Andalucía, según un informe de Cáritas, es una de las comunidades más pobres de España. Sólo Canarias, Extremadura y Castilla-La Mancha están aún peor. Además, la intensidad de la pobreza es superior, y todos los porcentajes de privación en Andalucía son superiores a los que se dan en España. Ya sea en comida caliente, vacaciones o tener la casa a la temperatura adecuada. Son los jóvenes los más afectados por las privaciones. El otro colectivo más perjudicado es el de los niños que no puede visitar al dentista o sufre hacinamiento.
Este jueves se presentó en Sevilla el Informe "Pobreza y privación en Andalucía y España: el impacto de la Gran Recesión". Este informe ha sido elaborado por el Observatorio de Investigación sobre Pobreza y Exclusión en la Comunidad Valenciana (Universidad Cardenal Herrera) en colaboración con Cáritas y la Fundación FOESSA.
Basados en la información facilitada anualmente por el INE, en este Informe podemos encontrar: datos sobre la pobreza en Andalucía y una breve comparativa con el resto de España; cómo ha evolucionado en nuestra Comunidad Autónoma los parámetros que miden la pobreza en Andalucía en el periodo 2004-2011; un análisis de la pobreza por grupos de edad y también en inmigrantes; y por último, también ofrece datos interesantes sobre cómo han evolucionado los indicadores que miden la privación en Andalucía también comparándolo con el resto de España.
Del mismo se podría destacar las siguientes notas:
- La incidencia de la pobreza en Andalucía es una de las más altas de toda España.
- El porcentaje de personas que se situaron por debajo del umbral de la pobreza en Andalucía en el periodo 2004-2007, experimentó un ligero descenso (que cabría haber esperado mayor). Sin embargo, a partir de este año, la incidencia de la pobreza se ha recuperado pasando en poco tiempo a ser la misma que en 2004 a pesar de la reducción del umbral de la pobreza.
- Andalucía es la comunidad autónoma en la que la intensidad de la pobreza es superior, por lo que sus pobres tienen una diferencia mayor respecto al umbral de pobreza que en el resto de Comunidades. Mientras que durante los años de bonanza se experimenta una ligera mejoría hasta 2007, a partir de ese año el empeoramiento ha sido muy acusado alcanzando cifras peores de las que se daban en los momentos previos a la crisis.
Pobreza por grupos de edad
El colectivo que mayor porcentaje de personas tiene por debajo del umbral de la pobreza es el de los niños, al igual que sucede a nivel nacional. Más de uno de cada tres niños está en riesgo de pobreza. De hecho, según el informe, los niños se ven afectados por cinco variables: la imposibilidad de visitar al dentista (que es seis veces superior a la media), los retrasos en las hipotecas y en los pagos de compras a plazos y préstamos. Pero también el no tener ordenador en casa y los problemas de hacinamiento. Esto significa que las privaciones que afectan a los niños están relacionadas de una manera directa con la vivienda, otra con las posibilidades de educación y una con su acceso a un servicio sanitario necesario para muchos niños.
Todos los grupos de edad «tienen una intensidad mayor» en Andalucía a la que se da en el caso español, pero «el colectivo que más ha empeorado por la crisis tanto en pobreza como en intensidad es el de los jóvenes, por sus dificultades a lo hora de encontrar trabajo». Por ejemplo, el 10,52 por ciento de los hogares andaluces no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada en invierno, una cifra que es casi el doble de la media nacional. Aunque este último dato también está relacionado, según consta, con el hecho de que las comunidades autónomas más calidad tienen sus viviendas peor acondicionadas para el frío.
Y, en cuanto a la comida, los datos andaluces también son el doble de malos que los nacionales. Casi el 6 por ciento no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado (o el equivalente vegetariano) al menos una vez cada dos días, mientras que en España ese porcentaje baja al tres. Y una cifra que también supone que la situación ha empeorado con respecto a lo que ocurría antes de la crisis.
En cuanto a las vacaciones, la cifra se dispara ya que más de un 55 por ciento no puede permitirse una semana de vacaciones pagadas fuera de casa una vez al año, mientras que en España esa cifra no llega al 40 por ciento.
Pero también hay casi un cuatro por ciento que no puede permitirse asistir a la consulta de un dentista, un dato que, en este caso, es casi idéntico al del resto de España. En cuanto a los bienes duraderos, la privación es muy reducida para la lavadora, el teléfono y la televisión, que se han convertido en bienes de acceso prácticamente universal en la sociedad española y andaluza con porcentajes de privación inferiores al uno por ciento.
Pero también hay casi un cuatro por ciento que no puede permitirse asistir a la consulta de un dentista, un dato que, en este caso, es casi idéntico al del resto de España. En cuanto a los bienes duraderos, la privación es muy reducida para la lavadora, el teléfono y la televisión, que se han convertido en bienes de acceso prácticamente universal en la sociedad española y andaluza con porcentajes de privación inferiores al uno por ciento.
Otros datos espeluznantes
Otros datos llamativos son los que hablan de que hay un 48 por ciento de hogares que no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (que está trece puntos por encima del resto de España), el 8 por ciento que se ha tenido que retrasar en los últimos doce meses en el pago de los gastos de la vivienda y otros recibos o el 16,83 por ciento que llega a fin de mes con mucha dificultad.
Y, también en el capítulo de privaciones, casi una cuarta parte de los hogares andaluces tiene problemas de goteras o humedades, lo que supone un porcentaje que supera en un 50 por ciento el porcentaje que se da a nivel nacional.
«Nos encontramos pues con un empeoramiento que se ha dado en todos los segmentos de población exceptuando los mayores». No obstante, según destacó Jesús Pérez Mayo, aunque antes los mayores de 65 años «presentaban mayores tasas de pobreza y ahora han mejorado, se trata de una mejora ficticia, ya que ellos mejoran porque los demás empeoramos » , puesto que «dependen de sus prestaciones y éstas, como mucho, se congelan».
Además, subraya ABC, entre los datos del informe también destacaron el hecho de que existe un incremento de los problemas para afrontar los pagos, que se centra sobre todo en los retrasos en el pago de la hipoteca de la vivienda (que crecen en un 53 por ciento) y en los plazos de compras y préstamos (que han aumentado en un 43 por ciento). Con todo, los datos hechos públicos ayer no son nada optimistas.
Pedro Tena
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