando me confieso y siento un lavado profundo
interior, cuando hago oración y recibo una fuerza diferente. El amor de Dios es
un amor que cuida siempre de mí a través de los sacramentos.
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